La necesidad y la carencia avanzan inexorablemente y parece ser que las iniciativas para combatir la desnutrición severa y crónica y otras iniciativas para paliar la crisis mundial del capitalismo que han puesto en marcha muchos gobiernos de derecha, por demás populistas, a pesar del término que siempre ha sido endilgado a la izquierda pero siempre utilizado por el fascismo, no serán suficientes para afrontar el drama pues simplemente no afrontan las estructuras raídas del capitalismo que tratan de mantener a flote el sistema.
Mientras, por un lado, las oligarquías tratan de frenar el descontento social que brota entre los pueblos angustiados y marginados por condiciones infrahumanas en que son mantenidos por esta clases parásitas y explotadoras a través de programas asistencialistas y represión y muerte, por el otro, siguen entregando sus territorios, con el mayor de los cinismos, a las empresas transnacionales. Tierras que si fueran utilizadas para beneficio colectivo y no para generar fabulosas ganancias a un grupúsculo de sus accionistas, podrían sacar de la miseria a dichas comunidades.
Los pueblos, conscientes de esa aberrante desigualdad además de sufrir los daños irreversibles que ocasionan a su entorno dichas explotaciones, saben del exiguo beneficio que les dejan. Hidroeléctricas que no solo, para su construcción, se despoja de tierras a sus pobladores sin proporcionarles el beneficio de la venta de energía eléctrica barata. O, la depredación de sus territorios deforestando y agotando la flora y la fauna con el único fin de acaparar el fabuloso negocio privado de la extracción de oro y otros minerales, el cual se cotiza hoy en 1,700 dólares la onza troy, aproximadamente, mientras dichas comunidades donde se ubican las empresas extractivas sufren exclusión, miseria que se vuelve más dramática con las enfermedades y envenenamientos que provocan los químicos utilizados para la acción minera.
El planeta entero está en franca rebelión y los imperialistas tratan de frenar la ola revolucionaria a través del envío de tropas y el ataque de sus hordas policiacas. Sin embargo, la audacia de las masas crece cada día más. Pronto veremos cómo los que antes fueron bolsones de guerrillas se vuelven verdaderos avisperos.
Por ejemplo, frente a la llegada del Emperador del fiasco a Kabul las milicias rebeldes propinaron varios ataques para hacerle saber que su poderío ha menguando y que su presencia no genera respeto. Asistiremos así, a múltiples muestras de audacia y arrojo alrededor del mundo contra las tropas imperiales.
El Imperialismo está retrocediendo, su poderío se está resquebrajando, mientras los trabajadores alrededor del mundo se están uniendo en concreción directa a la premonición marxista de “¡Proletarios del mundo, uníos!”. El caos como augurio de un nuevo orden.
Si usted no está convencido de ello, lo invito a leer las noticias diarias y verá que muchas personas de diferentes credos religiosos y políticos, de diferentes estratos y condiciones sociales convergen en que este orden de cosas no puede sostenerse más. Que no es posible que unos cuantos se beneficien de la riqueza que millones de trabajadores producen, mientras otros millones más son expulsados a la miseria y la mendicidad. No solo es ilógico para con la misma producción y distribución, sino va contra la misma condición humana.
Compartiendo con mi compañera, mis hijos y miles de compañeras y compañeros trabajadores más, en caminata alegre, esperanzadora, cálida y humana, este 1º de Mayo en mi pequeña ciudad capital de Guatemala, pude comprobar que el futuro es nuestro y no de ese aberrante sistema capitalista que ya toco fondo. Que el futuro, sino substancioso en mercancías, si lo será en humanidad, en fraternidad y altruismo. Y, cuando ya de regreso, sintonicé las principales cadenas televisivas, pudo corroborarlo al ver los torrentes de marea humana que colmaban las principales ciudades del mundo. Aún las del Imperio que, a pesar de utilizar todos sus mecanismos de represión y adormecimiento, no pudo frenar.
¡Hasta la victoria!
Carlos Maldonado
Colectivo “LA GOTERA”
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