Durante doce días
desde el 31 de agosto, se han mantenido el ejercicio naval "Unitas", en
aguas territoriales de Colombia, muy cerca del territorio de la
República Bolivariana de Venezuela.
Es sintomática está
operación naval en la que participan unidades navales de doce países, en
momentos en que se han precipitado una serie de acontecimientos
hostiles, en prejuicio del pueblo venezolano, dirigentes del proceso
social bolivariano y del gobierno constitucional de Venezuela, incluido
el Presidente libremente electo Nicolás Maduro Moros.
Este
ejercicio militar auspiciado por el Comando Sur, se ha efectuado
periódicamente, desde 1959, sustentado jurídicamente en el Pacto de Río
(TIAR).
Distintas agencias de prensa han informado que marinos
de EEUU, Reino Unido, Brasil, Perú, Ecuador, México, Argentina, Panamá,
Canadá, Indonesia, Colombia y Costa Rica, se han incorporado a dichos
ejercicios de guerra.
Con un poder de medios, fuego y tropas
concentrado en 34 naves de marina, que incluye buques, aviones y unos
tres regimientos de marinos, para cerca de 2000 efectivos abordo de
navíos y aeronaves de guerra.
La información oficial explica
que la misión se orienta a entrenamientos sobre atención de desastres
naturales y ayudas humanitarias.
No obstante, fuentes
castrenses confirman, a la vez, que el enfoque del adiestramiento está
en lo fundamental acentuado, en ejercios de combate en superficie,
acciones antisubmarina y antiaérea, despliegue de unidades especiales de
buceo, ejercicios sintéticos de procedimientos de reacción rápida,
fuego real, interdicción marítima, control de mar, búsqueda y rescate, y
una maniobra de desembarco de ayudas humanitarias en la bahía del Golfo
de Morrosquillo; en el marco de posibles operaciones de guerra
aeronaval.
Han movilizado aviones de combate K-Fir Made in
Israel y A - 37 de fabricación yanki, pertenecientes a la Armada y
Fuerza aérea colombianas.
No parece casual este ejercicio
aeronaval de fuerzas armadas, de países y gobiernos de Latinoamérica
confabulados en el grupo de Lima, improvisado por Washington por las
dificultades encontradas en la misma OEA, para imponer una resolución de
condena malintencionada y alevosa, al gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela.
La única excepción es Ecuador que súbitamente se les ha aliado, en un gesto grotesco del gobierno traicionero de Lenin Moreno.
Las señales de invasión a Venezuela, sin entrar a profundizar en las
estratagemas o métodos que el imperialismo y las oligarquías
subalternas, están utilizando para acelerar una expedición militar sobre
territorio venezolano, tiñen de dramáticos augurios que ofenden la
inteligencia, destrozan la tranquilidad y llenan de horrores el
horizonte del pueblo venezolano, y a la vez; atizan una escalada de
violencia y derramamiento de sangre en la región.
Recuérdese
que entre el 6 y el 13 de noviembre de 2017, se realizó en Tabatinga, la
Amazonía Brasileña, una maniobra militar por invitación del tiranuelo
Michel Temer, y con patrocinio del Comando Sur, en la que participaron
tropas de Brasil, Colombia, Perú y EEUU, y oficiales de FFAA de otros 22
países, entre los que estuvo el Estado sionista de Israel, que a la
vez, exhibió armamento de última generación, con la concurrencia de
empresas de la industria militar de occidente.
La operación se
denominó "América Unida" y se inscribe en los ejercicios
multinacionales interagencias de logística "Amazonlog 17".
Se
instaló una base estratégica en la región amazónica entre las fronteras
de Brasil, Colombia y Perú, con Venezuela, desde la cual el Comando Sur
monitoreó los ejercicios de ayuda humanitaria, despliegues tácticos de
escuadrones de asalto, seminarios y exposiciones de medios de guerra y
"salvamento".
Desde una perspectiva geoestratégica se
sospecha, que esa operación de aparentes objetivos "civiles para la
cooperación en emergencias, desastres naturales y crisis humanitarias",
no es más que una fachada para instalar una base secreta; a sólo unos
cientos de kilómetros de territorio venezolano, con el propósito de
concentrar tropas, aviación de recogimiento electrónico, táctica y
bombardeo, para una eventual invasión a la República Bolivariana de
Venezuela.
Con un formato reiterado la obcecación de EEUU por agredir y desacreditar, al gobierno democrático de Nicolás Maduro, no cesa.
En la ONU su representante Nikki Haley, revuelve la inmundicia del odio
y la hostilidad; con artera ponzoña de la intriga, el abuso, la
sordidez, la impunidad y la mentira.
Aduciendo la matriz
terrorista de "la corrupción, la crisis humanitaria, migración y el
subterfugio del pretendido uso de bienes que el gobierno venezolano
supuestamente le arrebata al pueblo, para mantener la dictadura"; la
diplomacia de la "Doctrina Monroe" y el "excepcionalísimo" Penagoniano,
"vuelve como burra al trigo", para insistir en la intentona de mancillar
la integridad moral del Estado Bolivariano, la dignidad y estatura
humana del presidente Maduro Moros, con el objetivo de buscar una
sanción del Consejo de Seguridad al Gobierno venezolano.
En la
OEA sigue el lobby tenebroso de los representantes de Washington, en el
charco nauseabundo de Luis Almagro, fantoche del Departamento de
Estado, como mercenario instigando la agresión y el sabotaje contra los
gobiernos soberanos del continente.
Amedrentan y chantajean a
los mansos lacayos, políticos corruptos, emisarios de las oligarquías y
compran expresidentes para utilizarlos como repugnantes marionetas; en
los planes de arremeter con presiones diplomáticas injustificadas, así
como, redoblar el cerco político con pretextos injuriosos y calumnias,
escalar planes de asedio con las técnicas de la guerra de cuarta y
quinta generación y; una posible invasión arreglada en el marco jurídico
del TIAR.
Ileana Ros-lethinen, Bob Menéndez, Ted Cruz y otros
cancerberos de la mafia rabiosa anti-cubana; continúan mercadeando la
conspiración y la guerra no convencional contra Venezuela, Nicaragua,
Bolivia y Cuba. Particularmente maquinan la opción armada para derrocar
el Gobierno Chavista y exterminar el Estado Bolivariano, aduciendo las
deplorables especulaciones de Estado forajido y el despótico e
intervencionista argumento de "cambio de régimen".
En ese
tablero político regional enrarecido y hostil, se han observado los
ajetreos y carreras de los agentes de la CIA y funcionarios de la Casa
Blanca como Mike Pence, James Mathis y Mike Pompeo, auspiciando
reuniones de emergencias con jerarcas de los países sumisos a sus
mandatos.
El 1 de mayo recién pasado el Senador de las
falanges contrarrevolucionarias y sociedades belicistas de EEUU, Marco
Rubio, se reunió en San José, tanto con el presidente Luis Guillermo
Solís, saliente; como con el presidente electo Carlos Alvarado. Esos
apresurados encuentros a puerta cerrada y en la sombra del secreto,
están motivados en los ardides del terrorismo de Estado yanki, con el
objetivo de mantener a Costa Rica embarrada hasta el cuello; en el
atolladero de la guerra asimétrica desencadenada por la reacción y el
fascismo internacional, que pretende derrocar los gobiernos
independientes y democráticos de Venezuela y Nicaragua.
Posteriormente el presidente Carlos Alvarado y el Ministro de Seguridad
Pública, han sido convocados a reuniones en Washington y en bases
militares de EEUU, con autoridades castrenses del Pentágono.
De tal manera, no resulta sorprendente que aparezca Costa Rica,
participando en los ejercicios militares de Cartagena, Colombia.
Oficiales de diferentes fuerzas de choque o guardafronteras, de los
cuerpos de seguridad de Costa Rica, asisten regularmente a cursos,
maniobras, torneos y cátedras, de adiestramiento en táctica de guerra
regular, de baja intensidad, psicológica y contrainsurgencia, en la
Escuela de las Américas, Israel, Chile, España, Corea del Sur y
patrocinados por el Comando Sur, la OTAN y otras FFAA.
Algunas
actuaciones de gobiernos de Costa Rica desde 1948, a la fecha han
manchado la dignidad nacional y dejado en evidencia la hipocresía
oficial y el cinismo de la oligarquía sometida a la dependencia de las
migajas, condicionamientos y el látigo, Washingtoniano.
Costa Rica es firmante del Pacto Río o Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca (TIAR), que está bajo el paraguas de la OEA.
Integrante de la ODECA desde 1960 y con participación en el Consejo de Defensa de Centroamérica (CONDECA)a partir de 1963.
Un destacamento de la Guardia Civil de Costa Rica intervino como parte
de las tropas invasoras que incursionaron, en flagrante agresión, contra
el pueblo de República Dominicana, en 1965.
En el 2003 el
gobierno de Abel Pacheco incluyó arbitrariamente a Costa Rica en la
lista, de los que pretenciosa y temerariamente, se denominaban países
aliados, para atacar vilmente y en forma criminal, al gobierno legítimo
de Irak, en la fratricida operación "Tormenta del Desierto"; ordenada
por el canalla George W. Bush.
Algunos entre muchos de los
bochornosos hechos que dan fe de la farsa de un "país sin ejército", y
de la influencia directa de las estructuras castrenses yankis y el
Departamento de Estado, en la política de seguridad o las decisiones de
los gobiernos de Costa Rica en materia militar y diplomática; en el
contexto de conflictos de países de la región o internacionales.
Es a todas luces un país sin autoridad, que adolece de una estrategia
independiente, más allá de la retórica en torno a la paz, la democracia,
el Estado de derecho y la ausencia de militarismo, con raras
excepciones en el tiempo, donde la inmoralidad oligárquica y la
corruptela politiquera, se arrastra a las pezuñas de la bestia
imperialista.
Un tendencioso "poder suave" que se presta
impúdicamente a los planes de los intereses hegemónicos, contradice las
leyes internacionales y lesionan el derecho de las naciones a la
autodeterminación y de los pueblos a vivir en un sistema político que
han escogido libremente.
Por lo tanto, no encontraríamos nada
extraño, en la asistencia una pequeña unidad naval, de los cuerpos
armados de Costa Rica, a los ejercicios militares que se desarrollan en
aguas territoriales de Colombia.
De las
mis formas, parece que la gestión gubernamental de turno en Costa Rica
ha cedido fácilmente a las presiones de la diplomacia terrorista del
Senado de los EEUU, y a las pretensiones del Comando Sur y de la Casa
Blanca de invadir, La República Bolivariana de Venezuela y Nicaragua
Sandinista.
Óscar Barrantes Rodríguez
CBYLO-CPCES
San José - Costa Rica
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