El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha señalado que las revueltas populares del mundo árabe no habrían sido posibles si el portal no hubiera filtrado los cables diplomáticos del Departamento de Estado norteamericano referentes a la corrupción de los regímenes en estos países.
En opinión del australiano, estos documentos confirmaron las sospechas de la población sobre la naturaleza de la clase dirigente, dificultando así que las democracias occidentales pudieran seguir justificando ante la opinión pública el apoyo a estos gobiernos.
“Los cables tunecinos mostraron claramente que si todo se reducía a una lucha entre los militares y el presidente (Zine al Abidine) Ben Alí, Estados Unidos apoyaría a los militares. Esto es algo que seguramente ha hecho reflexionar a los países vecinos”, ha dicho Assange ante cientos de estudiantes de la Universidad de Cambridge.
Así, se ha referido no solo a los cables divulgados con anterioridad a las protestas, sino a los que se publicaron después “con la mayor rapidez” para aportar información sobre el comportamiento de los presidentes de Túnez, Egipto, Libia y Bahrein, entre otros.
“No lo hicimos solo para que la población supiera lo que estaba pasando, porque ya lo sabía y en algunos casos con detalles grotescos, sino para que no fuera posible que Occidente continuara apoyándoles”, ha explicado.
En concreto, ha aludido a las filtraciones sobre las maniobras de Omar Suleimán, el que fuera vicepresidente y jefe de la Inteligencia de Egipto. “Fue imposible para la secretaria de Estado (norteamericana), Hillary Clinton, apoyarle como sucesor del presidente (Hosni) Mubarak”, ha aseverado.
Tanto Ben Alí como Mubarak fueron derrocados por los movimientos populares, que han alentado así a otros países de la región, como Bahrein, Yemen, Omán y Libia.
Reuters / EP
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