Guillermo Javier González
El domingo 6 de octubre se llevaron a cabo las elecciones
primarias en República Dominicana, las primeras que se realizan bajo las
disposiciones de la Ley de Partidos Políticos y la Ley Orgánica del
Régimen Electoral, ambas de reciente aprobación. Para las mismas,
estaban llamados a participar los 7.422.416 ciudadanos que integran el
padrón oficial de la Junta Central Electoral (JCE), a fines de dirimir
los candidatos para los cargos electivos –presidente, senadores,
diputados, alcaldes, regidores, directores municipales y vocales- en las
internas de los distintos partidos.
La magnitud de estas primarias se puede referenciar en que los dos
partidos de mayor envergadura, el oficialista Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) y el principal opositor, Partido Revolucionario Moderno
(PRM), presentaban un total de 11.427 candidatos a cargos electivos.
Mientras que en el PLD se utilizó el padrón abierto, es decir que todos
los ciudadanos que así lo desearan estaban habilitados para participar
de la elección de sus candidatos, el PRM optó por definir sus
candidaturas a padrón cerrado, pudiendo participar únicamente quienes se
encontraban inscriptos al partido -1.296.483 dominicanos-.
Ya desde los primeros resultados que se fueron difundiendo por parte
de la JCE, la interna del PRM mostraba un escenario a tono con lo que
las encuestas marcaban en la previa, consagrando vencedor por una amplia
ventaja a Luis Abinaer frente al expresidente Hipólito Mejía. En
cambio, entre los contendientes del PLD se observaba una gran paridad,
con una pequeñísima ventaja a favor de Leonel Fernández durante la mayor
parte de la carga de datos. Sin embargo, recién una vez superado el 91%
del recuento fue que la tendencia dio un vuelco a favor de Gonzalo
Castillo, y a partir de aquel momento ya no se revirtió. Finalmente, con
el 100% de las mesas computadas, Castillo obtenía el 48,72% de los
votos frente al 47,29% del expresidente Leonel Fernández en la primaria
del PLD, con una participación del 25,22% -1.872.505 votos emitidos-;
mientras, Luis Abinader se consagraba candidato presidencial por el PRM
con el 74,11% de los votos y una participación del 29,49% -382.294 votos
emitidos.
La nota de la jornada la dio Leonel Fernández, cuando alrededor de
las 21 horas manifestó en rueda de prensa desconocer los resultados, ya
que habrían sido adulterados mediante la introducción de un algoritmo en
el código fuente del software para favorecer a Castillo –sumado a la
denuncia de Participación Ciudadana, capítulo dominicano de
Transparencia Internacional que registró casos de compra de votos en el
30% de las mesas que auditó, mayormente favorables a candidatos del
PLD-. Frente a tamaña declaración, minutos más tarde Julio César
Castaños Guzmán, presidente de la JCE, ofreció una rueda de prensa en la
cual negó irregularidades, remarcando que el proceso electoral había
sido un “éxito total”, especialmente en relación al sistema de voto
automatizado. Posteriormente fue el turno de Castillo, quien festejó su
victoria sin hacer mención a las acusaciones de fraude pero sí
respondiendo indirectamente, referenciándose en reiteradas oportunidades
como el representante de la “nueva política”, en una clara alusión a su
contrincante.
Una primaria tranquila y otra turbulenta
El PLD, en el Gobierno desde 2004, irá en la búsqueda de su quinta
Presidencia consecutiva. Lo que aún no sabemos es si lo hará con Gonzalo
Castillo como candidato o con Leonel Fernández. Gonzalo Castillo es un
acaudalado empresario de 58 años que se desempeñó como ministro de Obras
Públicas hasta el pasado julio, siendo el candidato que más dinero
gastó en la campaña y quien contaba con el apoyo de altos cargos del
Gobierno, empezando por el actual presidente, Danilo Medina. De ahí
pueden fundarse las sospechas de Fernández al competir contra el
candidato de la facción danilista del PLD. El expresidente de 65 años,
que iría por su cuarto período al frente del Ejecutivo -luego de haber
gobernado desde 1996 hasta el 2000, primero, y posteriormente en dos
mandatos consecutivos desde 2004 hasta 2012- manifestó su disconformidad
con la resolución de la JCE de auditar físicamente tan sólo el 20% de
los sufragios –desde su espacio habían solicitado se controlen al menos
el 50% de los votos depositados en las urnas-. Esto se debio a que por
primera vez se utilizaba el voto automatizado, tecnología que generó
algunos temores y que, de ser aprobada por los partidos, se usaría en
los comicios de 2020. La JCE tiene hasta el 11 de octubre como fecha
límite para dar a conocer los resultados finales.
Por el lado del PRM, en cambio, todo hacía presuponer que Luis
Abinader, de 52 años, sería nuevamente el candidato presidencial, tal y
como ocurrió en 2016 –en aquella oportunidad se impuso con mucha holgura
por la vía de una convención interna-. Efectivamente así será, de modo
que Abinader tendrá su revancha y la dura tarea de desbancar al PLD,
para lo cual deberá mejorar mucho su performance respecto a 2016 –cuando
Medina consiguió su reelección la distancia entre ambos contendientes
fue de más de 25 puntos de diferencia-. El gran derrotado del PRM, por
una aplastante diferencia, fue el expresidente Hipólito Mejía, de 78
años, reeditando así el resultado de la mencionada convención.
Un resultado indiscutido y otro controvertido, como avizoraban las encuestas
![Resultado primarias del PLD](https://www.celag.org/wp-content/uploads/2019/10/photo4961103147674216508.jpg)
![Resultados primarias del PRM](https://www.celag.org/wp-content/uploads/2019/10/photo4961103147674216509.jpg)
No siempre ocurre pero en esta ocasión, como en pocas, ambas
primarias fueron un fiel reflejo de los estados de ánimo que las
encuestas expresaban en la previa. Por el lado de la interna del PRM, se
creía definida de antemano en todo momento, con Luis Abinader como
claro favorito e Hipólito Mejía a una distancia que parecía
irremontable. El expresidente apenas arañaba el 20% de intención de voto
en algunas de las últimas encuestas –finalmente obtuvo el 21,17%-,
haciendo presuponer que no contaría con el apoyo necesario entre sus
militantes para poder impedir que Abinader sea nuevamente el
representante del PRM.
Por el contrario, el clima de certidumbre que reinaba respecto al PRM
era exactamente opuesto a lo que ocurría en torno a la definición del
PLD. Si bien durante la mayor parte de la campaña las encuestas daban a
Leonel Fernández como potencial ganador, conforme se acercaba el 6 de
octubre Castillo empezó a recortar distancia en los sondeos. Estos, tal y
como puede observarse en la tabla 1-en la que se recoge la última
medición de cada firma- ofrecían en el último mes intenciones de voto
sumamente dispares para la interna del PLD, con Fernández y Castillo a
la cabeza, alternadamente. Los resultados de las encuestas eran tan
disímiles que generaron incertidumbre y desconfianza, impidiendo tener
certezas respecto a cuáles estarían más o menos acertados. Finalmente,
la incertidumbre se trasladó a los resultados provisionales, paridad
extrema y acusación de fraude de por medio.
Aspirantes a Senaduría y Alcaldías
Entre los contendientes para el Senado por el Distrito Nacional, el
PLD contaba con una disputa reñida entre sus precandidatos, más aún
teniendo en cuenta que Reinaldo Pared, quien ocupa dicha banca desde
2006, no competía por ella. Rafael Paz fue quien más votos obtuvo y
deberá enfrentar a Faride Raful, único precandidato por el PRM puesto
que aglutinó en la previa los avales de todos los líderes del partido.
En tanto que por la Provincia de San Juan, la interna del PLD se
presentaba nuevamente muy disputada. En ella, Félix Bautista, senador
desde 2010, superaba por un escaso margen a Lucía Medina, nada más y
nada menos que la hermana del actual presidente, Danilo Medina.
En cuanto a la alcaldía del Distrito Nacional, Domingo Contreras ha
sido el vencedor entre los aspirantes del PLD y tendrá ahora la difícil
tarea de enfrentar a David Collado, actual alcalde por el PRM que cuenta
con una gran valoración sobre su gestión y recibe porcentajes de
aprobación superiores al 80%, según reflejaron diferentes encuestas. Por
último, en Santo Domingo Este, por el PLD dio el batacazo Luis Alberto
Tejeda al derrotar al alcalde Alfredo Martínez, y será el encargado
disputará la Alcaldía con Manuel Jiménez, quien ingresó al PRM viniendo
del PLD y triunfó en su interna ante Dio Astacio.
2020 a la vista
Según estaba estipulado, el 16 de octubre se proclamará a los
ganadores y el 25 culminará el proceso de registro en la JCE de la lista
con todos los candidatos resultantes de las primarias. El calendario
electoral para el año próximo marca que el 16 de febrero tendrán lugar
las elecciones municipales, en las que se elegirán alcaldes, regidores,
directores municipales y vocales; el 17 de mayo se llevarán a cabo los
comicios para elegir presidente y miembros del Congreso de la República
–el 28 de junio se realizaría una segunda vuelta en caso de ser
necesario, si ningún aspirante consigue superar el 50%-.
De cara a las elecciones generales, el escenario no parece haberse
despejado sino que, por el contrario, ha ganado en incertidumbre. Esto
debido a que a priori, el candidato del PLD debería contar con
las mejores perspectivas para alzarse con la Presidencia, tomando en
cuenta que es el partido con mayor nivel de identificación en la
población y que se ha impuesto en las últimas 4 ocasiones de forma
consecutiva, en todas ellas superando incluso el 50%. Sin embargo, el
recientemente creado PRM cuenta a su favor con el desgaste que el PLD ha
sufrido durante estos 15 años, principalmente debido a los reiterados
escándalos de corrupción. No en vano los candidatos han optado
mayoritariamente por mostrarse como opciones de cambio o cuanto menos de
renovación, al punto que el propio Gonzalo Castillo mientras elogiaba a
Medina buscaba instalarse como un representante de lo nuevo.
Es de esperar, entonces, que Abinader decida apostar a construirse
como el referente del cambio, de la sangre nueva, e inclusive que pueda
sacar provecho del fuego cruzado de la feroz interna del PLD. Con
acusaciones de fraude de por medio y un resultado incierto, aún luego de
haberse declarado al ganador el 11 de octubre, pueden quedar secuelas
en el imaginario popular. Puede ser muy potente la imagen de quien ha
sido tres veces presidente por el voto popular acusando, en una
definición sumamente cerrada, a su contrincante y -por propiedad
transpositiva- al actual presidente de haberle robado la elección. Si el
PRM logra capitalizarla, estará en condiciones de pelear seriamente por
desbancar al PLD y hacerse con la Presidencia.
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