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martes, 29 de marzo de 2011

Obama: “vine, vidi y no dije nada...


Frida Modak

El título de este artículo no es mío, corresponde al comentario hecho por José Piñera, hermano del presidente chileno Sebastián Piñera, y publicado por el diario El Mercurio junto a otros dichos de distintas personalidades al término del discurso de mandatario estadunidense.

El texto completo es “Vine, vide, vinci, fue el tweet de César a Roma tras una victoria. Vine. vidi y no dije nada, será el tweet hoy de Obama”. Pero José Piñera, ex ministro del Trabajo y de Minería de Pinochet no es el único que piensa así, aunque su hermano dice estar muy satisfecho.

El presidente del partido Socialista dijo que “Los estadunidenses son especialistas en hacer buenos shows y este fue un show, muy pocas nueces para tanto ruido.”
El senador demócrata cristiano y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado chileno dijo que lamentaba que Obama “no abordara los temas que esperábamos los latinoamericanos y los chilenos. No hubo propuesta sobre el desafío de avanzar en la lucha contra la pobreza, ni en el problema migratorio, el término del proteccionismo agrícola y la eliminación del embargo a Cuba o un importante mea culpa por los derechos humanos”.

Hay muchos otros comentarios similares, como así también artículos de agencias noticiosas internacionales y notas de prensa de otros países. La agencia alemana DPA, por ejemplo, destacó que Obama propuso a las Américas una alianza, sin anunciar medidas, plazos ni comprometer apoyos políticos. La gira, que incluyó a Brasil, Chile y El Salvador fue también muy carrereada debido tanto al desarrollo de los acontecimientos en Libia, como a las acusaciones de que Obama ha violado la constitución estadunidense al apoyar la intervención en ese país, lo que lo obligó a acortar en horas sus estadías en Chile y El Salvador. Pero no es tan efectivo que el mandatario estadunidense no haya dicho nada. Planteó cosas que no explicó, ignoró demandas. lo que es una forma de responder, y no entró en detalles sobre su propuesta de actualizar la Alianza para el Progreso kennediana de los años sesenta, lo que también tiene un significado.

Brasil La primera etapa de su viaje fue Brasil y los acontecimientos allí no se desarrollaron armónicamente porque fue desde ahí de donde Obama dio el vamos a los bombardeos sobre Libia, encabezados y dirigidos por su país, como habían acordado con sus aliados. Como se sabe, Brasil se abstuvo en la votación del Consejo de Segundad de l as Naciones Unidas cuando se adoptaron las medidas para establecer la exclusión aérea en Libia, lo que equivale a un operativo de guerra, como dijera hace ya algunas semanas un general estadunidense.

Obama tuvo la opción y la excusa para postergar la gira y no lo hizo, presumiblemente estimó que al no estar en su país quedaba, en apariencias, al margen de esos hechos. Pero los bombardeos a Libia lo acompañaron toda la gira y el “vamos “ que dio desde Brasil tuvo consecuencias. Ese fue el motivo por el cual el ex presidente Lula no fue a la comida que la presidenta Dilma Rouseff le ofreció al visitante. En Brasil hay una importante colectividad árabe. El país fue colonia de Portugal y la nación europea estuvo bajo el dominio árabe durante más de un siglo, detalles históricos que al parecer el departamento de Estado no considera debidamente en sus anáisis, Talvez por eso Obama dijo después en un discurso que la transición brasileña era un modelo para el mundo árabe. Claro que también dijo en Santiago que la experiencia chilena es un modelo para la región y para el mundo.

Chile Ya desde Brasil y a través de un matutino chileno, el mandatario estadunidense había señalado que en el discurso que pronunciaría en Chile explicaría “nuestra visión para el hemisferio y que se funda en el concepto de alianza igualitaria que he perseguido desde que asumí la Presidencia de Estados Unidos. ” Ya en Chile, inició su discurso diciendo ”We are all Americans.

Todos somos Americanos”. Luego se refirió a la unidad alcanzada por los países latinoamericanos y afirmó que esta región “está contribuyendo a la prosperidad y seguridad mundial” y que por lo tanto va a ser “cada vez más importante para Estados Unidos”, afirmación suficiente para encender algunas luces rojas.
Siempre en esa línea sostuvo que “En América no hay socios mayores y no hay socios menores, sólo socios iguales”, de modo que las asociaciones de igualdad “exigen” una responsabilidad compartida, lo que podría parecer democrático si tales asociaciones se establecieran entre iguales, lo que obviamente no ocurre. Esa es la base de su propuesta, cuyos alcances son obvios, América Latina va bien en los aspectos que a Estados Unidos le interesan, de modo que nos vamos a asociar. Aquí hay petróleo suficiente para todos, tanto descubierto como por descubrir, una Amazonia y una Antártica con más riquezas y yacimientos enormes de agua dulce.

Lo que no explicó el presidente Obama es por qué tendríamos que asociarnos con su país, cuando somos tan capaces y tan ricos. Si fuera por recursos económicos para explotar esas riquezas, en la actualidad hay muchos interesados en aportarlos y posiblemente pongan menos condiciones y exijan menos ventajas. Esto es lo sustancial del discurso, en el cual Obama buscó apoyarse en la imagen de John Kennedy, admitiendo que esa Alianza para el Progreso de 1961 ya estaba superada, si bien lo cierto es que cuando fue puesta en práctica ya lo estaba porque sus metas no conducían al progreso. Cabe recordar que el planteamiento de Kennedy al hacerla pública fue “a nuestros vecinos del Sur les pedimos que den un poco para no perderlo todo” y así fue.

Lo que importaba era proponer reformas a medias para contrarrestar la influencia de la Revolución cubana a la que desde la “era Kennedy” se le impuso el bloqueo económico.
Y a propósito de Cuba, el mandatario estadunidense aseguró haber hecho muchos esfuerzos para mejorar las relaciones y supuestamente también su economía, pero que Cuba no había correspondido, no se le ocurrió que bastaría levantar el bloqueo para que esa nación desarrolle todo su potencial, del cual ha dado prueba en estos 50 años.

De lo que no dijo nada fue de lo que numerosos chilenos, entre ellos el escritor Ariel Dorfman, que le pidieron públicamente y a través de la prensa, que se disculpara con los chilenos por el golpe militar de 1973 y las violaciones a los derechos humanos cometidas al amparo y colaboración de Washington. Dorfman, en un artículo en el diario español El País, le señaló que no necesitaba pedir perdón, ni expresar remordimiento por la intervención estadunidense en Chile, que bastaría con que visitara la tumba del presidente Salvador Allende y le dedicara “un par de minutos soltarios”, con lo que enviaría una señal al sur de Río Bravo de que sería posible una nueva relación con Estados Unidos.

Nada ocurrió y en un momento los periodistas chilenos que cubrían la visita acordaron preguntarle si su país colaboraría en la investigación de las muertes del presidente Allende y su antecesor Eduardo Frei y si pediría perdón por la participación de su país durante el régimen militar. Obama respondió que considerarían cualquier solicitud.
Pero después agregó “debemos aprender de nuestra historia, y entender nuestra historia, pero no sentirnos atrapados por la historia, porque tenemos muchos desafíos hoy, incluso lo más importante, tenemos desafíos para el futuro que debemos poner atención”.

El Salvador En la mañana del martes, después de desayunar con el presidente Piñera, el gobernante estadunidense partió a El Salvador, última etapa de su gira. Casi al mismo tiempo que llegaba se produjo un temblor en la nación centroamericana. En la capital salvadoreña había plantones y marchas de protesta, pero al igual que en Chile, no fueron vistas por el visitante, debido al cierre de calles. Allí todo se desarrolló a la carrera. Obama se reunió con el presidente Funes y luego dieron una conferencia de prensa en la que el único anuncio importante fue que Estados Unidos daría 200 millones de dólares para el combate a la criminalidad en América Central a través de un plan que, según trascendió, se desarrollará fuera de la Iniciativa Mérida suscrita con México. Hecho este anuncio, Obama y el presidente Mauricio Funes fueron a la catedral salvadoreña, donde se encuentran los restos de Arzobispo Arnulfo Romero, asesinado de un balazo cuando decía una misa.

El autor del crimen fue el mayor golpista Roberto D’Abuisson, del partido Arena, que gobernó durante varios períodos hasta la elección de Funes. Fue Obama quien pidió ir a la catedral. El Padre Juan Vicente Chopin replicó con un interesante análisis sobre el significado de esa visita, señalando que tendría sentido si se trataba de “un reconocimiento al testimonio de vida que llevó Mons. Romero.

Con ello se estaría legitimando su defensa de los derechos humanos”.
Agregó que si sólo tuviera un carácter político, Obama estaría buscanso popularidad, pero si en el supuesto político el presidente de Estados Unidos pidiera la derogación de la ley de amnistía que encubre a muchos asesinos, o si pidiera disculpas por los crímenes que cometieron ”soldados entrenados en la Escuela de las Américas” entonces “su discurso sería esperanzador en aras de construir una democracia real y estable”. Obama no dijo nada, la respuesta la había dado en Chile. - Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.

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