Pese a
pronunciarse respaldando a la oposición venezolana y condenando
duramente al gobierno de Nicolás Maduro, tras la fallida intentona
golpista contra el orden constitucional, por primera vez el Grupo de
Lima abrió las puertas para su respaldo a una salida negociada, en la
que llaman a incluir incluso a Cuba.
Obviamente, la prensa cartelizada trasnacional invisibilizó la
importancia del cambio de rumbo en que devino la reunión, que dejó mal
parado al agresivo canciller colombiano Holmes Trujillo.
El Grupo de Lima, creado ante el fracaso de lograr consenso en la
Organización de Estados Americanos (OEA), manejada por Estados Unidos,
se reunió la semana pasada “de emergencia” en Lima a pedido de Colombia y
Chile, marcando, tras duras discusiones, un cambio de actitud tras el
levantamiento opositor que no encontró el apoyo militar que esperaba, ni
una movilización ciudadana masiva a favor de su causa.
De los catorce países que lo integran, fueron once los que suscribieron
el pronunciamiento: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa
Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú. No se han sumado a
este pronunciamiento, que respalda el alzamiento de Guaidó, México, cuyo
alejamiento del Grupo de Lima es evidente desde que asumió Manuel López
Obrador, ni Guyana y tampoco Santa Lucía.
Los cancilleres del Grupo tenían la agenda que se les presentó
comunicarse con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a
través de una video conferencia para recibir sus directivas, pero la
comunicación no se -¿tal vez para escuchar directivas finales sobre la
línea a seguir?-, pero esa comunicación no se dio por “problemas
técnicos”, según el canciller peruano, Néstor Popolizio.
El Grupo se había precipitado en pronunciarse cuando estalló la asonada
para derrocar a Maduro, pero en Lima discutieron por cinco horas el
cambio del escenario y la apertura a una salida dialogada y la inclusión
en la declaración de puntos que buscan un acercamiento a otros países
que proponen una negociación como opción a la crisis venezolana, fue el
punto más conflictivo que prolongó el debate.
Los países del Grupo de Lima anunciaron que se harán “gestiones para
que Cuba participe en la solución de la crisis en Venezuela” e
incluyeron también al Grupo de Contacto, formado por países
latinoamericanos (México, Uruguay, Bolivia y Costa Rica) y europeos
(Portugal, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Suecia y
Unión Europea) que insisten un inicio una salida dialogada.
Ahora el Grupo de Lima convocó a una reunión “urgente” de los países de
ambos grupos para “buscar la convergencia en el propósito común de
lograr el retorno a la democracia en Venezuela”. Lo que no cambiaron del
todo es el libreto, donde pareciera que el contendiente a derrotar es
el gobierno constitucional venezolano: el Grupo reiteró el respaldo al
levantamiento de la oposición, el que se niegan a calificar como un
intento golpista, y alientan a Guaidó y a la oposición a seguir adelante
en sus acciones.
Ramiro Escobar de la
Universidad Católica de Perú, este paso del Grupo es un reconocimiento
de que la opción de sacar a Maduro por la fuerza parece agotada y por
eso aprueban una negociación, a la que convocan a participar a Cuba, que
es lo más importante de este pronunciamiento. Es un reconocimiento de
que se ha llegado a una situación límite que puede llevar a más
derramamiento de sangre y que hay que buscar una salida negociada.
Si bien no hay un rechazo explícito a una intervención militar en
Venezuela, “este llamado a Cuba marca una distancia con Estados Unidos.
Estimo que este punto debe ser el resultado de una negociación
complicada al interior del grupo”, dijo Escobar. Condenan la represión
del gobierno chavista a las protestas, pero mantienen silencio frente a
la violencia del lado opositor, agregó el analista.
Nicaragua, Cuba, Venezuela
Por más que la administración Trump hace esfuerzos repetidos de todo
tipo y dimensión, casi nada le da resultado para derrocar a los
gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Las medidas que toma contra
estos países, sin duda, les hace mucho daño y, en buena medida, los
problemas que afrontan en sus economías se deben a ellas.
El 2 de mayo, por ejemplo, la denominada Ley Helms Burton entró a
operar plenamente en contra de Cuba, y ya al día siguiente una compañía
de cruceros ha sido demandada en La Florida por utilizar un atracadero
en La Habana. Hay amenazas de acciones similares contra el aeropuerto
internacional José Martí.
En Nicaragua y
Venezuela se actúa en apego a lo recomendado en el manual del golpe
blando de Gene Sharp que, como siempre, es blando solo para quien no lo
vive en carne propia, pero se olvidan de tomar
en cuenta en su aplicación, es que los gobiernos que pretenden derrocar
deberían ser objeto del más profundo rechazo por parte de la población
de sus respectivos países, señala el analista Rafael Cuevas Molina.
Una encuesta realizada entre marzo y abril últimos por la costarricense
Borge y Asociados sobre la situación de Nicaragua, un año después de
los disturbios promovidos por la oposición nicaragüense, que han tenido
un tremendo impacto en la economía del país, señala que Daniel Ortega es
el político más popular y mejor valorado de todo el espectro político
del país., con un 49.7% de opiniones favorables contra un 34% de
desfavorables.
Ante esta realidad saltan a
la luz los índices de aprobación de Mauricio Macri, Jair Bolsonaro,
Sebastián Piñera, Iván Duque o Martín Vizcarra, los propulsores
regionales y cómplices de las políticas de la administración de Donald
Trump, también en caída vertiginosa.
En
Caracas, Juan Guaidó y Leopoldo López, encaramados en una autopista, no
logran movilizar más que a unos cientos de militantes, mientras los
medios de comunicación cartelizados del mundo hacen creer que, ahora sí,
se está a las puertas de “la solución final”. Desde hace 20 años esta
oposición viene anunciando que el chavismo se va la semana entrante o, a
más tardar, a fin de mes, recuerda Cuevas Molina.
No hay asilo para López
Otro
golpe a las intentonas opositoras y a sus guionistas de Washington la
dio el gobierno español, que reconoció que el prófugo de la justicia
Leopoldo López, no puede solicitar el estatus de asilo político desde la
embajada hispana en Venezuela pues dicha petición debe realizarse sólo
dentro del territorio español.
El canciller español Josep Borrell, explicó –durante una visita a Jordania- que su país «no va a permitir» que la sede diplomática «se convierta en un centro de activismo político para la oposición y «limitará» las actividades políticas de López..
El canciller confesó que ha hablado de la situación con el gobierno de Nicolás Maduro, con el que mantiene una relación «cortés»
a pesar de haber reconocido al dirigente opositor Juan Guaidó como
presidente. Por su parte, el ministro de Fomento José Luis Ábalos señaló
que su gobierno “no tiene ninguna intención" de entregar a López a las
autoridades venezolanas.
Mariana Álvarez Orellana. Antropóloga,
docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro
Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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