Pedro Echeverría V.
1. Voluntariosos gobiernos de Alexis Tsipras, Castro, Maduro, la
Kirchner, nada o muy poco lograrán en sus países mientras exista el
imperio de los EEUU y sus poderosos aliados. Lo mismo pienso del
mexicano López Obrador que promete un gobierno anticorrupto y hasta del
iluso “bronco independiente” de Nuevo León que dice se alejará de los
partidos políticos. Como dicen por aquí: “está cabrón o (es tonto)
vivir ilusionado”, pero se complementa la frase diciendo que si no hay
ilusiones o esperanzas, te mueres más rápido. ¿Es –por tanto- una
herencia cultural ser siempre optimista, autoengañarse, para estar
siempre contento, ser feliz y prolongar la vida?
2. En el nuevo gobierno de Grecia del izquierdista Tsipras, el
pueblo cifró muchas ilusiones por sus discursos repitiendo de que no
daría un paso atrás, que preferiría salirse de la Unión Europea, antes
de lesionar los intereses del pueblo griego imponiéndoles mayores
cargas. Pero ayer llegó la aplanadora imperial encabezada por Alemania,
el FMI más otros poderosos representantes europeos y el presidente
Tsipras no tuvo más remedio que someterse, golpear a su pueblo y quien
sabe cuántas cosas más tuvo que hacer, ahora sí, “para salvar a
Grecia”. Aquel gobierno que pudo ser un modelo para Europa tuvo que
ceder ante el poder del imperio.
3. En Cuba el imperialismo de los EEUU desde 1959 tuvo que amenazar,
sabotear, invadir, imponer un cerco y bloquear durante más de 50 años,
para buscar conquistarla usando otros métodos. Pero si ese imperio no
hubiese intervenido, Cuba se hubiera transformado en el “Faro
Socialista” de América y tras él seguramente decenas de países. Fidel
hizo hasta lo imposible y Raúl en estos años recientes –y a pesar de
los muy notables avances- no se pudo construir la sociedad socialista
igualitaria porque el gobierno yanqui no lo permitió. Se pudieron haber
cometido errores de gobierno, pero estos son insignificantes ante la
realidad de dominio imperial.
4. La Venezuela de Hugo Chávez tampoco pudo hacer nada importante
contra el imperio. Chávez fue electo y reelecto, sus propuestas
apoyadas y votadas ampliamente; pero el imperio de los EEUU
–representado en Venezuela por los grandes capitalistas- bloqueó por
todos lados al gobierno, llegando hasta el golpe de estado de 2002. Se
profundizó la desaparición de artículos en el mercado, se impulsó la
venta de dólares en el mercado negro, se impulsó huelgas petroleras,
con un objetivo desestabilizador. Esa política imperial se ha repetido
contra el gobierno de Nicolás Maduro y no la pararán hasta que la
derecha y el imperio logren derrotarlo.
5. ¿Piensan acaso ilusamente que el problema del gobierno argentino
provocado por los llamados “fondos buitres” y el “asesinato o suicidio
del abogado de oposición” es un asunto interno? Nada de eso porque el
imperio y sus agentes internos hace ya muchos años –desde que en
Argentina en 2004 la alianza Kirchner-Chávez- Lula provocaron el
desplome del ALCA- el imperio profundizó los golpes contra los
Kirchner. No es que los gobernantes hayan buscado construir un gobierno
anticapitalista, pero son tan poderosos los intereses que se mueven en
Argentina que el imperio busca fortalecer a todas aquellas corrientes
que defiendan abiertamente sus intereses.
6. Sin meterme a opinar sobre el derrocamiento de Gadafi en Libia y
de más problemas de cercano y mediano oriente en los que tienen metido
las cuatro patas los gobiernos de EEUU, Israel y Gran Bretaña, no he
dejado de pensar que un gobierno de López Obrador no podrá hacer nada
que toque en México los poderosos intereses de los EEUU y de los
grandes capitalistas. Incluso un gobernante mucho más radical sería
derrocado de la noche a la mañana por los grandes capitalistas dueños
de los medios de información, de las grandes empresas y los bancos. ¿O
acaso alguien cree ilusamente que el famoso “Bronco de Monterrey” va a
levantar aunque sea un dedo contra los intereses de los ricos y del
imperio?
7. Primero hay que enterrar vivo, si es necesario, al imperio de los
EEUU o al Banco de la Reserva Mundial, que es el que mueve o manipula a
todos los millonarios y prepara e instruye a todos los ejércitos del
mundo. El capitalismo mundial vive apuntalado por las empresas
transnacionales ahora totalmente globalizadas por los intereses
imperiales. Parece que todo lo que hemos hecho, sin lograr avances
serios en la lucha de clases, ha sido un simple divertimento para
limpiar y engrasar al sistema explotación capitalista. ¿O, aunque
estemos contra ella, sólo será otra nueva gran guerra provocada por los
mercados entre los países más poderosos la que traiga las revoluciones
profundas que tanto necesitamos los pueblos oprimidos? (24/VI/15)
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