Condena a pobreza y desempleo
La ministra de Seguridad acusa a los convocantes de
extorsión
Buenos Aires. El contundente quinto paro general en casi
cuatro años de gobierno del presidente Mauricio Macri, el mayor hasta
ahora, que paralizó todo el país, recibió como respuesta amenazante del
mandatario la defensa de la intervención de las fuerzas armadas en
conflictos internos y estar acompañado por el polémico fiscal Carlos
Stornelli, en un acto con los jefes militares.
El fiscal Stornelli, en desafío a las normas judiciales y
constitucionales, se ha negado a comparecer en la causa en la que
aparece involucrado en una red de extorsión, espionaje ilegal y armado
de causas falsas en función de la persecución de políticos opositores.
Los líderes sindicales consideraron que estos mensajes presidenciales
aseguran la impunidad para fiscales y jueces cercanos al gobierno, a
funcionarios que están involucrados en documentos y testimonios de esta
red, y la posibilidad de que regrese la historia a los tiempos en que
mediante golpes militares tomaron el control de la seguridad interior,
en el contexto de la doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos en
tiempos de la guerra fría, implantando el terrorismo de Estado que dejó miles de víctimas.
Se destacó también que este paro se realiza en el 50 aniversario del Cordobazo,
levantamiento obrero, estudiantil y popular en Córdoba durante la
dictadura de Juan Carlos Onganía, en mayo de 1969, donde la represión
dejó muertos, heridos y fue el inicio de grandes demandas populares
constituyéndose en un hito histórico de la lucha obrera.
La dirigencia de la Confederación General del Trabajo (CGT) y otros
líderes sindicales resaltaron la contundencia del paro de este día, en
el cual no hubo circulación de autobuses, camiones, aviones ni barcos, y
además se contó con el apoyo de las dos centrales de Trabajadores
Argentinos y de corrientes sindicales que surgieron en estos años, entre
ellas las más radicales, así como movimientos sociales que apoyaron
también la medida de fuerza.
En Rosario, la ciudad más importante después de Buenos Aires, se
observó la movilización más grande de los últimos años, lo mismo sucedió
en Jujuy, mientras en la provincia más austral del país, Tierra del
Fuego, se organizaron ollas populares. Esta ciudad y todas las capitales
de las provincias lucieron desiertas, incluso con el cierre de muchos
comercios.
El tema de la desocupación también fue una de las demandas más
fuertes, junto con la condena por el hambre, la pobreza, cuando
alrededor de 15 mil pequeñas y medianas empresas cerraron en el país y
en los últimos días se han producido centenares de nuevos despidos de
empresas grandes que están cerrando sus puertas o disminuyendo al mínimo
el personal.
En rueda de prensa, los dirigentes de la CGT respondieron a la
cuestionada ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien además de
amenazar con represión e instalar un amenazante operativo de despliegue
de fuerzas de seguridad en las entradas a esta capital, las autopistas y
un sistema nuevo de vallas automáticas, dijo que el gobierno está harto
de los paros y acusó los convocantes de la huelga de extorsión y de ser
poco democráticos.
Héctor Daer, uno de los secretarios de la CGT, exigió al gobierno de Macri
que emprendan acciones inmediataspara
frenar la decadencia social, política y económica, y destacó el derecho de huelga en un sistema democrático. Sostuvo que Bullrich debería hartarse de que
las fuerzas de seguridad sigan matando pibesy también se mencionó el hartazgo del hambre.
Stella Calloni
Corresponsal
Periódico La Jornada
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