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sábado, 31 de agosto de 2019

Miles de manifestantes denuncian en Colombia la oleada de asesinatos de líderes sociales desde la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016



AMY GOODMAN: Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles el viernes 26 de julio en más de cincuenta ciudades y pueblos de toda Colombia, para protestar contra la oleada de asesinatos de líderes indígenas, afrocolombianos y ambientalistas en los últimos años. Marchas solidarias se dieron alrededor del mundo, de Washington DC, a México DF y Atenas. En 2016, el Gobierno colombiano y los rebeldes de las FARC firmaron un histórico acuerdo de paz para sacar al país de medio siglo de conflicto armado. Sin embargo, desde entonces casi quinientos activistas pro derechos humanos, muchos de ellos de la comunidad afrocolombiana, han sido asesinados por su trabajo contra la minería ilegal, el tráfico de drogas y a favor de la restitución de tierras y las causas ambientales.
Algunas de las pancartas de la movilización decían “Sin líderes, no habrá paz” y “Paren el derramamiento de sangre”. Esta es la política y activista Gloria Cuartas.
GLORIA CUARTAS: Detengan el asesinato selectivo y sistemático de activistas, hombres, mujeres, indígenas, afrocolombianos, agricultores y estudiantes que están defendiendo el derecho a vivir en sus territorios, el derecho a que la biodiversidad sea respetada, para que los acuerdos de paz sean respetados.
AMY GOODMAN: Las manifestaciones del viernes se dieron después de que un desgarrador video que muestra a una niño gritando de forma desconsolada tras presenciar el asesinato de su madre se hiciera viral. La madre del niño era María del Pilar Hurtado, una reconocida activista comunitaria que luchaba por los derechos de los campesinos sin tierra en el municipio de Tierralta, Córdoba.
Para ahondar sobre el tema vamos a Washington DC, desde donde nos acompaña Luis Gilberto Murillo, quien se desempeñó como gobernador del departamento del Chocó, un área de mayoría afrocolombiana y ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia de 2016 a 2018, bajo el mandato del presidente Santos. En la actualidad Murillo es un investigador invitado en el Centro de Estudios Latinos y Latinoamericanos de la American University, y participó en la protesta del viernes frente a la residencia del embajador colombiano en Estados Unidos en Washington, D.C. Bienvenido a Democracy Now, Luis Gilberto Murillo, ¿puede explicar por qué han sido asesinados tantos activistas en Colombia en los últimos años?
LUIS GILBERTO MURILLO: Muchas gracias, Amy, por esta oportunidad. En Colombia se firmó un acuerdo de paz, que es histórico porque después de 52 años de conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, un movimiento guerrillero, se llegó a este acuerdo que puso fin a ese conflicto. Estamos hablando de un conflicto que en 52 años tomó la vida de cerca de 260 mil personas, ocho millones de víctimas, muchos desplazados. Y, a través de ese acuerdo, las FARC entraron a la vida civil. Hoy son un partido político. Pero inmediatamente que se dio el acuerdo, se inició el asesinato de líderes sociales, ambientales, afrodescendientes, indígenas. El 40 por ciento de estos asesinatos son de mujeres y muchas minorías étnicas. Y estos asesinatos, que ya están cerca de entre 500 y 700, desafortunadamente, se dan porque son líderes que demandan sus derechos, sus derechos de acceso a la tierra, sus derechos a servicios básicos de educación, salud, de unas poblaciones vulnerables y que han sido desatendidas por el Estado. Nuestras poblaciones demandan esos derechos y por eso nosotros salimos a las calles convocados por el movimiento Defendamos la Paz, de la sociedad civil, para precisamente mostrar la solidaridad a los líderes sociales y también poder protestar por los asesinatos y convocar al país para que la conciencia nacional le dé prioridad precisamente a la protección de estos líderes.
AMY GOODMAN: ¿Ha rendido cuentas el gobierno por todo esto? ¿Qué ha hecho el Gobierno de derecha del presidente Duque desde que llegó al poder?
LUIS GILBERTO MURILLO: El presidente Duque ganó las elecciones y ha tenido una propuesta realmente de revisión de los acuerdos de paz. Son críticos del acuerdo que se firmó con las FARC y su primer intento, precisamente, fue cambiar, rehacer estos acuerdos, dándole un golpe a la columna vertebral de los acuerdos que fue el sistema de Justicia Especial para la Paz. Precisamente por eso nació el grupo Defendamos la Paz, que son diversos líderes, casi 2000 líderes de las regiones a nivel nacional, artistas, políticos de todas las vertientes que lo que nos une es la protección de esos acuerdos de paz, la defensa de la paz y de los líderes. Y el presidente Duque realmente no es un entusiasta de la implementación de los acuerdos de paz y creemos que sería un grave error que se continúe en una agenda de debilitar estos acuerdos que son tan importantes para muchas regiones en el país, sobre todo para la Colombia apartada y desatendida por el Estado.
AMY GOODMAN: Hable sobre algunas de las personas que han sido atacadas o asesinadas como, por ejemplo, María del Pilar Hurtado, asesinada en el norteño departamento de Córdoba, a cuyo hijo pudimos ver en un desgarrador video llorando sobre su cadáver.
LUIS GILBERTO MURILLO: Sí, la infortunada muerte de María del Pilar Hurtado refleja la gran tragedia nacional que es el asesinato de líderes sociales. María del Pilar Hurtado era, como muchos, una mujer lideresa de su comunidad que defendía el derecho de acceso a la tierra y, sobre todo, de acceso a la vivienda. Y ella lideraba un grupo en Tierralta y por esa simple razón, precisamente, fue asesinada. Y lo que hemos venido diciendo es que obviamente no podremos tener una paz estable y duradera si la vida no es sagrada, y la vida de los líderes tiene que ser sagrada. El asesinato de María del Pilar Hurtado, una mujer afrodescendiente, conmovió al país. Ver a su hijo gritando por su muerte, sin poder consolarse ni nadie que lo pudiese consolar… Y dejó cuatro niños huérfanos: a uno de cinco años, dos gemelos mellizos de 12 años y uno de 14 años. Esto es un ejemplo de la gran tragedia de los más de 500, 700 líderes que han sido asesinados en el país, y esto no puede continuar. Esto realmente tiene que parar.
AMY GOODMAN: Hable de las similitudes entre lo que está ocurriendo en Colombia y en Brasil, donde tenemos a Jair Bolsonaro, otro presidente de derecha, quien desde su llegada al poder ha reducido las medidas de protección para la Amazonía, poniendo trabas a la lucha contra las actividades ilegales de la industria maderera, minera y ganadera. Recientemente un grupo de hombres armados atacaron una remota reserva indígena y asesinaron a cuchilladas a uno de sus líderes.
LUIS GILBERTO MURILLO: La deforestación es uno de los enormes desafíos que tienen los países de la Amazonía y, obviamente, Brasil, Colombia, Perú, etcétera. Sin embargo, los países están dando una gran batalla para controlar la deforestación. En el caso de Colombia, con medidas que se han venido implementando. La deforestación venía en aumento y se pudo reducir un 10 por ciento en el año 2018. Sin embargo, en el caso de Brasil, las políticas de Bolsonaro son políticas que están directamente relacionadas con el debilitamiento de las medidas de protección de la Amazonía, empezando por la promoción de la minería, la promoción del cambio de uso del trópico y de la foresta en esa zona, para agricultura. Y, además de eso, el debilitamiento de los derechos de las comunidades indígenas y las comunidades afrodescendientes representadas en los quilombolas. Estas comunidades son centrales por su cultura, por la manera de interaccionar con la naturaleza en la Amazonía, son centrales para la protección de la Amazonía. Las políticas que está implementando el Gobierno de Bolsonaro son políticas que son irresponsables frente al compromiso que se tiene con la protección de la Amazonía, que es central para poder combatir el cambio climático. Y allí, yo hago un llamado al Gobierno de Estados Unidos para que le dé mayor prioridad a la protección de los bosques, sobre todo de los bosques tropicales a nivel global, pero aún mucho más a la Amazonía, para que se defina realmente un marco de acompañamiento a los países de la Amazonía con asistencia técnica y financiera para proteger precisamente ese ecosistema y, sobre todo, que pueda mandar un mensaje claro al Gobierno brasileño de Bolsonaro sobre la protección de ese ecosistema. No tengo muchas esperanzas porque obviamente no creo que las cosas estén mucho mejor en Estados Unidos. También veo que sus líderes están negando el cambio climático.
AMY GOODMAN: Luis Gilberto Murillo, ¿cuál cree que debe la respuesta a lo que está pasando en Colombia? Háblenos del departamento del que usted fue gobernador en dos ocasiones, el Chocó, una región con una población mayoritariamente afrocolombiana. ¿Son estas las zonas más golpeadas?
LUIS GILBERTO MURILLO: En el caso del departamento del Chocó hay retos supremamente importantes en materia ambiental, en materia de implementación de los acuerdos de paz en Colombia. En el departamento del Chocó, la gran mayoría de la población afrodescendiente apoya la implementación de esos acuerdos, tiene gran esperanza, porque hoy tenemos enormes desafíos en materia ambiental, minería ilegal, extracción ilícita de madera, pero se está haciendo un gran esfuerzo con las comunidades para poder proteger estos ecosistemas. El año pasado, por ejemplo, y en los dos últimos años consecutivos, ha disminuido la deforestación. Pero esta es una población que tiene enormes carencias: pobreza extrema, exclusión social, mucha desigualdad y, obviamente, los impactos del conflicto por la presencia de grupos armados ilegales, las guerrillas del ELN y, obviamente, los grupos de bandas criminales, Autodefensas Gaitanistas. Y es uno de los departamentos con mayor impacto, obviamente, por el conflicto, pero la gente no pierde la esperanza y son esas semillas de esperanzas las que hay que seguir regando.
AMY GOODMAN: Luis Gilberto Murillo, en lo que respecta a la Amazonía, en Colombia el presidente Duque ha defendido el uso del herbicida de Monsanto Roundup Ready para la destrucción de los cultivos de coca. En Estados Unidos Roundup Ready está bajo un intenso ataque debido al gran número de demandas judiciales entabladas por personas que están enfermando tras usar este herbicida durante décadas. ¿Cuál es la situación en Colombia?
LUIS GILBERTO MURILLO: El presidente Duque está equivocado en la intención de utilizar la aspersión aérea para poder eliminar cultivos de coca. En primer lugar, hay que atacar toda la cadena del tráfico de cocaína y de narcóticos. La aspersión aérea tiene enormes impactos negativos sobre la salud de las poblaciones en esas zonas, comunidades rurales, indígenas, afrodescendientes, pero también tiene enormes impactos ambientales, y estamos hablando de aspersión aérea en zonas de la Amazonía con una alta biodiversidad. Colombia es el primer país en diversidad de aves. El segundo país en diversidad de anfibios. Y así sucesivamente. Es el segundo país en biodiversidad después de Brasil y, realmente, hacer aspersión con Roundup en esa zona es realmente matar la naturaleza y afectar a las poblaciones. Por eso, la Corte Constitucional prohibió el uso de la aspersión aérea y en los acuerdos de paz se incluye una provisión para que se puedan aplicar métodos de erradicación manual en acuerdo con las comunidades. En el Gobierno anterior se firmaron cerca de 100 mil acuerdos individuales de erradicación, se han erradicado 35.000 hectáreas con un factor muy importante, con una tasa de resiembra de solo 0,6 por ciento, comparado con la fumigación, la aspersión aérea, que es del 60 por ciento. Luego, entonces, la aspersión aérea no es eficaz para eliminar los cultivos de coca y tiene enormes impactos negativos como ustedes ya han sido testigos aquí en Estados Unidos con los casos que hay por el caso de Roundup. Así que ese sería un enorme error. E invitamos al Gobierno de Estados Unidos y a los líderes en este país a que realmente abandonen esa idea de seguir asperjando en zonas de la Amazonía en Colombia.
AMY GOODMAN: Finalmente, y cambiando de tema, el domingo 28 de julio tratamos de contactarle sin éxito, tal vez debido a lo que estaba pasando en París, donde Egan Bernal, de 22 años, se ha convertido en el primer colombiano y el ciclista más joven en ganar el Tour de Francia. Escuchémosle.
EGAN BERLAN: Es increíble. No sé qué decir. La verdad que, ya gané el Tour, pero aún sigo sin creerlo. Yo creo que necesito un par de días para asimilar esto.
Ese era Egan Bernal, según la BBC, su victoria se ha celebrado especialmente entre los colombianos de origen más humilde, muchos de lo cuales viven en las marginadas zonas de mayoría indígena de los Andes colombianos. ¿Cuál es la importancia de esta victoria en el Tour de Francia, la primera de un colombiano?
LUIS GILBERTO MURILLO: Bueno, en primer lugar, todos estamos muy contentos. No lo podemos creer —como lo dice Egan— semejante triunfo. Primero, tan joven, primera vez que ganamos el Tour de Francia y, realmente, es un momento de orgullo y es de orgullo porque proviene de nuestras comunidades, comunidades que han sido afectadas por la exclusión, por las dificultades, por la falta de oportunidades y él está mostrándole a las nuevas generaciones que el único límite realmente es el firmamento y que superando los obstáculos se puede llegar. Y es realmente un ejemplo, un referente para nuestros niños y para nuestras niñas jóvenes de que sí se pueden lograr este tipo de hazañas, como la que ha hecho Egan, y que todos estamos muy contentos y realmente todavía seguimos celebrando.
AMY GOODMAN: Luis Gilberto Murillo, gracias por estar con nosotros. Gobernador en dos ocasiones del departamento del Chocó, un área de mayoría afrocolombiana, y exministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de 2016 a 2018 durante el mandato del presidente Santos. Gilberto Murillo es actualmente investigador invitado en el Centro de Estudios Latinos y Latinoamericanos en la American University. Esto es Democracy Now!, soy Amy Goodman. Gracias por acompañarnos.

Producido por Clara Ibarra, Igor Moreno, Iván Hincapíe y Democracy Now!.
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