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lunes, 7 de marzo de 2011

Misión británica de ayuda a Libia termina en vergüenza diplomática

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Atención a un herido en combate en Ras LanufFoto Ap
Terri Judd, Kim Sengupta y Andrew Grice
The Independent
Periódico La Jornada
Lunes 7 de marzo de 2011, p. 4
Un equipo de fuerzas especiales que estaba cautivo de rebeldes libios fue liberado ileso la noche de este domingo, con lo cual una misión diplomática para ayudar a los opositores terminó en humillación. Se dijo que los ocho hombres escoltaban a diplomáticos británicos en una misión secreta para forjar vínculos con el liderazgo rebelde cuando fueron arrestados y retenidos durante más de dos días.
La noche del domingo volvían a su patria a bordo del navío Cumberland de la armada británica, en camino a Malta. El secretario del Exterior, William Hague, informó: El equipo fue a Libia para entrar en contacto con la oposición. Encontró dificultades, que ya se resolvieron a satisfacción. Ya salió de Libia.
La televisión estatal libia transmitió una presunta conversación telefónica entre el embajador británico en Libia, Richard Northern, y un vocero rebelde del ex ministro de Justicia, Mustafá Abdel Jalil. Northern, negociando por cuenta del equipo británico, explica que fue un malentendido. El líder rebelde responde: Cometieron un gran error al venir en helicóptero en una zona abierta. Northern contesta: Yo no sabía que venían.
El episodio es un desaire al primer ministro, David Cameron, a quien se ha acusado de andar sonando el sable en sus intentos por ayudar a los rebeldes, y un nuevo revés a su estrategia sobre Libia. Sin embargo, Hague dijo que el gobierno planea enviar más misiones.
Se cree que los miembros del equipo eran integrantes del servicio especial naval (SBS, por sus siglas en inglés), equivalente en la armada al servicio aéreo especial (SAS) de la fuerza aérea, el cual voló el pasado fin de semana al país norafricano para rescatar a ciudadanos brasileños atrapados en el conflicto.
Testigos refirieron que una partida de 20 hombres descendió en helicóptero en el desierto a 10 kilómetros del aeropuerto de Benina, al este de Bengazi, en las primeras horas del viernes, y fue recibida por otros hombres en tierra. Según algunas versiones, fueron detenidos al llegar a un complejo en Bengasi y se les encontraron armas, explosivos y mapas.
Los rebeldes capturaron una fuerza especial británica. No sabían si eran amigos o enemigos, indicó este domingo una fuente rebelde en Bengasi y añadió: No sabemos por qué el gobierno británico no entró primero en contacto o detalló el propósito de su misión.
Ambos lados parecían interesados este domingo en resolver el asunto con rapidez, y hubo informes de que los hombres recibieron buen trato. No estaban vendados de los ojos con una pistola en la cabeza, expresó una fuente del ministerio británico.
Fuentes diplomáticas dijeron que el equipo británico estaba bajo la impresión de haber recibido la aceptación del gobierno provisional formado recientemente en Bengasi. Sin embargo, ese gobierno no cuenta aún con una estructura coherente y es difícil entender quién habría tenido el poder de autorizar la entrada de soldados extranjeros, asunto que es materia de desacuerdo entre los rebeldes.
En Bengasi se han colocado carteles que dicen No a la intervención extranjera; los libios pueden solos, pese a que se han hecho algunos llamados a realizar ataques aéreos contra el régimen.
Se dice que la aparición de los militares británicos enfureció a algunas figuras de la oposición libia, quienes temen que cualquier indicación de interferencia militar occidental pudiese ser usada para incitar el apoyo patriótico al atrincherado líder libio, Muammar Kadafi.
Fuentes del gobierno británico confirmaron la semana pasada que funcionarios del ministerio del exterior y consejeros especiales irían al este del país, cerca de Bengasi, para tratar de entrar en contacto con la oposición, evaluar la situación en el terreno y apoyar la transición del poder. Otras fuentes sugirieron que también se enviarían agentes del MI6 con apoyo de equipos de fuerzas especiales.
El primer ministro dijo la semana pasada que evaluaba dar ayuda militar a los grupos de oposición, pero otros funcionarios lo contradijeron, al insistir en que enviar material militar no estaba en los planes, entre otros motivos porque existe un embargo de venta de armas.
Los llamados de Cameron a crear una zona de exclusión aérea fueron calificados de plática irresponsable por el secretario estadundiense de Defensa Robert Gates, aunque más tarde recibieron el respaldo del presidente Barack Obama.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

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