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La
última aparición pública de la presidenta argentina, Cristina
Fernández, indignó a una parte importante de los seguidores del
proyecto nacional & popular, levantando polvareda entre los no
seguidores del kirchnerismo en las redes sociales.
La lluvia
de críticas por izquierda están en sintonía con aquellas similares
decisiones que fueron tomadas en persona por la presidenta argentina de
realizar acuerdos con corporaciones internacionales que realizan
grandes negocios avalados por el gobierno como en los casos
paradigmáticos de Barrick Gold en minería, Monsanto en semillas
transgénicas y exportación de granos o Texaco-Chevron en el área
petrolera.
Estas tres asociaciones fueron causantes de
grandes rupturas ideológicas de buena parte de la miltancia no
dogmática K, quienes han considerado que cerrar acuerdos con estás
nefastas empresas globales -que causaron grandes daños económicos,
políticos y ambientales en muchos países del Mundo- constituyen una
traición al ideario peronista de soberanía política e independencia
económica que caracteriza el tradicional pensamiento nacional de uno de
los movimientos políticos más grandes y perdurables de la historia.
La presencia de Cristina Fernández en la inauguración de las oficinas de Facebook en Buenos Aires,
podría ser un nuevo punto de ruptura para lo que aún queda de la
constelación K en tiempos de la política 2.0. El distanciamiento de los
últimos de Cristina con la sociedad como causante de la derrota
política del pasado 27 de octubre en las elecciones parlamentarias de
medio término en las que 7 de cada 10 argentinos votaros por la
oposición a su gobierno, se entiende en esta "estrategia delirante" que
intenta reemplazar la presencia física de la persona por una supuesta
comunicación directa y efectiva de Cristina a través de Facebook y
Twitter.
Cristina afirma: "Algunos creen y dicen que es toda
la tecnología lo que fascina a la gente. No, lo que fascina a la gente
es la conexión sin intermediación, sin que nadie te intermedie, sin que
nadie te venda las cosas cambiadas, que vos puedas decir lo que quieras
y el otro, en todo caso, te pueda contestar lo que él piensa y así
armar un debate o contestar, o decir esto me gusta, o no me gusta, sin
intermediación. La gente, hoy, a través de los medios formales se
siente muy intermediada, se siente siempre muy sometida y se pregunta:
“¿será verdad?” “¿No será verdad?”. En cambio, Facebook y todas las
redes, en general, te dejan expresar lo que vos sentís, lo que vos
crees y hacerlo con libertad y fundamentalmente conectarte con lo que
pasa con en el mundo también, conectarte desde la familia, desde lo
personal, desde lo cotidiano y yo creo que esto vale mucho, muchísimo".
Este pensamiento ingenuo, por fetichista, explica tal vez
parte de la desconexión ideológica y política de la presidenta y una de
las principales causas de los traspiés sufridos por la tendencia
peronista inaugurada por Néstor Kirchner en el año 2003, basada en la
creencia que las redes sociales son una forma de comunicación directa
equiparable, o de impatco similar o mayor, que el contacto presencial
de la humanidad presidencial frente a la población a la que, se supone
quiere representar.
Creer que Facebook o Twitter son simples
medios de comunicación directos y neutrales entre personas que
interactuan "con buena onda", es por lo menos de una ingenuidad
lindante con la estupidez política, y que carece de validez en el campo
de la comunicación humana. como bien dijera Noam Chomsky, uno de los
principales neuroliguistas científicos del MIT: "conozco gente que cree
que si en facebook tiene 500 amigos que lo siguen, él supone que
realmente tiene 500 amigos verdaderos".
Este desplazamiento
de la política que reemplaza la conexión humana de los líderes
políticos por una supuesta comunicación virtual sin intermediarios
explica una buena parte de la debacle de Cristina Fernández, su
pensamiento y acciones gubernamentales y el desbande de buena parte de
sus seguidores, quienes luego de las medidas económicas tomadas por el
gobierno K, (restricción cambiaria, devaluación, impuesto al salario,
bajos salarios). no encuentran respuestas ni explicaciones convincentes
de lo ocurrido cotidianamente en materia de inseguridad, educación,
salud o justicia y que parecen estar decididos a buscar nuevos
horizontes en materia de candidatos presidenciales para el año próximo,
aunque no precisamente hacia posiciones de tipo "progresistas" dada la
desilusión traicionante del cristinismo.
La trampa
conspirativa tendida por Facebook y Twitter a la inteligencia K fue
letal para el proyecto kirhnerista que todavía no quiere ver la causa
de sus fracasos en la conexión "facebukera" y "tuitera" con la que
Cristina descarga sus frustraciones políticas cada vez que la realidad
real le pone límites a su fetichismo tecnológico, alejándose cada día
más del pueblo.
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