México, 26 mar (PL) Las autoridades de Estados Unidos dieron órdenes a sus agentes radicados en la embajada en México, que ocultaran a las autoridades locales la operación de tráfico de armas vigilado hacia ese país, informó un testigo.
El exjefe de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) en México Darren Gil es el tercer testigo que relata a la cadena estadounidense CBS, detalles de la operación encubierta conocida como "Rápido y Furioso".
Gil dijo que su supervisor directo en Washington le comunicó que mediante la acción se toleraba el paso de armamento con destino a las bandas criminales para rastrearlas y ubicar así a los principales jefes mafiosos, pero dio la orden de no comunicarlo a su contraparte mexicana, reportan hoy varios medios locales.
El oficial detectó las primeras anomalías a principios de 2010, cuando los números de serie de una gran cantidad de armas usadas en crímenes ligados con los cárteles de la droga fueron rastreados hasta Phoenix, donde comenzó la operación "Rápido y Furioso", publica El Universal.
Tras recibir la instrucción de no informar a las autoridades locales, el agente de ATF dice que cuestionó a su superior y le apostilló:
"¿Cuándo va a terminar este caso? Los mexicanos se pondrán rabiosos cuando se enteren de esto. En algún momento, estas armas van a terminar siendo usadas para matar a algún funcionario mexicano, a un policía o a militares y entonces, ¿qué vamos a hacer?".
El exjefe de ATF en México dejó en claro que el plan lo aprobaron los más altos niveles en Washington y confesó que en diciembre de 2010 se retiró de la Agencia, en parte por su negativa a participar en la estrategia de permitir la entrada a México de unas dos mil armas fuera de control.
Kenneth Melson, actual director general de ATF, y Lanny Breuer, asistente del fiscal general para la División Criminal del Departamento de Justicia, visitaron la capital mexicana en la segunda mitad de 2010, donde sostuvieron reuniones con autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR)
Paradójicamente, en ese encuentro los funcionarios estadounidenses ofrecieron a sus iguales mexicanos tecnología para rastrear las armas, que ellos mismos dejaban pasar a territorio nacional de manera ilegal, refiere El Universal en su reporte.
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