Pese a que el gobierno de Bachelet dejó un presupuesto millonario y el ministro de Educación, Joaquín Lavín, prometió dos mil becas para este año, sólo se entregaron 764 becas de magíster y doctorado. Perjudicados acusan falta de transparencia ya que la mayoría de los postulantes aún no tiene acceso a la evaluación de su postulación. Siete de cada diez beneficiados vive en la Región Metropolitana.
La nueva forma de gobernar dio sus primeras luces respecto a educación. Pese a que desde el 2008 se incrementaba cada año el número de becas dadas para estudios de postgrado en el extranjero, esta vez se redujeron a casi la mitad. Se entregaron sólo 764 becas.
Si el 2009 se otorgaron 543 becas para doctorado y 793 para magíster, el gobierno de Sebastián Piñera entregó 439 y 325 respectivamente. O sea, 572 becas menos que el 2009, decisión que afectó al 89% de los 6.745 postulantes al sistema de estudios en el extranjero.
Las Becas de Magister y Doctorado en el extranjero de Becas Chile tienen como objetivo formar capital humano avanzado en universidades extranjeras de excelencia para que los profesionales al volver a Chile pongan en práctica los conocimientos adquiridos para el desarrollo científico del país.
Tampoco el gobierno de Piñera cumplió con la promesa de transparencia en la gestión, ya que además de la tardanza en los resultados, el sistema de Becas Chile se dio unilateralmente un plazo de 30 días para informar a quienes postularon sobre sus puntajes de adjudicación y las razones por las cuales fueron o no seleccionados.
Los resultados también muestran que el ministro Joaquín Lavín mintió cuando dijo al inaugurar la primera Feria Expo-Estudiante de Becas Chile en mayo de este año que se entregarían “alrededor de dos mil becas”.
La selección fue realizada por 26 comités de áreas que revisaron las postulaciones. El puntaje de corte fijado fue de 25,353 puntos para magíster y de 24,754 puntos para doctorado. El 2009 el puntaje de corte fijado por el comité de selección fue de 22 puntos.
La beca incluye un pasaje de ida y vuelta en clase económica para el becario, el pago de la matrícula y arancel del Máster o Doctorado, unos 200 mil pesos para materiales de estudio, un seguro médico y una asignación para manutención mensual acorde al costo de vida del país donde se estudiará.
En la selección, el 53% de las becas fueron entregadas a varones y un 67% a residentes de Santiago. Sólo 20 becados declararon pertenecer a un pueblo indígena.
Las áreas de conocimiento con más seleccionados en Magíster son las Ciencias Jurídicas (12%), Ciencias de la Ingeniería (11%), Biología (9%) y Educación (8%), en tanto que para Doctorado figuran en los primeros lugares Biología (17%) y Educación (10%).
Los países de destino que más favorecieron los seleccionados al momento de postular como primera preferencia, fueron: Estados Unidos (38%), Reino Unido (21%), España (10%) y Australia (8%). De los seleccionados un 5% estudiará en la Universidad de Harvard; un 4% en Berkeley, e igual cifra en las universidades de Barcelona y Columbia.
Sólo las notas cuentan
Pese a que en las base se ponderaba con un 45% los antecedentes académicos de los postulantes, expresado en las calificaciones obtenidas durante el pregrado; un 30% los objetivos que fundamentaban la postulación y en un 25% la calidad de la universidad que imparte el postgrado, primó la evaluación obtenida en el pregrado argumentándose que el Ministerio de Educación y Conicyt “ha concentrado sus esfuerzos en premiar a aquellos profesionales que poseen la calidad y la voluntad requerida para realizar de manera exitosa un programa de posgrado fuera del país”.
Es decir, no valía un buen proyecto de investigación, haber sido aceptado ya en el postgrado al cual se postula, un buen currículum de publicaciones o el interés que impulsa a la persona a estudiar. Primó el criterio que reduce la calidad profesional a una nota acumulada de una cantidad diversa de ramos que no siempre expresa, como ocurre en los pregrados, las aptitudes de un estudiante.
De haber vivido en Chile, Albert Einstein, que tenía pésimas notas en el colegio, simplemente no habría podido estudiar.
Formación de capital humano
El sistema de Becas Chile fue diseñado el 2008 por el gobierno de Michelle Bachelet luego de décadas de que los recursos otorgados para estudiar fueran entregados discrecionalmente.
Si en el 2005 sólo 172 jóvenes obtuvieron una beca para estudiar en el extranjero, el 2006 la cifra superó los mil, el año siguiente los 2.500 y al año 2010, Baclelet planeó llegar a 3.300 beneficiados. Todo esto en el marco de formación de capital humano avanzado.
La reforma de Bachelet permitió ponderar no sólo los antecedentes académicos de los postulantes, sino que además la trayectoria laboral, las razones que fundamentan su postulación, cartas de recomendación, el proyecto de investigación a desarrollar y la calidad de la universidad donde se desea estudiar.
El 2009, el corte del puntaje de selección marginó a más de mil postulantes que reunían las condiciones para estudiar fuera de Chile, lo que llevó a que los afectados interpusieran un recurso ante la Contraloría General de la Republica.
El presupuesto de Conicyt para becas para el año 2010 fue de $ 41 mil millones de pesos.
Pese a que Piñera celebró el ingreso de Chile durante el año pasado a la OCDE, en la práctica aspira a ser el hermano ratón de dicha alianza. Si en los países que la integran el promedio es de 7,4 investigadores por cada mil habitantes, en Chile apenas alcanza a 1,4.
Del capital humano avanzado al capital para los bancos
En la última reunión de traspaso de cartera de Educación ocurrida en marzo de este año, José Luis Sepúlveda, quien fuera director del sistema Becas Chile, le entregaba a Lavín un programa con un fondo total de US$ 6.000 millones para toda una década, denominado Fondo Bicentenario para Capital Humano y que financiará las becas desde el 2009 en adelante.
Entre los asesores de Lavín estaba Pablo Eguiguren, quien monitoreaba las políticas de educación superior en el neoliberal Instituto Libertad y Desarrollo. En sus artículos expresó muchas veces terminar con Becas Chile y que parte de los estudios sean financiados a través de créditos con la banca privada.
Pero lo peor viene para futuro, ya que el Ministerio de Educación pretende rediseñar Becas Chile modificando los requisitos para postular y el tipo de carreras a financiar, con “el objetivo de hacer más rentable para el país la entrega de estos beneficio” -según rezan las directrices del ministerio de Joaquín Lavín.
Esto incluye agregar un sistema de financiamiento a través de créditos con bancos privados para quienes postulen. Es decir, se convierte en un negocio más para la banca el derecho a estudiar, cosa ya ensayada por la Concertación con el sistema de créditos Corfo para estudios de pregrado, orientado a quienes “no reunen los requisitos” para postular a un crédito directo del Estado.
También persiguen cambiar los requisitos para postular, las carreras a financiar, argumentando que es con el objetivo de “hacer más rentable para el país la entrega de estos beneficios”. Su puesta en marcha está prevista para la convocatoria del segundo semestre del 2011.
En una de sus publicaciones, Eguiguren sostiene que “dada la alta rentabilidad privada de estudios de posgrado, consideramos que el mecanismo más adecuado no son becas, sino créditos”. Para ello propone que sean las instituciones financieras quienes financien los estudios de postgrado en el extranjero.
De cajón cae la interrogante de que si funcionase dicho sistema, los criterios de evaluación para pagar investigaciones será bajo la lógica de la rentabilidad monetaria.
La iniciativa además persigue reducir los años de cobertura de las becas para universitarios de pregrado y que no cubran el último año de estudios, además de abrir el Aporte Fiscal Directo (APD), que llega en un 95% a las universidades del Consejo de Rectores, a las universidades privadas.
Ya en septiembre de este año estudiantes de postgrado agrupados en la Asociación Nacional de Investigadores de Postgrado (Anip), dio cuenta de que “durante los últimos años ha quedado patente que instituciones como Conicyt carecen de la autonomía y recursos suficientes para cumplir de forma intachable la labor más importante en términos de Ciencia y Tecnología para el país: el desarrollo del Capital Humano Avanzado nacional”.
El Ciudadano
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