Más
de 80.000 estudiantes salieron el jueves a las calles de Santiago,
capital de Chile, para reiterar su pedido a la presidenta Michelle
Bacheletde una reforma educativa más profunda que garantice una
educación gratuita y de calidad.
Los manifestantes corearon consignas en las que exigían al Ejecutivo introducir sus demandas en las enmiendas y no ceder a las presiones de los sectores privados.
La marcha, convocada por el movimiento estudiantil la “Mesa Social por la Educación”, contó con la asistencia de miles de trabajadores y profesores, quienes mostraron su descontento por el modo en que el Gobierno de Bachelet maneja la reforma educacional prometida al país en los comicios de 2013.
"Estamos en un momento bien particular de la reforma educacional, el riesgo de llegar a acuerdos a puertas cerradas con sectores que quieren quedar blindados de los cambios, mantener sus privilegios, pone en riesgo el futuro de nuestro país también", afirmó a los medios locales Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc).
La movilización se tornó violenta luego de que las fuerzas especiales enfrentaran a un grupo de participantes, atacándoles con gases lacrimógenos y cañones de agua. Como consecuencia, al menos 82 estudiantes fueron detenidos.
El movimiento estudiantil, que inició su lucha para obtener una educación gratuita y de calidad en 2011 durante la administración del presidente derechista Sebastián Piñrera, teme que el actual Ejecutivo pacte con sectores de la oposición para lograr un acuerdo más amplio que desemboque en una reforma menos profunda.
El pasado miércoles, un grupo de estudiantes secundarios ocupó por momentos la sede del Ministerio de Educación y amenazó con radicalizar su protesta. Colgaron un lienzo en la puerta del edificio gubernamental en el que rezaba: "No han entendido nada, la receta está en la calle".
ftm/ncl/rba
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