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jueves, 1 de agosto de 2019

Internet y las falacias de asociación



Cuba figura entre los pocos países donde se puede estudiar con libertad, y periodistas como Rosa Miriam Elizalde han sabido aprovechar esta gran conquista de la revolución. Con el valor agregado de haber ella pegado saltos de calidad, en torno la reflexión acerca de Internet y la, o las izquierdas.
Borroneo estas líneas luego de leer sus comentarios sobre un estudio de las interacciones en Twitter, de 105 organizaciones políticas de América Latina y el Caribe, y 139 líderes de la región vinculados al Foro de Sao Paulo (Internet, el suburbio que ignora la izquierda, https://www.jornada.com.mx/2019/07/25/opinion/021a1pol).
El estudio muestra que tales interacciones “…apenas existen o son muy débiles allí donde las hay”, dice Rosa Miriam. Estimando que a diferencia de la prensa escrita, la radiodifusión y la televisión, la realidad líquida [sic] de Internet se le escurre [a la izquierda] entre los dedos. Un asunto que por limitaciones de espacio, nos obliga a comentar en pocas palabras.
V. gr., el caso de la joven indígena que a mediados del decenio de 1970 empezó a trabajar en casa de un amigo académico, y de izquierda. Oriunda de la sierra poblana, la joven nunca había visto un teléfono. Entonces, mi amigo le explicaba que el aparato servía para facilitar la comunicación: “así funciona… ¿aló?… ¿con quién desea hablar?, espere un momento…” etcétera. La muchacha se doblaba en dos, con risa nerviosa.
El amigo era de los que pensaban que así como en el siglo XIX la interpretación del mundo debía ser traducida, filtrada y popularizada por Francia, en el XX tal pretensión pasaba por la Unión Soviética. Nos guste o no, decía. Pero cuando la patria del proletariado se declaró en quiebra, cayó en honda depresión y en la típica falacia de asociación: pinche capitalismo, decía.
En las clases de lógica del secundario, aprendimos que una falacia de (o por) asociación consiste en creer que si un político o funcionario público es corrupto, la política y los empleados del Estado también lo son. O que sin democracia liberal, mal puede haber democracia y libertad. O que sin capitalismo, Internet funcionaría mejor.
No obstante, con los mismos datos del estudio de marras podría también concluirse que Internet (red de redes, bueno es recordarlo) dejó fuera del suburbio a la izquierda que sólo concibe conjugarse en singular. Viéndose a sí misma como centro del mundo, y creyendo estar en el lado correcto de la (con mayúscula) Historia.
Día tras día, las potencias de Internet revelan que el cosmos (del griego kosmo=orden) llegó para quedarse. Por ahora, caótico. Y en este orden tan desordenado, las derechas pescan a río revuelto con beneficio de inventario: estimulación de lo grotesco, el absurdo y la bestialidad de la condición humana, racismo, xenofobia, clasismo, difamaciones on line, fake news.
¿Entonces? Entonces pongamos las cosas en su lugar. Porque los perversos algoritmos que se piensan para lograr desenlaces electorales insólitos no pasan necesariamente por los medios y las redes, sino por el modo en que la izquierda ombliguista concibe la política.
Andrés Manuel López Obrador y Jair Bolsonaro ganaron las elecciones con más de 53 y 55 por ciento de los votos. ¿Gracias a Internet? AMLO era conocido por su pueblo desde mucho antes de que apareciera Internet, y en Brasil las derechas tuvieron que encarcelar a Lula, para que luego sus redes ungieran a una bestia totalmente desconocida.
Suma y sigue: cuando Twitter sonaba a ciencia ficción, Perón ganó las elecciones con todos los medios en contra (1946). Y fue derrocado teniéndolos todos a favor (1955). Salvador Allende ganó las elecciones con el estilo de AMLO, platicando con su pueblo (1970). Y fue derrocado… ¿por los medios? En efecto. Pero antes de esto, por haber confiado en Pinochet (1973).
Suma y sigue: ¿El peronismo perdió frente al impresentable Mauricio Macri a causa de las redes, o porque se durmió en los laureles (2015)? ¿Donald Trump ganó de casualidad, o por representar a vastos sectores desquiciados de la sociedad (2016)? ¿Lenín Moreno ganó gracias a Internet o porque el presidente Rafael Correa estimó que su vice era un tipo leal (2017)?
Rosa Miriam asegura que desde hace pocos años, el Foro de Sao Paulo ha -incorporado la comunicación entre sus debates principales. ¿De veras? En su cada vez más extenso inventario de calamidades imperialistas (que suscribimos), el 25 Foro se pasó estos asuntos por el arco de triunfo. Ni una línea ( Declaración final, 28 de julio).
Con Internet, el sapiens-sapiens de verdad debería lamentar que se refleja menos en la mirada de sus semejantes. Y esto pasa por haber creído que Alexander Graham Bell inventó el teléfono como decía mi amigo) para facilitar la comunicación (bah, lo perfeccionó pero no lo inventó), cuando en realidad estaba manipulando un aparato para aliviar el padecimiento de los sordos.

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