Según el reporte del diario, para el ex cónsul de Estados Unidos en Ciudad Juárez Raymond Mc Grath, esta acción de "bombo y platillo" solo sirvió para que los cárteles le tomaran la medida a las tácticas de los militares y aceleraran sus acciones violentas durante el resto del año.
En su valoración, enviada al Departamento de Estado en enero de 2009, el diplomático agrega que de acuerdo a una percepción generalizada "el ejército se siente cómodo dejando que los cárteles de Sinaloa y Juárez hagan la guerra entre ellos por el control de la plaza".
Pero lo llamativo del asunto es que Mc Grath reconoce en dicho cable, que "existe la teoría de que a los militares les gustaría ver ganar al cártel de Sinaloa", en tanto sugirió que algunos de los elementos contratados por empresarios, y con vínculos con los uniformados, eran Zetas.
De acuerdo con los análisis de la sede diplomática del país vecino, involucrar al ejército en la lucha contra los cárteles en Juárez fue una medida de corto plazo que "logró perturbar a los grupos criminales hasta cierto punto, pero como estrategia de seguridad pública fue un fracaso".
El reporte también cuestiona la teoría del gobierno sobre la disminución de la violencia en abril de 2009, al plantear que las organizaciones criminales no emigraron a ningún lado, sólo bajaron su perfil mientras observaban y reunían información de inteligencia.
Los cárteles no solo se mantuvieron sino que diversificaron sus actividades, crearon miles de pequeñas pandillas y a finales de ese año la cifra de muertos en hechos relacionados con el crimen organizado alcanzó la cifra de 185 al mes pese a la presencia masiva del Ejército, indica el periódico.
En otro cable relacionado con el tema, los diplomáticos estadounidenses ponen en duda la fama de eficiente y pacificador que precede al actual director de Seguridad Pública en Ciudad Juárez, Julián Leyzaola, a quien desaprueban por "su incapacidad de depurar y organizar a la policía local".
La información confidencial emitida en julio de 2009 por el consulado norteamericano en Tijuana, Baja California, señala que el funcionario pensó que era mejor pacificar la ciudad favoreciendo a los contrincantes del grupo de "El Teo", porque "estos podrían hacer sus negocios de manera más discreta".
El rotativo de circulación nacional precisa que actualmente es un militar quien dirige la lucha antinarcóticos en Juárez, luego de la intensa campaña que desplegó el gobierno de Washington para hacer a un lado al Ejército y poner en su lugar a la Policía Federal.
De esa manera, agrega, esta estrategia servirá para demostrar justamente en esta urbe que los poderosos cárteles mexicanos pueden ser derrotados.
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