Entrevista a Celso Amorim, excanciller brasileño, miembro del Partido de los Trabajadores (PT)
El ciudadano (Chile)
Este miércoles la
tensión política brasileña se concentrará en la ciudad de
Porto Alegre, donde el Tribunal de Apelaciones llevará a cabo el juicio
contra el expresidente Luiz Inazio Lula da Silva, el que fuera condenado
por el juez de primera instancia del caso Lava Jato, Sergio Moro, a
9 añosy medio. El juicio de Lula es calificado por parte de sectores
vinculados al
Partido de los Trabajadores (PT) y organizaciones sociales como una
operación política, tal como sucedió con la destitución de la
expresidenta Dilma Rousseff a través del impeachment. El
objetivo sería sacarlo de la carrera electoral con miras a las
presidenciales de octubre de este año, donde aparece liderando las
preferencias en diferentes encuestas. Por último, el excanciller explica
que “no existe plan b” en caso que se ratifique la sentencia contra
Lula pues “significa admitir de antemano que se va a perder la batalla”.
Celso
Amorim y otras personalidades brasileñas e internacionales impulsan el
manifiesto “Elección sin Lula es fraude”(Créditos: Ricardo Stuckert, tomada de El Ciudadano)
José Robredo.- Este proceso de judicial que enfrenta Lula, ¿se puede
entender como una continuación del golpe blanco que se le dio a Dilma
Rousseff el año pasado?
Celso Amorim.- Sin duda alguna, todo este proceso es parte de un mismo esfuerzo para
atacar el proyecto progresista que ambos encarnan. Sobre todo en el
caso de Lula, porque por los años de gran transformación de Brasil. No
tengo ninguna duda de que este proceso judicial es una continuación del
golpe parlamentario contra Dilma, ahora es un golpe judicial-policial
que busca sacarlo de las elecciones de este año, ese es el propósito.
José Robredo.- Lula tiene la mayor adhesión en las encuestas pero la
sentencia del juicio puede dejarlo fuera de las elecciones, ¿existe plan
B?
Celso Amorim.- No hay plan B, no se puede pensar en eso, porque sería admitir que se
va a perder la batalla. El día 24 es muy importante, tengo la esperanza
aún de que pueda haber una visión de sabiduría que permita la
absolución del presidente Lula. Yo no soy jurista, pero todas las
manifestaciones de los juristas importantes en Brasil y en el exterior
apuntan a la extrema fragilidad de la decisión del juez de primera
instancia. Se habla de actos “indeterminados”. Se basa en la suposición
de un hecho.
José Robredo.- ¿Esa suposición es parte del complejo escenario que vive la oposición a Temer?
Celso Amorim.- No hay que culpar de todo a Temer, que es una figura menor en todo
este proceso. Se estaba desarrollando una reforma social en Brasil, que
es un país muy desigual en lo social, lo racial, con las mujeres. Las
poblaciones pobres han tenido una mejora en sus condiciones de vida con
el presidente Lula y continuó con la presidenta Dilma. La élite
brasileña no quiere eso, no quiere compartir los aeropuertos,
transportes, no quieren convivir con los pobres. Junto con eso, está la
inserción de Brasil en el mundo, su independencia, que los resultados
económicos se aprovechen en materia de educación y salud de los
brasileños. Esto ahora está cambiando en favor de los intereses
extranjeros. Chile esto lo sabe muy bien con lo que sucedió con
el BancoMundial, que si bien no es un golpe si es una forma de
influenciar la política de una manera negativa y contra las tesis
progresistas.
José Robredo.- ¿Temer termina siendo un instrumento de los grupos económicos trasnacionales?
Celso Amorim.- Sí, creo que Temer y su partido Movimiento Democrático Brasileño
(PMDB) hoy, desgraciadamente -porque ellos lucharon contra la
dictadura-, es una casa de negocio que no tiene ninguna ideología en
particular, pero que sí defiende los intereses del gran capital
internacional, a través de un discurso ultraneoliberal.
José Robredo.- ¿Qué consecuencia puede tener una posible ratificación de la
sentencia a Lula, tomando en cuenta la movilización social que hoy se
produce en Brasil?
Celso Amorim.- Y no pasa sólo en Brasil, se da en toda Latinoamérica. Porque está la
conciencia que lo que pasa en nuestro país se puede dar en el resto de
los países, si es que ya no se dio. La democracia ya no es importante
para el gran capital internacional, lo que quiere es gente que hagan lo
que piden. Hace 50 años Chile lo sufrió bajo el pretexto de la Guerra
Fría, del comunismo. Ahora no hay pretexto, ahora es la dominación del
capital simplemente, sin justificación.
José Robredo.- Con estas acciones, por lo tanto, se viene a intentar frenar cualquier intento progresista en Brasil.
Celso Amorim.- Eso es quizás uno de los juicios más importantes en la historia de
los últimos años. Lula ha sido calificado como el mejor presidente que
tuvo Brasil, lo que prueba que el pueblo no cree en las acusaciones.
Lula redujo la brecha entre el pueblo pobre de Brasil y la élite, lo que
creo tendrá consecuencias por décadas en el país y en el resto del
continente. Pase lo que pase este miércoles, van a continuar los
recursos y acciones judiciales, vamos a tener que contar con todos los
amigos progresistas.
José Robredo.- ¿Qué viene después de el 24 de enero?
Celso Amorim.- Cada cosa a su momento. Estamos concentrados en las manifestaciones
de apoyo, esperando una mirada distinta de los juristas que revisarán la
sentencia del juez Moro. Yo no conozco un jurista famoso, que no esté
en la maquinaria judicial, que haya hablado bien de la decisión del juez
Moro. Esto no tiene que ver con el derecho de Lula, esto tiene que ver
con la esencia de la democracia, que es la soberanía popular, cosa que
es vista incluso por medios internacionales como el New York Times, que
sacó un articulo titulado “La democracia brasileña al borde del
precipicio”. Vamos a esperar que pasa, pero hay que dejar claro que no
hay ni va a haber un “plan B” porque el pueblo brasileño está con Lula,
porque como hemos dicho en nuestro manifiesto, “elecciones sin Lula es
fraude”.
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