Entrevista con María del Carmen Verdú, abogada y luchadora contra la represión policial e institucional
“…no te llenes de calma / no reserves del mundo / sólo un rincón tranquilo /
…no te salves ahora / ni nunca /
no te salves”.
Mario Benedetti
Así como la canción que prefiere es La Internacional, recita con nostalgia y en francés El hombre y la mar
de Charles Baudelaire. Mientras habla con los ojos entre las paredes
recién pintadas de la nueva sede de la Coordinadora Contra la Represión
Policial e Institucional (http://www.correpi.lahaine. org/),
CORREPI, la abogada penalista y defensora de los castigados por el
Estado, María del Carmen Verdú, fuma y bebe leche con chocolate. Voz
sin obstáculos y profunda, y una timidez mal disimulada que compensa
con la convicción de lo que pensadamente dice y hace.
María
del Carmen Verdú fue maestra de inglés y francés, y en 1984 inició el
ejercicio independiente de la abogacía. Entonces, con un pequeño grupo
de compañeros, creó la Asociación Amuayu por los derechos humanos (Los que van,
en mapudungun). En mayo de 1992, luego de fracasar a la hora de
incorporar la represión en democracia a las demandas de los organismos
de derechos humanos tradicionales, junto a otros, fundó la CORREPI. Es
que sólo han cambiado algunos aspectos del comportamiento estatal y las
policías continúan reprimiendo, deteniendo arbitrariamente, fusilando a
discreción, torturando, mientras la muerte de los empobrecidos en las
cárceles y comisarías es forma constituyente de una sociedad dividida
en clases sociales.
-La actualidad nos encuentra ante
el explícito ajuste antipopular impuesto por la actual administración
del Estado, una Argentina quebrada, el pago de la deuda externa usando
recursos de los ahorristas y pensionados bajo las condiciones ultra
liberales que ordenan el Club de París y el Fondo Monetario
Internacional a cambio de más deuda y de mejorar el ranking de
Argentina en la nómina de las economías menos riesgosas para invertir
sin trabas; la alta especulación de los precios de todo, los salarios
encogidos, el aumento de la pobreza, el incremento de los impuestos a
los trabajadores, el desempleo, entre otros fenómenos que sólo empeoran
la vida de las personas. ¿Cómo se expresa en materia represiva el
ajuste?
-Una mayor política de ajuste económico se
traduce en una mayor política represiva. Se trata de una dualidad que
funciona como un único momento, y que en sus costados más brutales se
manifiesta en la cantidad de muertos que provoca. Si se analizan los
períodos de mayores crisis en Argentina desde 1983 a 2013, sobresalen
los picos críticos de 1989, 1999-2001, 2008, 2010, de manera
correlativa con un aumento significativo de personas asesinadas por el
aparato represivo estatal. Si tuviéramos sistematizadas, tal como
tenemos la represión con resultado de muerte, las represiones en
general que no han causado víctimas fatales contaríamos con un mapa
similar.
Los mártires de Las Heras
-¿Cuáles son los casos represivos paradigmáticos del último tiempo?
-Al cierre de 2013 y en lo que va de 2014 advertimos un recrudecimiento
de la represión a la protesta en cualquiera de sus formas, incluso con
un mayor encarnizamiento una vez producida la represión y realizadas
las detenciones. En lo legal, las imputaciones son cada vez más graves
contra las personas como lo demuestra el caso de los tres trabajadores
petroleros de Las Heras que están presos desde el 23 de febrero de 2014
( http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=178262).
El fin de semana pasado estuvimos con ellos en una delegación del
Comité por la Absolución de los Trabajadores de Las Heras. En una
situación inédita, los petroleros fueron condenados a prisión perpetua,
con una calificación legal de homicidio agravado por la muerte de un
policía, lo que hace más difícil explicar a la población menos
politizada que se trata de una causa armada, de un montaje, donde hubo
torturas y testimonios de los testigos arrancadas a golpe limpio con el
fin de clausurar la lucha de los petroleros que, sin embargo,
actualmente continúa.
-¿Quiénes son los condenados?
-Muchachos muy jóvenes. Uno de ellos es delegado de la empresa donde se
desempeñaba y los otros dos son miembros de la comisión directiva del
sindicato. Acababan de recuperar el sindicato hacía unos pocos meses, y
hoy están acusados de delitos que tranquilamente podrían devenir en una
excarcelación. Sin embargo, estamos frente a una clara decisión
política verificable en las piezas procesales que llegan a considerar
como antecedentes criminosos que hayan participado en un corte de ruta
hace un par de años atrás. ¡Como si en Argentina no existiera ningún
trabajador imputado por eso! Son 6 mil los imputados por luchar en
Argentina.
-Al parecer para el Ejecutivo de turno semejantes condenas ‘ejemplares’ no han tenido el resultado que esperaba…
-Indudablemente que no. Las luchas no se han amedrentado. De hecho, la
clase trabajadora está pariendo una nueva generación de dirigentes
antiburocráticos, que vienen organizándose por fuera de las estructuras
aliadas a los gobiernos y a la burguesía. Esta situación provoca
verdadero temor en los sectores dominantes y por eso para el poder 6
mil procesados son pocos aún.
Trabajo en negro
-¿Y qué pasa con casi la mitad de la fuerza laboral en Argentina que
trabaja ‘en negro’, irregularmente, sin ningún derecho ni seguridad
social y que no puede sindicalizarse?
-Precisamente, las
nuevas conducciones juveniles de las comisiones internas, cuerpos de
delegados y sindicatos enarbolan como una de sus banderas primeras la
lucha contra la precarización del trabajo, contra la tercerización. Por
ejemplo, basta fijarse en los ejes de la pelea de los propios
petroleros de Las Heras desde el 2004-2005, cuando el conflicto se
agudizó: terminar con el llamado ‘impuesto a la ganancia’ (que es en
realidad impuesto al salario) y acabar con el trabajo en negro.
-En este punto el doble discurso desde arriba resulta escandaloso, toda
vez que se presentan proyectos de ley y se hace propaganda contra el
trabajo en negro, pero en la práctica ocurre lo contrario.
-El trabajo en negro no se va a resolver con proyectos de ley cuando
son el Estado nacional y los Estados provinciales los principales
empleadores en negro del país. En cualquier ministerio se encuentra
entre un 60 a un 70 % de trabajadores en negro.
Leyes de terror
-Siempre dentro del actual período, ¿cuándo se inició tan duramente el
combate legalizado de las administraciones del Estado contra los
trabajadores y empobrecidos?
-Con los Kirchner se
sancionaron 7 leyes antiterroristas entre el 2003 y el 2013, cosa que
no pudieron hacer ni Menem ni De la Rúa. La más visible fue la de
diciembre de 2010, claro. Y ahora salen con la ley anti piquete que
vulnera sustancialmente el derecho a huelga. Hasta por hacer un piquete
(manifestación de un grupo de trabajadores) en la vereda de una fábrica
o empresa se puede imputar a los manifestantes por violación de domicilio.
Apariencia y realidad
-Existen distintos sectores del país que señalan que en los últimos
tiempos ha habido una “derechización” del gobierno. ¿Qué
caracterización haces de esa percepción?
-Nosotros
creemos (el equipo de la CORREPI) que luego de los resultados de las
elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, PASO, de
agosto de 2013, y de la elecciones legislativas de octubre del mismo
año, el gobierno nacional hizo un descubrimiento. Así como en su
momento le había redituado más ganancias electorales un discurso de
tinte progresista y menos virulento en cuestiones represivas, a partir
del ascenso en las encuestas y en las propias elecciones de personajes
como Sergio Massa (derecha), el mantenimiento de Mauricio Macri
(derecha) en la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires, y tener que
recurrir al jefe de gobierno de la provincia de Buenos Aires, Daniel
Scioli, de la misma componenda del gobierno, pero considerado por el
Ejecutivo más parecido a Massa y Macri, los inquilinos de la Casa
Rosada simplemente sinceraron su discurso. O sea, no es el ejercicio
concreto de la represión lo que ha cambiado en el kirchnerismo en los
últimos meses, sino la forma en que lo expresan.”
¿Qué derechización del gobierno?
-¿Y qué pasó con el discurso de que bajo el kirchnerismo no habría
represión y de que Argentina se había transformado en el país de los
Derechos Humanos?
-Ese discurso instalado desde el inicio
del kirchnerismo prendió muy fuerte y quienes lo compraron ahora hablan
de “derechización” porque nunca advirtieron que detrás de los dichos
oficiales ya estaban ocurriendo las cosas que recién hoy ven. Los que
se espantan con la desaparición de Luciano Arruga (http://www.anred.org/spip. php?article7227)
no saben que hubo 213 casos antes. Los que abrieron los ojos ante la
represión a la protesta social con el asesinato de Mariano Ferreyra (http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=137929),
no saben que hubo 97 casos anteriores, 20 durante la gestión
kirchnerista. Lo mismo ocurre con la falsa bravata antiimperialista del
Ejecutivo y con la transparentación del pago religioso de la deuda
externa. Hoy está demostrado que jamás el FMI dejó de tener injerencia
en la política interna del país.
Cuestión de derechos humanos
-De todas maneras en Argentina, a diferencia de Chile y Uruguay, por
poner dos casos, altos responsables políticos de la dictadura
cívico-militar están tras las rejas o han muerto encarcelados…
-Es cierto que Argentina ha tenido una conducta ejemplar desde el punto
de vista de la decisión del que fue su movimiento de Derechos Humanos
con anterioridad a 2003 y de lograr hacer del reclamo del juicio y
castigo una causa que se extendió al conjunto de las organizaciones
populares. Tal vez la diferencia entre Argentina y otros países
respecto del impulso de las leyes contra la impunidad es que aquí fue
adoptado como propio por el conjunto de la clase trabajadora. El 24 de
marzo de 1996, la marcha a 20 años del golpe de Estado no fue
protagonizada por el movimiento de DDHH exclusivamente. Fue
protagonizada por el pueblo trabajador argentino. De hecho, ese espacio
hoy está ocupado más por la clase trabajadora organizada que por el
movimiento de DDHH histórico, el cual ya es parte del gobierno (salvo
HIJOS de La Plata y un par de personas de HIJOS Oeste), o de alguna
otra opción burguesa no kirchnerista.
-Es decir, la
independencia del movimiento social ampliado por la verdad y la
justicia es una de las causas del presidio de, al menos, un buen número
de genocidas…
-En efecto. Hoy en Argentina es muy difícil
encontrar entre los dinosaurios ‘más ilustres’ de la ultraderecha a
alguien que públicamente reivindique a la dictadura o a la represión
antes de 1983. Ni López Murphy, ni Macri, ni siquiera Mariano Grondona,
van a decir: “Y bien muertos que están los guerrilleros”. No existe
ninguna militancia real que festeje a la dictadura. Ahora bien, la
demanda de juicio y castigo se ha vulgarizado de tal modo que el
gobierno actual puede hacer lo que no pudo hacer ni Alfonsín ni Menem
que, más allá de sus pactos con el aparato militar, pasaron durante sus
gobiernos por una real situación de peligroso poder que descansaba en
los grandes criminales. Pero en el 2014, con 87 años de promedio,
ninguno de los milicos judicializados tiene algún peso específico en el
aparato represivo del Estado. Es más, son un lastre que molesta a la
actual oficialidad que quiere despegarse de eso. Y por otro lado, hay
una palabra que no existe en el léxico de la burguesía: la lealtad. Esa
clase utilizó a la alta oficialidad de las fuerzas armadas para
realizar la tarea más sucia con el fin de mantener la gobernabilidad
burguesa en los 70, y cumplida la labor, la mandaron para su casa y nos
impusieron a un democrático abogado que recitaba el preámbulo de la
Constitución Nacional en cada discurso (Raúl Alfonsín).
-¿Y el resultado de la Guerra de Las Malvinas influyó?
-Es un eslabón más, pero no el determinante. Los militares se retiraron
del gobierno porque a la burguesía ya no le hacía falta. Esto es parte
de una discusión que tuvimos hace años en Argentina sobre el retorno
del funcionamiento de las instituciones democráticas. Para nosotros no
fue un triunfo de la clase trabajadora; fue la expresión más clara de
la derrota.
Los jóvenes son el porvenir
-¿Qué efectos en el movimiento social estimas que tendrá el ajuste estructural en curso?
-Lo que observamos en nuestra militancia y en otras militancias
hermanas cotidianamente es que hay una enorme cantidad de jóvenes que
están organizándose desde la base y saliendo de ciertas versiones
funcionales que reniegan de la lucha por el poder. Estamos frente a una
generación que si bien ha crecido en el marco de la gestión
kirchnerista, ya no compra ese cuento y quiere hacer algo. Existe una
efervescencia y no es de soda.
El último libro recientemente publicado por la entrevistada es "Represión en democracia. De la "primavera alfonsinista" al "gobierno de los derechos humanos"."
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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