Reúne a anticapitalistas, ecologistas y nacionalistas vascos
▲ La policía francesa usó gas lacrimógeno en la ciudad de Bayona contra los grupos que protestaron contra la cumbre del G7.
Irún. Miles personas se manifestaron pacíficamente ayer entre Hendaya y esta localidad fronteriza española, a unos 30 kilómetros de Biarritz, donde se inicio la cumbre del Grupo de los 7 (G7), en cuya sesión los líderes se mostraron sus profundas diferencias sobre temas como las tensiones comerciales globales, la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) y los incendios en la Amazonia.
Los manifestantes recorrieron en un ambiente pacífico y tranquilo los cuatro kilómetros que separan Hendaya de Irún, sin que se produjeran grandes incidentes, como temían las autoridades francesas. Hubo unos 15 mil participantes según los organizadores y la policía contabilizó 9 mil.
Jefes de Estado: ¡actúen ahora, la Amazonia está ardiendo!, rezaba una de las pancartas agitadas en la protesta. Pero las consignas abarcaron una amplia diversidad de causas, como los derechos de los homosexuales, los desplazados en el mundo, las guerras y las crisis económicas, entre otras.
Elise Dilet, una manifestante, comentó: es importante mostrar que la población se moviliza y que no está de acuerdo con el mundo que nos proponen.
Los inconformes ondearon banderas vascas en una protesta que reunió a militantes anticapitalistas, altermundialistas, ecologistas, nacionalistas vascos y decenas de chalecos amarillos.
Al anochecer, cientos de manifestantes llegaron a la vecina ciudad de Bayona, donde los recibió un fuerte dispositivo de seguridad. Esto desató algunos enfrentamientos entre manifestantes y policías, quienes utilizaron cañones de agua y gas lacrimógeno para controlar la situación.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anfitrión de la cumbre, armó para este primer día una agenda que incluyó la defensa de la democracia, igualdad de género, educación y medio ambiente. Invitó a países de Asia, África y América Latina a sumarse para lanzar una campaña sobre estas causas.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que la cumbre sería una difícil prueba de la unidad y la solidaridad del mundo libre y sus líderes y que este podría ser el último momento para restaurar nuestra comunidad política.
Macron amenazó en un comunicado con bloquear el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, alcanzado en junio pasado, por las mentiras de su par brasileño, el neofascista Jair Bolsonaro, por no respetar los acuerdos climáticos internacionales, especialmente por su reacción frente a los incendios en la Amazona.
Apoyada por Gran Bretaña y España, la canciller alemana, Angela Merkel, temperó el ímpetu del mandatario francés, al afirmar que oponerse al pacto comercial no es la respuesta apropiada. Tusk consideró difícil de imaginar un acuerdo con el Mercosur, bloque al que pertenece Brasil, mientras el gobierno de Bolsonaro permite la destrucción del pulmón verde de la Tierra.
Macron dejó en claro que tiene bajas expectativas de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se integre a cualquier comunicado sobre combatir el cambio climático.
La cumbre estaba también dominada por un recrudecimiento de las tensiones comerciales, que amenazan con una recesión mundial.
Las tensiones comerciales son malas para todos, advirtió Macron, en un mensaje dirigido a Estados Unidos y China, que se impusieron el viernes nuevos aranceles.
El primer ministro británico, Boris Johnson, que hace en Biarritz su debut internacional, urgió a una desescalada de las tensiones. Agregó que esta no es la manera de proceder, en una crítica velada a Trump, pese a que ambiciona cerrar con Estados Unidos un acuerdo comercial tras el Brexit.
Trump y Macron mantuvieron un almuerzo de trabajo improvisado, en el que limaron las asperezas después de que el inquilino de la Casa Blanca amenazó recientemente a Francia con imponer nuevos aranceles a sus vinos por la tasa que quiere aplicar a los gigantes digitales, como Google o Facebook.
Tras el almuerzo de trabajo, la presidencia francesa indicó que ambos mandatarios encontraron puntos de convergencia en algunos temas, incluyendo comercio, el programa nuclear de Irán y los incendios en la Amazonia.
En respuesta, Tusk dijo que lo último que quería la UE era una disputa comercial con Estados Unidos y pidió el fin de las guerras comerciales. También prometió tomar represalias en contra de los productos estadunidense en caso de que Trump imponga aranceles al vino francés.
En la cumbre el año pasado, Trump partió prematuramente y arremetió contra el comunicado final en un tuit enviado desde el avión presidencial. Este año no habrá comunicado final, declaró Macron.
Durante la noche, los mandatarios y sus esposas se reunieron para una cena informal preparada por el chef vasco, Cédric Béchade
Foto Afp
Afp, Reuters y Ap
Periódico La Jornada
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