Por Sinay Céspedes Moreno
Puerto Príncipe, 18 mar (PL) Jean Bertrand Aristide, exsacerdote y expresidente haitiano, regresó a su tierra natal con la intención de participar en la reconstrucción de este empobrecido país.
Nacido en la localidad sureña haitiana de Port Salut, el 15 de julio de 1953, se desempeñó como sacerdote antes de incursionar en la política.
Como parte de la labor social dentro del sacerdocio desarrolló varios programas en Cité Soleil, uno de los barrios más pobres y violentos de la capital, Puerto Príncipe, hasta separarse de la iglesia católica en 1988.
Tras iniciarse en la política se presentó a las elecciones de 1990 como candidato por el Frente Nacional para el Cambio y la Democracia y venció con 67 por ciento de votos, lo cual lo reveló ante el mundo como el primer presidente electo democráticamente en Haití.
Siete meses después de su investidura fue derrocado por un golpe de estado encabezado por el general Raoul Cedras y tuvo que abandonar el país, pero recuperó la jefatura de Estado en 1994.
En 1995 decidió disolver el ejército y formó un organismo policial que en la actualidad cuenta con alrededor de 10 mil efectivos.
Ese mismo año fue sucedido por René Preval, quien ocupó el cargo hasta 2001, cuando Aristide venció nuevamente con un abrumador 91 por ciento de papeletas, pese a rumores de fraude electoral.
Su segundo mandato, que debía durar hasta 2006, tampoco estuvo exento de problemas, pues enfrentó una oposición muy fuerte que incluso llegó a rechazar cualquier diálogo, lo cual incrementó la inestabilidad reinante.
Entre 2003 y 2004 se desarrollaron incidentes violentos en varias localidades del estado, los cuales derivaron en más de un centenar de muertos, pero Aristide ratificó que solo abandonaría el poder al término de su mandato, en febrero de 2006.
Como colofón de la crisis interna, en febrero de 2004 fue víctima de otro golpe de estado, que según sus propias declaraciones fue orquestado por el gobierno de Estados Unidos.
En entrevista tras su llegada a Sudáfrica afirmó que fue "una asonada moderna, con secuestro" y responsabilizó con la operación a fuerzas militares norteamericanas y haitianas.
Desde entonces y hasta hoy, vivió exiliado en Sudáfrica, país que lo acogió por siete años junto a su esposa y sus dos hijas.
Aunque sus seguidores no dejaron de demandar el retorno del expresidente, desde enero de este año, cuando anunció su intención de regresar, dejó claro que lo haría como ciudadano común y no para incurrir en política.
A su llegada a Puerto Príncipe, recibió una cálida acogida por parte de sus simpatizantes y de personalidades extranjeras que lo acompañaron en su retorno como el actor estadounidense Danny Glover y la exsenadora colombiana Piedad Córdova.
El exjefe de estado llamó a los haitianos a unirse y a combatir la exclusión reinante en el país, con inclusión.
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