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jueves, 10 de octubre de 2019

Acuerdo Mercosur-UE: Hay mucho abierto como para decir que ya está cerrado

Entrevista a Luciana Ghiotto, de la Asamblea 'Argentina mejor sin TLC'


M.H.: Estuviste participando de la contra cumbre del G7 en Biarritz.
L.G.: La Contra-cumbre fue en otra ciudad, en Hendaya, es un poco más al sur porque Biarritz estaba completamente sitiada. Es una ciudad pequeña, como si fuera Pinamar o más chica, es una ciudad veraniega para los franceses y de alto nivel económico. Estuvo sitiada durante los tres días de la cumbre, así que los comerciantes estaban bastante enojados. Agosto es un mes de muchísimo calor allá, es verano en el hemisferio norte, temporada alta y a Macrón se le ocurrió poner Biarritz como sede para la cumbre del G7. Así que la Cumbre de las alternativas estuvo situada en la ciudad de Hendaya que también es en el país vasco-francés pero en el límite con España por lo cual las actividades se hacían tanto del lado francés como del español, cruzando un puente porque están de un lado o del otro. Ese fue el contexto en el cual se hizo esta Contra-cumbre.
Fue una Contra-cumbre bastante franco-española, ha habido momentos en que el movimiento social europeo estaba más presente pero hay algunas condicionalidades que hicieron que no hubiera tantísima gente como en otras ocasiones. Hay que pensar que es verano, como si la hiciéramos en febrero acá. Había muy poca gente disponible. Aun así calculan unas 15.000 personas, que es un número bastante interesante y de hecho ese número había en la movilización del último día.
Fue una cumbre de alternativas basada en un trabajo local, con mucha experiencia vasca, muy centrada en el tema de los refugiados, así que el tema de las migraciones fue bastante fuerte. Ellos están atrasados con el tema del feminismo, de las luchas feministas. Tuvieron un encuentro, un foro feminista que intentó recuperar la experiencia del paro de mujeres, contaban allí que en Europa están recién empezando; entonces escuchar la experiencia argentina les resulta muy reconfortante porque ven que hay mucha más organización en el sur y también contar la experiencia de los ENM y de la lucha que explotó el año pasado por la Ley de legalización del aborto. Es interesante el diálogo entre Europa y el sur; uno puede aprender allá y ellos aprenden de nuestra experiencia acá.
M.H.: Con respecto al G7 ¿qué nos podes comentar? 
L.G.: El G7 estuvo pintado de la guerra comercial y el hartazgo de algunos líderes europeos con respecto a Donald Trump. Hubo una alianza tácita, que se vio en las actividades oficiales entre Angela Merkel y Macrón frente a Donald Trump.
No salió mucho del G7, tuvo más importancia lo que pasó alrededor. En el marco del G7 Macrón anunció esta idea de que en el contexto de las quemas del Amazonas él no estaba dispuesto a apoyar el acuerdo Mercosur-Unión Europea y también tiró esta idea, que le cayó tan mal a Bolsonaro, de que iban a movilizar un fondo para la reforestación del Amazonas.
Es cierto que en términos de lo que es la soberanía estatal se están metiendo en un territorio que no es del mundo sino territorio soberano brasileño, así que eso cayó muy mal en las altas esferas nacionalistas en Brasil pero, por otro lado, generó la simpatía de muchos sectores en Europa que no les cae para nada bien la política de Bolsonaro.
Estuvo teñida por todas estas cosas que suelen pasar en estos foros, en los que últimamente no se resuelve nada y parece más una novela, todo lo interesante pasa alrededor de la historia principal. Todo esto no está en las declaraciones finales del G7 aunque, sin embargo, tienen relevancia para la política global.
M.H.: Hacías referencia al acuerdo UE-Mercosur, y hoy es el Día de la acción global contra la OMC y los Acuerdos de libre comercio. Leyendo la declaración de Vía Campesina (VC), hacen una advertencia bastante interesante y me gustaría que hagas una reflexión al respecto. Ellos señalan “(…) Que no nos engañen con esta sarta de amenazas falsas, proferidas por los países occidentales para abandonar la Organización Mundial del Comercio. Lo que hemos estado viendo durante la última década es que han pasado al plan B, varios acuerdos bilaterales y regionales de comercio, aún más libre y nuevos bloques de comercio unificados”.
L.G.: Lo que ellos están planteando tiene un doble análisis, la VC es el espacio o red global que más ha criticado a la OMC. Hace muy poquito cumplió los 25 años, así que tiene los mismos años que el NAFTA, el acuerdo entre México, Canadá y EEUU. Estamos halando de 1994/5 que es cuando arrancan estos mega tratados. Y en ese año también arranca la OMC.
La VC tenía una política extremadamente radical frente a la OMC, mucho más que otras organizaciones dialoguistas o que han afirmado que los espacios multilaterales son mejores que los bilaterales. Es decir, el espacio multilateral del comercio es la OMC y que más allá de las críticas tenemos que preservarlo porque si no vienen los grandes y nos comen de a uno por separado.
La VC ha tenido una política muy coherente de decir que la OMC mata campesinos, la OMC es muestra de la injusticia de la relación campo ciudad a nivel global, de la falta de soberanía alimentaria e inclusive de seguridad alimentaria. Ellos han tenido esa política muy fuerte y el 10 de septiembre es el día en que ellos llevan adelante esta lucha global que tiene que ver con el aniversario trágico del suicidio de un campesino surcoreano en 2003 en las barricadas en Cancún, cuando se realizaban las ministeriales de la OMC en esa ciudad. Este campesino se hace el harakiri, se suicida con un cuchillo en señal de protesta.
M.H.: Se dedicaba a cultivar arroz en Corea.
L.G.: Exactamente, los campesinos surcoreanos que son realmente campesinos, no son pequeños productores con grandes terrenos como vemos en otros lugares; son campesinos asalariados en el campo que dependen de su fuerza de trabajo para vivir cada día y lo que ellos quieren demostrar con este tipo de actos es que la OMC mata campesinos. Es decir, ellos no pueden reconciliarse con una organización que por más que la quieran pintar de rosa, siempre va a quedar muy marcada por estas injusticias.
Eso es lo que la VC nos está marcando y es una de las grandes organizaciones que hay que escuchar, porque ellos nos están recordando esto hoy, en un contexto de la crisis de la OMC, donde claramente está por morir la OMC y donde muchos sectores reformistas, progresistas, han salido a querer salvar el multilateralismo frente a la guerra comercial.
La Vía Campesina nos recuerda que no hay que salvar a la OMC, en todo caso hay que discutir la creación de otra institución global multilateral que pueda dar cuenta de otras formas de comercio y de otras relaciones económicas, eso es lo interesante que nos dice VC de una manera muy coherente, no tratando de salvar las papas del comercio global en un contexto de guerra comercial entre China y EEUU. Ellos dicen que hay que seguir con una crítica a fondo y hay que discutir otro tipo de organización donde no sean las agendas de las corporaciones las que estén sobre la mesa sino que sean las de los pueblos.
M.H.: Otro aspecto que me llamó la atención es cuando ellos ubican a los denominados Tratados de comercio como plan B.
L.G.: Porque cuando entra en crisis el multilateralismo lo que proliferan son los tratados multilaterales, eso es lo que están viendo. Es discutible actuar por actuar, pero es cierto que en el caso de la UE en los últimos 5 años ha tenido una agenda bilateral muy fuerte a pesar de que son los que se presentan como los adalides del multilateralismo, frente al bilateralismo de EEUU.
La UE ha tenido una agenda súper agresiva de firma de Tratados de libre comercio en los últimos años, con países como Japón, Vietnam, Malasia. Avanzan con los países africanos, avanzan con el Mercosur ahora, intentaron cerrar un acuerdo con el propio EE UU, hay negociaciones con China dando vueltas. Es decir que tenemos una agenda súper prolífica de la propia UE.
Por otro lado, China avanza con su iniciativa del Belt and Road Initiative, esta Ruta de la Seda del siglo XXI que también es una movida bilateral, porque China es el grande que negocia con los países chiquitos, con mucha menor capacidad económica. Es una cuestión bastante compleja, incluso ese plan B que son los tratados de libre comercio, no son algo positivo porque se impone el más grande, pero tampoco eso supone volver al plan A que era la OMC porque tenemos todas estas críticas desde su inicio.
Hay que hacer un buen diagnóstico, me parece que está llamando la atención de esto la VC, y ser coherentes con las propuestas alternativas que se hacen ante ese escenario.
M.H.: ¿Cómo ves el futuro del acuerdo Mercosur UE a partir de estas críticas del Presidente Macrón? Porque hacia fines de julio, Clarín entrevistó a Cecilia Malmström, la Comisaria europea de comercio, y le preguntan precisamente si “los agricultores europeos son los perdedores en este acuerdo” y ella responde: “Claro que no, son grandes ganadores en vinos, quesos, bebidas espirituosas, comida procesada, no son en absoluto perdedores.” Y al mismo tiempo sostiene: “El acuerdo entre el Mercosur y la UE ya está hecho, no se renegocia”.
¿Cómo entender entonces la posición y la postura crítica de Macrón?
L.G.: Ambas posiciones están expresando las tensiones que hay dentro de la UE respecto de esta unión con el Mercosur. Por algo es el acuerdo que más años ha llevado a nivel global de negociaciones, fueron 20 años sin ningún acuerdo. Si pensamos acuerdos mega regionales como el Tratado Transpacífico que aun cuando se retira EEUU, entre que se negocia y se firma pasaron 5 años, piensen que 20 años es muchísimo tiempo. Parecía que nunca se iba a llegar a un acuerdo, pero tiene que ver con esas tensiones dentro de la UE porque, efectivamente, siempre con un tratado de libre comercio hay sectores que ganan y otros que pierden. Los que ganan, ganan muchísimo.
Ese es el tema, lo que están viendo en la UE es que hay sectores que van a ganar muchísimo, de manera inconmensurable, por ejemplo, los automotrices; y algunos sectores más pequeños en términos de agricultura de los países del sur como España, Italia, Grecia, con el acuerdo, al menos lo que hemos visto que ya está publicado, han logrado traer al sur aceite de oliva a arancel cero. Imagínense si compiten de igual a igual un aceite español con uno mendocino. El consumidor en la góndola ante un precio similar probablemente elija el español por una cuestión de marketing y costaría un trabajo muy grande de instalación de marcas de los del sur.
O sea que hay sectores que van a ganar y otros que van a perder mucho, por ejemplo, en la propia España, los productores de cítricos están viendo que van a entrar los famosos limones argentinos con cero arancel a la UE. Entonces esa tensión está de un lado y del otro.
El tema de los incendios en el Amazonas a Macrón, a Irlanda y Polonia les vino como anillo al dedo, porque fueron como una excusa externa para decir que están en contra del acuerdo. Cuando en realidad, cuando anuncian el acuerdo el 28 de junio que era un viernes, Macrón estaba llegando al G20 en Japon, él vuelve el lunes a Francia y cuando le preguntan por las negociaciones dice que tienen que revisar todo el acuerdo. Ahí se choca con las palabras de Cecilia Malmström, que dice que el acuerdo está cerrado.
En realidad no está cerrado. Lo que ellos anunciaron fue que se cerraban los puntos más problemáticos pero hace 3 días nos enteramos que sacaron ya lo que sería el capítulo final de propiedad intelectual. Eso deja en claro que sigue sobre la mesa y hasta que no se cierre todo el paquete no se puede afirmar que el acuerdo está listo y recién ahí tiene que ser firmado y luego pasar por el proceso de ratificación. Así que quedan varios pasos que son muy políticos, se sigue negociando, está abierto y va a depender mucho también de este escenario extra que son los incendios en el Amazonas, la postura de Bolsonaro con respecto a los acuerdos climáticos de París y ver qué pasa hacia fin de año en la COP 25 que va a ser en Chile, que es el espacio donde se discuten los avances en términos del Acuerdo de París. Hay mucho abierto como para decir que hay cosas que están cerradas.
La OMC está al borde de la muerte
M.H.: ¿Qué se puede esperar de la próxima reunión ministerial de la OMC en Kazajistán?
L.G.: Nada. La OMC está al borde de la muerte. No están pudiendo respetar los dos años entre una ministerial y otra. Esta va a ser a dos años y medio, están tratando de llegar a diciembre con vida, su director general Roberto Acevedo lo dijo con gran claridad.
M.H.: Sobre todo la burocracia de la OMC.
L.G.: Ni siquiera están pudiendo hacer que la burocracia funcione, eso es lo más notorio. El tema del bloqueo a la OMC desde que Trump estaba en campaña, por haber aceptado el ingreso de China como país mediano, cuando él dice que China es gigante desde 2001 y que tenía que entrar con condiciones de economía de mercado desde el principio, no como una economía con ciertas salvaguardas.
Lo que ahora hace Trump es no nombrar a los árbitros en el órgano de solución de diferencias de la OMC. Estos son los jueces de la OMC. Lo único que viene funcionando de la OMC en estos últimos años era este órgano y Trump lo bloqueó. Por eso esa burocracia de la OMC no está funcionando. Y era lo único que funcionaba porque ya desde 2003 la OMC no ha avanzado en grandes acuerdos como había a fines de los 90.
El escenario es muy diferente ahora y por eso están en período de supervivencia, en ver si sobrevive a esta guerra comercial, donde parecía que en agosto había una nueva tregua y a los 3 días Trump vuelve a subir los aranceles. Así que está todavía muy abierto el proceso. Y la OMC no tiene nada para decir ahí.
M.H.: No termina de cerrarse y lo más probable es que no se cierre, salvo que haya cambios en el gobierno norteamericano.
L.G.: Me parece importante mencionar la postura del Mercosur en el tema del tratado UE-Mercosur. Creo que hay que estar muy atentos a lo que viene en el próximo proceso en Argentina porque si se fijan en la postura del candidato Alberto Fernández es bastante ambigua con respecto al acuerdo.
Es importante estar alertas sobre todo algunas organizaciones que en un primer momento estaban contentas con que él dijera abiertamente que le parecía que había que revisar el acuerdo porque no es simétrico, sino que es un acuerdo que genera muchas desigualdades y ahora en España fue mucho más cauto, empieza a utilizar un lenguaje pragmático.
Entonces, hay que estar muy atentos desde las organizaciones sociales en la Argentina porque habrá que salir muy fuerte a presionar para que no se concrete.
M.H.: Precisamente España empujó mucho por este acuerdo. 
L.G.: España fue uno de los que siempre impulsó el acuerdo, además tiene a los inversores extranjeros que más invierten en Argentina, así que tienen mayor cantidad de inversiones ya en Argentina, los ejemplos de Telefónica, el Santander y el BBVA son sólo para arrancar.
M.H.: Alberto Fernández en España tuvo el trato de un Jefe de Estado.
L.G.: Totalmente. Por eso esa cena que trascendió que tuvo con Pedro Sánchez, pasa a ser un momento político muy relevante que hay que leer en este momento de pragmatismo frente a la alta posibilidad de que gane las elecciones, entonces en ese contexto tendrá que tomar la decisión de qué hacer con este acuerdo. Hay que ver quién será su Canciller y qué política se toma. Claramente la “real politik” está ganando ahí y las organizaciones sociales tenemos que salir fuertemente a decir que estamos en contra de este acuerdo. 

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