Las prácticas xenofóbicas, discriminatorias y racistas se
han incrementado en años recientes en países de acogida de América
Latina para la población de niños y adolescentes migrantes, refugiados,
solicitantes de asilo y retornados, alerta la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). A
ello se suma que no han disminuido las dificultades asociadas al
reconocimiento de sus estudios, saberes y competencias, indicó.
En su Estrategia regional para la respuesta de la Unesco a la
situación de personas en contexto de movilidad en América Latina y el
Caribe 2019-2021, difundida el pasado 9 de agosto, el organismo
multinacional llama a los estados miembros a garantizar las condiciones
para que cientos de miles de niños puedan continuar con su educación y
así mejorar su calidad de vida.
Advierte que las consecuencias de la discriminación, el racismo y la xenofobia en los contextos educativos
son múltiples y son capaces de impedir que los factores protectores de la educación, así como sus beneficios para las trayectorias de vida de los estudiantes extranjeros, se materialicen.
En el documento destaca que estudios recientes con niños migrantes
revelaron evidencias de que existen formas cotidianas de racismo y
discriminación que organizan las relaciones entre los miembros de la
comunidad educativa y desde las cuales
emergen prácticas de violencia, desprecio, actos de intolerancia, humillaciones y explotación, los que constituyen obstáculos para su inclusión social.
Hay importantes desafíos para la inclusión educativa de esta población en muchos países de la región, apunta la Unesco,
especialmente vinculados a la ausencia de prácticas pedagógicas que promuevan el diálogo intercultural y la ausencia de formación docente que prepare a profesores para atender las necesidades educativas de estudiantes solicitantes de asilo y refugiados, así como la falta de estrategias que promuevan la flexibilidad curricular en contextos de diversidad cultural.
Entre las recomendaciones que propone a las naciones es que adecuen
sus marcos normativos para hacer posible el derecho a la educación de
quienes migran desde sus países de origen y que muchas veces carecen de
la documentación legal que requieren las naciones de acogida para darles
el acceso a la escuela.
Además, propone el desarrollo de capacacidades en materia de
educación socioemocional y soporte sicosocial para quienes llegan a una
nación de acogida, y promover el derecho a la educación de las personas
en contexto de movilidad.
El organismo plantea también que los sistemas educativos fortalezcan
la aplicación de modelos educativos con un enfoque intercultural y
garantizar que los contextos de enseñanza y aprendizaje sean
seguros y saludablespara niños y jóvenes en contexto de movilidad.
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
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