01 de marzo de 2011, 10:48La Habana, 1 mar (PL) Nuevos testimonios del agente de la Seguridad del Estado "Vladimir" revelan hoy cómo el trabajador de Aduana del aeropuerto internacional José Martí infiltró durante más de 25 años a grupúsculos anticubanos financiados desde Estados Unidos.
* Relatan agentes cubanos a universitarios vivencias de misión
En una entrevista publicada por el diario Granma, Moisés Rodríguez explicó que ya por el año 1980 conoció al contrarrevolucionario Elizardo Sánchez, El Camaján.
Desde ese momento, dijo, inició una relación con ese sujeto a fin de crear un movimiento de derechos humanos en el país, en correspondencia con el interés de Washington de acabar con la Revolución cubana.
La punta de lanza era esa, pero después Estados Unidos ordenó además crear grupos de artistas y profesionales de diferentes ramas y corte político, rememoró Rodríguez, quien fuera primer vicepresidente del denominado Comité Cubano Pro-derechos humanos.
"Estuvimos un tiempo tratando de acordar cómo haríamos y además escuchando las órdenes de los amos: me refiero a la SINA, Sección de Intereses de Estados Unidos, que ya funcionaba aquí en La Habana como centro de diseño y dirección de la contrarrevolución", aseguró.
El contexto era propicio, dijo, porque los acontecimientos en Europa en las décadas de 1980 y 1990 fueron caldo de cultivo para esos grupúsculos tras colapsar el campo socialista y se intenta fabricar un cierto paralelismo en Cuba.
"Yo participaba en reuniones con los norteamericanos y con la cúpula de la disidencia, en las que se pronosticaba que esto se iba a pique, que faltaban días para el derrumbe de la Revolución, y hasta festejaban por adelantado", recordó.
Ya en ese instante, a Vladimir los �"rganos de la Seguridad del Estado le habían confiado la misión de penetrar el mundo de los que dicen pertenecer a una oposición política, que en realidad cuando tienen chance, lo que hacen es irse del país o hacerse de dinero, agregó.
Incluso, amplió, mi casa sirvió para varias reuniones y uno de esos encuentros fue una denominada cumbre paralela a la Iberoamericana que transcurría en La Habana.
Se trató de aprovechar la presencia de los presidentes "para regalar una imagen de que teníamos una oposición organizada".
De acuerdo con el criterio de Rodríguez, la SINA ha sido el laboratorio en el cual se formuló lo concerniente a ese movimiento de supuestos defensores de derechos humanos.
Afirmó que losmiembros de la Sección fueron los padrinos de cada proyecto, como la llamada Concertación Democrática Cubana, la Coalición Democrática Cubana, el Concilio Cubano, La Patria es de todos, Todos Unidosâ��, siempre con un fin: tratar de unir a la contrarrevolución.
Desde 1988 hasta 2005 tuvo relación con los jefes y funcionarios que pasaron por la Oficina, indicó.
Se remontó a 1992, cuando vino a La Habana Vicky Huddleston como enviada del Departamento de Estado para conversar con la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional en busca de apoyo a la recién firmada Ley Torricelli.
"La reunión se hizo en la oficina del jefe de la SINA y participamos los cuatro miembros que presidíamos la estructura de la comisión. El objetivo era que nos pronunciáramos a favor del bloqueo", testificó.
Con la presidencia de George W. Bush en la Casa Blanca se recrudeció mucho más la política de subversión contra Cuba, que halló en James Cason (2002-2005) a uno de sus principales ejecutores en La Habana, dijo el agente.
En más de 25 años como agente de la Seguridad del Estado, Rodríguez tuvo la posibilidad de conocer a casi todos los que han estado metidos en el negocio de la contrarrevolución en Cuba.
Si la SINA es el Cuartel General, la casa de El Camaján, por ejemplo, es como la embajada de esa contrarrevolución, lo sé porque viví ahí durante seis años, expresó.
"Elizardo siempre ha tenido muchas ansias de poder. El hecho de que manejara listas de reclusos, mapas con el lugar exacto de las prisiones, le daba una aparente actualización sobre el tema de los derechos humanos en Cuba", alegó.
Confirmó que la contrarrevolucionaria Martha Beatriz Roque le pidió en una ocasión a Sánchez durante una reunión que la impulsara en el mundo de los grupúsculos y le dijo: Me hace falta que me ayudes a escalar.
Ella ha buscado el protagonismo, expuso, y pensó que una Asamblea de mercenarios le resolvería el problema para el resto de sus días y que obtendría grandes sumas de dinero.
Revalidó que esos asalariados buscaban un aval político para presentarlo en el Programa de Refugiados de la SINA. No conocí a uno realmente sincero. "Todos tenían la esencia del servilismo, del anexionismo y del mercenarismo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario