Países, capitalistas y unos pocos, gracias a dos grandes guerras mundiales pudieron enriquecerse aún más y hoy han llegado a dominar países, a costa de trabajadores. Soldados y trabajadores trabajaron y murieron millones por culpa de la fabricación de las armas que junto al negocio de la droga es uno de los más lucrativos del mundo, gracias a éstas guerras que les dejaron grandes ganancias a los países a costa de la explotación de quienes fueron los que pagaron un precio terrible y del que no reconoce o muy poco habla la historia. Según la UNESCO existen, además de la crisis financiera, las crisis de la educación y el de conflictos armados. Son muchos los países que gastan más en armamentos que en educación ¿cómo andamos por casa? no tenemos conflictos armados y sin embargo las fuerzas armadas han recibido más dinero que la educación, en los últimos 30 años.
Pasada la era industrial, con la llegada de los gobiernos de ultra derecha (Reagan en EE. UU., Thatcher en Gran Bretaña, Pinochet en Chile, Dictaduras militares en América Latina, etc.) se instaló el neoliberalismo. Una industria que combinó lo financiero con lo cultural. Convirtió a los habitantes de éstos países en seres individuales y ofreció el libre mercado como un modelo de sociedad, como un modelo de "liberación", que era la panacea para el consumismo y que cada individuo debía "rascarse con sus propias uñas" a costa de cualquier obstáculo, sea éste financiero o moral. Junto al avance del sistema neoliberal llega el avance de las tecnologías y de los medios de comunicación más avanzados y rápidos que convierte al mundo en una aldea y de ellas se apropian los dueños del capital y las grandes multinacionales. Hoy en la mayoría de los países "en desarrollo o del llamado 3° mundo" éstas empresas multinacionales son más poderosas que los gobiernos de ésos mismos países. El desarrollo del neoliberalismo lo vivimos en Chile con su implementación con la fuerza de las armas y con el sacrificio de los trabajadores, a costa de asesinar, de empobrecerlo y robarles beneficios que históricamente les pertenecían. Su herencia, entre otras cosas fueron: las AFP, las Isapres, el Código del Trabajo, la Constitución Política (de Pinochet), el libertinaje de los empresarios y la explotación sin misericordia de miles de hombres y mujeres trabajadores.
Hoy éste sistema ha entrado en una profunda crisis y la pregunta que debemos hacernos es ¿quiénes la han provocado? Los mismos capitalistas que han llevado al mundo rumbo al despeñadero y junto a ellos a muchos miles de millones de habitantes de nuestra tierra. Cada día los ricos son más ricos y los pobres más pobres y millones de trabajadores están quedando cesantes. Los responsables de la crisis tienen más dinero hoy que nunca antes. El capital que ellos amasaron en todos estos años fue el fruto de la explotación, principalmente de los más pobres y marginados. Hoy el 1% controla las riquezas de la tierra y que han amasado tanto dinero, someten al 99% restante, quienes serán los que pagarán la "farra" que se han dado los ricos.
Con todo, es importante que los trabajadores de nuestro país identifique claramente quienes son los culpables de éste desastre al que no escaparemos a pesar de las mentiras que nos entrega el gobierno y los politicastros (estamos blindados, estamos manejando nuestros recursos, etc. etc.). Esta crisis dejará muchos heridos y muertos en el camino, es un proceso sin retorno. Siempre para los empresarios lo más fácil es despedir a los trabajadores y el Código del Trabajo en Chile es uno de los más flexibles del mundo.
Los dueños del capital intentarán una multiplicidad de medidas: exigir "mayores sacrificios" a sus trabajadores, rebajar sueldos, eliminar beneficios y todo con la amenaza de cerrar y/o terminar con las fuentes de trabajo. Debemos tener la seguridad que los patrones no se quedarán tranquilos frente al escenario caótico que ellos mismos han creado. Ni pensar en lo que pasará con los fondos de nuestras pensiones, para tener derecho a una jubilación digna, fondos que tienen acaparados las empresas transnacionales y que están hoy en peligro de perderse. Muchos hemos venido sosteniendo de la importancia del resguardo de éstos fondos, sin embargo todos han hecho oídos sordos. El año 2008 se perdieron un tercio de los ahorros y así hemos seguido en permanentes pérdidas hasta ahora ¿Qué quedará para el pago de nuestras pensiones? Dicen que se recuperarán y esta es otra gran falsedad…jamás se puede recuperar lo ya perdido.
La crisis ha hecho sonar nuevamente el despertador de la historia. Debemos iniciar una lucha en conjunto, en desarrollar nuestra propia revolución y no dejarnos engañar más. Hoy, más que nunca, estamos llamados a unirnos para enfrentar una lucha que puede durar muchos años antes que podamos torcer el rumbo de la historia.
Solos no podemos, juntos tendremos siempre la posibilidad y capacidad de cambiar la historia de lo contrario, seremos nuevamente los trabajadores los que pagaremos la fiesta de los ricos culpables del desastre y de la que no somos responsables.
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