Por primera vez, un grupo de víctimas participó en los diálogos de paz que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos llevan adelante desde 2012. El encuentro ocurrió el último sábado 16 de agosto, en La Habana, Cuba. En esta oportunidad, representantes de las Farc destacaron que los blancos principales de la victimización eran proyectos políticos y visiones alternativas de sociedad, especialmente aquellos inspirados en ideales igualitarios, socialistas, comunistas, libertarios y revolucionarios.
Ricardo Tellez, líder insurgente, asegura también que la victimización de millones de colombianos y colombianas tuvo como principal objetivo moldear la configuración de la formación económica, debilitando el derecho a construir alternativas políticas, fortaleciendo poderes locales de latifundistas y usurpando tierras para poner en marcha megaproyectos minero-energéticos y de infraestructura.
De acuerdo con la guerrilla, el ciclo de victimización de la historia reciente tuvo seis funciones: debilitar el derecho colectivo a construir una alternativa política; reforzar el cierre del sistema político mediante la eliminación física de potenciales alternativas de gobierno; reforzar poderes latifundistas, delictivos y mafiosos; levantar inmensos territorios para la acumulación de tierras; expropiar bienes comunes de la sociedad y propiciar la desvalorización y precarización del trabajo, para aumentar la tasa de ganancia.
En los próximos meses, se realizarán otros cuatro encuentros con la participación de comisiones formadas por 12 víctimas. Esas personas, que en total suman 60, fueron elegidas por la Conferencia Episcopal de Colombia, Organización de las Naciones Unidas y por el Centro de Pensamiento y Acompañamiento del Diálogo de Paz, de la Universidad Nacional. Es un hecho que el número es muy limitado para representar el universo de las personas afectadas por el conflicto armado colombiano, sin embargo, las instituciones aseguran que la elección fue realizada con máxima seriedad y respeto por la dignidad y dolor de las víctimas.
El primer grupo estuvo formado por Ángela María Giraldo, hermana de Francisco Javier Giraldo, diputado secuestrado y asesinado por las Farc; Alfonso Mora León, padre de un miliciano de las Farc, asesinado en la masacre de Mondoñedo, en 1996, después de haber sido secuestrado y torturado conjuntamente con otros cinco jóvenes; Constanza Turbay, que tuvo a toda su familia, compuesta por reconocidos políticos, asesinados por las Farc.
Débora Barros, Indígena Wayúu que perdió a cinco mujeres de su familia en la masacre de Bahía Portete;Jaime Peña, padre de uno de los 32 jóvenes asesinados en Barrancabermeja por un grupo paramilitar, en 1998;Janeth Bautista, hermana de Nidya Erika Bautista, secuestrada y asesinada por supuestos civiles, posteriormente su paradero fue revelado por un suboficial del Ejército; Jorge Vásquez, ex-consejero del municipio de Pitalito Huila, desplazado hacia otros municipios en virtud de amenazas del Frente 13 de las Farc.
José Antequera, hijo del líder político asesinado José Antequera; Leyner Palacios, líder de los familiares de víctimas de la masacre de Bojayá, en el que murieron 79 personas, que estaban refugiadas en una iglesia cuando las Farc lanzaron una bomba en medio de un enfrentamiento con un grupo paramilitar; Luz Marina Bernal Parra, madre de Fair Leonardo Porras Bernal, joven deficiente mental asesinado y usado como falso positivo; María Eugenia Cruz, defensora de derechos humanos, víctima de violencia de género, desplazamiento forzado y persecución; y Nelly González, madre de un teniente de la policía muerto por las Farc.
Traducción: Daniel Barrantes -barrantes.daniel@gmail.com
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