El bloqueo naval ha estado en la mesa de discusión de los artífices
del golpe continuado, pero viene siendo un hecho no decretado desde hace
algunos años.
En el año en curso ha tomado forma su ejecución como parte del golpe continuado y Estados Unidos lo ha sumado a sus tácticas junto al ataque eléctrico, la imposición continua de sanciones y llamados a golpes militares.
Opción Cutz: “Algo de baja intensidad como un bloqueo naval”
El Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS, por sus
siglas en inglés) convocó a una reunión a puerta cerrada el pasado 10 de
abril en Washington. Allí estuvieron representantes actuales y
anteriores del Departamento de Estado, del Consejo Nacional de
Inteligencia y del Consejo de Seguridad Nacional como el almirante Kurt
Tidd, ex comandante del Comando Sur.
En el evento llamado "Evaluación del uso de la fuerza militar en Venezuela" se abordó la crisis en Venezuela y salió a relucir la posibilidad de un bloqueo naval como medida de presión para lograr la salida de Nicolás Maduro.
Uno de los asistentes al encuentro fue Fernando Cutz, llamado uno de
los arquitectos clave del golpe de Estado en Venezuela por el periodista
Max Blumenthal. Dicho personaje declaró al diario La Vanguardia en una
entrevista telefónica posterior que "no es posible una invasión,
pero algo de baja intensidad, como un bloqueo naval, tal vez serviría
para salir de esta situación de tablas". Añadió que "sólo sería factible si hay apoyo de otros países".
Cutz, quien perteneció al Consejo de Seguridad Nacional del Grupo
Cohen y asesoró al ex embajador estadounidense William Brownfield, ha
trabajado respecto a una estrategia para "dividir el círculo íntimo de
Nicolás Maduro" que resultó en el fracaso del Pentágono en su intento de
dividir la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) el 30 de abril, a
pocos días del encuentro.
Sin embargo, su visión del bloqueo naval es una expresión soterrada de intervención militar, muy explícita.
La previa: Maniobras militares y corporativas
En un esfuerzo por retomar protagonismo y hegemonía en el Caribe, Estados Unidos realizó ejercicios como Tradewings y Unitas, en 2017 y 2018 respectivamente.
El mensaje para los países de la zona era claro: presionarles para que
sirvieran de plataforma logística de ataque contra Venezuela, Cuba y/o
Nicaragua.
Los ejercicios Tradewings, efectuados en junio de 2017 a 600
kilómetros de las costas venezolanas, fueron identificados como "una
maniobra multinacional de seguridad marítima y respuestas a desastres en
el Caribe" mientras que los ejercicios multinacionales Unitas, donde
Colombia fue el anfitrión y participaron más de 18 países, fueron para "luchar contra el crimen transnacional y prestar apoyo durante una crisis humanitaria" mediante un despliegue de exploración radioelectrónica y fuerzas aerotransportadas.
En ambos ensayos se utilizó la excusa humanitaria con la que fracasó el Pentágono en Haití luego del terremoto de 2010, no
pudiendo evitar el impacto del cólera y sus miles de muertos, y también
en Dominica y Puerto Rico luego del impacto del huracán María (ocurrido
a solo tres meses de los Tradewings) que causó al menos 3 mil muertes sin que Estados Unidos pudiera accionar de manera efectiva para evitarlas.
Luego, en mayo de 2018, el mapa de Marine Traffic (una web de
monitoreo naval) mostraba puntos rojos bloqueando los accesos de los
tres principales puertos petroleros venezolanos: eran 82 tanqueros de
gran calado que llevaban días detenidos en puerto como prevención de que
fueran decomisados con su carga de petróleo por la Administración Trump
y la estadounidense ConocoPhillips, una de las petroleras más grandes
del mundo.
La razón era que, semanas antes, Conoco había iniciado acciones
legales para cobrar 2 mil 40 millones de dólares que el gobierno
venezolano "debía pagarle" luego de perder un juicio de arbitraje en la
Cámara de Comercio Internacional (un organismo de resolución de
controversias) por la nacionalización de proyectos en Venezuela durante
el año 2007.
"Buscaremos todas las vías legales disponibles para obtener una compensación completa y justa por nuestras inversiones expropiadas en Venezuela", advertía la transnacional en un comunicado.
Para tratar de cobrar la indemnización, Conoco trataba de tomar
varios activos de PDVSA localizados fuera de Venezuela, principalmente
en Bonaire, Curazao y San Eustacio. Sin embargo, las primeras acciones
se dirigían a las cargas de petróleo e incluso los tanqueros propiedad
de PDVSA.
Mientras el gobierno venezolano manifestaba el contundente rechazo contra la transnacional estadounidense, Reuters
señalaba que la estatal venezolana suspendería sus operaciones una vez
agotados los inventarios de crudo, ya que no se preveían nuevos envíos
al Caribe.
A continuación, modificaría sus acuerdos comerciales para comenzar a
entregar en aguas venezolanas todo su petróleo para exportaciones,
incluidas las transferencias barco a barco que han debido hacerse para
enviar cargas a destinos asiáticos.
Piratería en el Caribe: Sanciones contra el libre comercio
El pasado 5 de abril, el gobierno de Estados Unidos aplicó sanciones a
embarcaciones y empresas contratistas navieras de PDVSA por exportar
petróleo a Cuba.
La decisión incluyó a 34 embarcaciones con las cuales Estados
Unidos bloquearía toda transacción y a dos empresas navieras, Ballito
Bay Shipping Incorporated, con base en Grecia, y ProPer In Management
Incorporated con sede en Liberia, por su vinculación con el
barco Despina Andrianna que, según las autoridades estadounidenses,
entregó petróleo venezolano a Cuba durante febrero y marzo de 2019.
La decisión anunciada por el vicepresidente estadounidense Mike Pence fue acompañada por un comunicado de Steven Mnuchin, secretario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La siguiente semana, el 12 de abril, el Departamento del Tesoro de
Estados Unidos sancionaba a cuatro compañías con sedes en Liberia e
Italia y a nueve barcos cargueros de petróleo con banderas de Italia,
Malta, Grecia y Panamá.
El 10 de mayo, luego de fracasado el golpe fraguado contra el gobierno venezolano, la
Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en
inglés) del Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a otras dos
empresas navieras.
Las navieras sancionadas fueron Monsoon Navigation Corporation y
Serenity Maritime Limited, la primera, con sede en Majuro, Islas
Marshall, es la propietaria de la embarcación Ocean Elegance, que
entregó crudo desde Venezuela a Cuba desde fines de 2018 hasta marzo de
2019; y la segunda, con sede en Monrovia, Liberia, es dueña del buque
Leon Dias, también utilizado entre finales del año pasado y marzo de
este año para llevar crudo venezolano a la isla caribeña.
Aguas turbias, claras intenciones
A comienzos de este agosto, Donald Trump fue inquirido por
periodistas si consideraba un bloqueo o cuarentena contra Venezuela y
afirmó que sí, sin entrar en detalles, así lo informó Bloomberg.
Dichas declaraciones ocurrieron el mismo día en el que el Comando
Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
(CEOFANB) denunciaba una nueva violación al espacio aéreo venezolano por parte de un avión estadounidense, la 97ª.
El presidente Nicolás Maduro rechazó tal amenaza del mandatario diciendo que "Venezuela
entera, en unión cívico-militar, repudia y rechaza las declaraciones de
Donald Trump de una supuesta cuarentena, de un supuesto bloqueo.
Al imperialismo criminal le digo que: ¡no podrán con Venezuela!",
durante una jornada de supervisión de la industria naviera nacional, en
el marco de la Gran Misión Transporte.
Agregó Maduro que el Gobierno Bolivariano denunciaría la nueva amenaza de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que atenta contra la población venezolana, y exhortó a las fuerzas militares a mantenerse alertas frente a las estrategias de Estados Unidos para vulnerar la soberanía de los mares caribeños.
Días después, una embarcación que transportaba 25 toneladas de soya
para Venezuela fue detenida en el Canal de Panamá debido a las sanciones
impuestas por Estados Unidos, así lo declaraba vía Twitter la
vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez.
Rodríguez, quien lo describió como una violación del derecho internacional y la Carta de la ONU, agregó
que una compañía de seguros le dijo al propietario del barco detenido
que se le había prohibido traer mercancías a Venezuela debido a las
sanciones.
Los hechos se producían después de que Trump emitiera una orden
ejecutiva para congelar los activos del Estado venezolano en los Estados
Unidos.
El hecho no tuvo mayor trascendencia debido a que la Autoridad del
Canal negó los hechos y la mediática internacional distrajo el tema
aludiendo a un barco de pesca venezolano, de nombre Aleta Azul, que fue
detenido por deficiencias técnicas encontradas durante una inspección en
las costas panameñas en cumplimiento de normas internacionales, según
informó la Autoridad Marítima de Panamá.
Estrechar el cerco
Una nota de Jonathan Swan publicada en el medio Axios confirma la
"obsesión" de Trump respecto a la idea de un bloqueo naval y cómo lo ha
planteado recurrentemente durante al menos un año y medio.
Trump sugirió a los funcionarios de seguridad nacional que Estados
Unidos debería estacionar barcos militares a lo largo de la costa
venezolana para evitar que los bienes entren y salgan del país, según
cinco funcionarios actuales y anteriores que han escuchado o han sido
informados sobre los comentarios privados de Trump.
En la publicación se hace alusión a fuentes que han comentado frases como:
"Literalmente dijo que deberíamos sacar los barcos y hacer un embargo naval", dijo una fuente que escuchó los comentarios del presidente. "Evita que todo entre".
"Supongo que está pensando en la crisis de los misiles cubanos".
"Pero Cuba es una isla y Venezuela es una costa masiva. Y Cuba
sabría lo que estamos tratando de evitar que ingresara. ¿Pero de qué
estamos hablando? Necesitaría enormes y enormes cantidades de recursos; probablemente más que la Marina de Estados Unidos puede proporcionar".
Además, afirma que Trump está profundamente frustrado de que
la oposición venezolana no haya podido derrocar a Maduro pasados más de
tres meses de un levantamiento fallido (30 de abril), y más de
seis meses de que Trump lideró al mundo en reconocer a Juan Guaidó como
el líder legítimo de Venezuela (23 de febrero).
Más bien su entorno está centrado en la diplomacia y la presión económica, tienen
poco interés en las opciones militares debido a que no tienen base
legal y absorberían los recursos de una marina de guerra que ya está
extendida para contrarrestar a China e Irán, aunque no las descartan.
Continúa explicando cómo el ex secretario de Defensa James Mattis, el
ex secretario de Estado Rex Tillerson y el ex jefe de gabinete John
Kelly colaboraron para ignorar u obstaculizar lo que consideraban
solicitudes peligrosas de Trump. También cómo reprendió a su ex asesor
de seguridad nacional H.R. McMaster, preguntándole por qué no había
producido las opciones militares de Venezuela que había solicitado,
orden que Mattis ignoró aun siendo instado por McMaster a poner fecha
límite.
Esta dinámica cambió una vez que John Bolton y Mike Pompeo se
hicieron cargo, sin embargo dice Swan que, según altos funcionarios de
la administración, Trump ya no tiene interés en enviar tropas terrestres
estadounidenses a Venezuela pero les ha dicho que sigan acumulando
presión sobre Maduro y buscando "formas creativas para ayudar a Guaidó" a
sacar a Maduro del poder.
Tras los sonados fracasos las evidencias dibujan una ruta hacia el bloqueo naval con aumentos de presión variables,
pareciera que el objetivo es incrementar la desconfianza de empresas
navieras y en diversos eslabones de la operación naval para
desconfigurar también la actividad económica asociada a las
importaciones y exportaciones.
Como la intervención militar al estilo Libia, Siria, Panamá o
Afganistán suele ser costosa, más en sus inmediaciones geográficas, el
juego del liderazgo estadounidense de turno consiste en estrechar el
cerco económico y financiero que complique el avance de aliados como
Rusia o China a establecer relaciones con países libres y soberanos como
Venezuela, intentando además convertirse en un escarmiento para quien
lo intente.
(Tomado de Misión Verdad)
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