Introducción
El continente latinoamericano fue influenciado por corrientes ideológicas que se desarrollaron en Europa, que van desde el conservadurismo, liberalismo, socialismo, anarquismo, comunismo, trotskismo, socialdemocracia, socialcristianismo, etc.
Algunas de las ideologías en mención
tuvieron incidencia en el sistema político y en el modelo económico de
ciertos Estados de América Latina, y su profundidad fue influenciada por
el progreso alcanzado de las fuerzas sociales o movimientos políticos;
en algunos países los personajes históricos estamparon su sello, por
ejemplo José Martí y Fidel Castro en Cuba, Simón Bolívar en Venezuela,
Francisco Morazán en Centro América, Farabundo Martí en El Salvador,
César Sandino en Nicaragua, Jacobo Árbenz en Guatemala, Víctor Raúl Haya
de la Torre y Carlos Mariátegui en Perú, José Figueres en Costa Rica,
Omar Torrijos en Panamá (González, 2013) .
José Martí y Simón
Bolívar se encuentran entre los personajes históricos que lucharon con
sus ideas que escribieron en sus documentos y en sus discursos, además,
combatieron militarmente contra los conservadores, reaccionarios, el
colonialismo y contra el imperialismo, por lograr un continente unido;
ambos son considerados próceres de América Latina, sus pensamientos y
luchas heroicas fueron prácticamente borrados de los libros de historia
por dictadores, oligarquías y por la influencia de los EE.UU, por
considerar a los dos personajes subversivos, porque crearon la utopía de
construir un continente unido, soberano, democrático y pacífico.
Los ideales martinianos y bolivarianos de mediados y finales de siglo
XIX respectivamente, cobran fuerza y resurgen vigorosos en el siglo XXI,
en el contexto de un capitalismo en crisis y un imperialismo
estadounidense en decadencia y en descrédito, y ahora, al igual que en
el pasado, los enemigos de la corriente democratizadora que recorre el
continente, son los mismos.
Por tal razón, es idóneo realizar
estudios a partir de las ciencias sociales, en particular desde la
sociología y en especial desde las teorías sociales sobre los nuevos
fenómenos que se desarrollan; profundizar en los procesos y en especial
en las dinámicas sociales internos de los hechos que transcurren y que
crean novísimas acciones societales, incluso, han dado génesis al
aparecimiento de nuevos paradigmas.
Algunos países de América Latina comenzaron a edificar procesos
democráticos, otros a reconstruirlos, en los dos casos, los gobiernos
tienden a levantar puentes con la ciudadanía, los incorpora en la
resolución de problemas de diversa índole, la población que
históricamente estaba excluida por las elites de poder político y
económico se comienza a tomar en cuenta, en otras palabras, se transita
de la exclusión a la inclusión con diferentes actores sociales,
velocidades y condiciones.
En la medida que los países de
América Latina establecen sistemas políticos democráticos, así se
distancian de la obediencia de los países de la metrópoli, obstaculizan y
en el mejor de los casos impiden el saqueo y la depredación de los
recursos naturales. Es decir, el interés nacional prima sobre la
voracidad y corrupción extranjera, en un contexto de transparencia.
La vía latinoamericana es una alternativa que surge sin manual y sin
teoría social pre establecida; el instrumental teórico se encuentra en
construcción y es una fuente de formulación teórica sui generis.
¿Qué es lo se construye en América Latina? Se le ha etiquetado de
diferentes formas, simplemente es la vía latinoamericana, no es un
fenómeno terminado, se encuentra en construcción, sobre la base de
hechos necesarios o indispensables y no desde algún enfoque teórico, es
la cúspide de la acumulación histórica y una forma de mecanismo de
protección de los efectos nocivos del capitalismo financiero global. Es
una reacción natural de la supervivencia de las especies, al considerar,
según Anthony Giddens, que “el capitalismo ha fracasado” (+Ssociólogos,
2013, p. 2)
La vía latinoamericana es una alternativa al
capitalismo, es de precisar que este nuevo paradigma se construye sobre
el capitalismo, no es una especie de uróbolo, porque no es un esfuerzo
inútil, sino que constituye una mutación.
Los cambios o
modificaciones realizados al capitalismo en sus estructuras y en los
diferentes ámbitos de la actividad del ser humano lo transforman en algo
nuevo, que es la antítesis, por lo tanto, no se puede considerar un
remozamiento, modernización o “humanización”.
Esta situación no
es socialdemocracia tropicalizada, recordemos que los orígenes de la
socialdemocracia son marxistas, formaron parte de la I Internacional,
luego hubo una división, los partidos políticos que acogieron la vía
revolucionaria se calificaron de comunistas, y la otra, los reformistas,
se denominaban laboristas, socialistas y socialdemócratas, estos
últimos se reunieron en el Congreso de Frankfurt y fundaron la II
Internacional, mejor conocida como Internacional Socialista (IS),
afirmaron: “que el socialismo quiere construir una sociedad "libre y
democrática", pensaron reemplazar al capitalismo
por un sistema donde los intereses públicos tengan preferencia por
sobre los intereses privados, entre otras cosas (Socialist
International, 1951)
La IS desempeñó un rol fundamental en la historia política y en la
reconstrucción europea, después de la Segunda Guerra Mundial, la
influencia socialdemócrata fue tan grande que incluso los partidos de
derecha cuando accedían al poder político mantenían las estructuras de
bienestar económico, político y social; los partidos miembros de la IS
su peso fue tal en el continente europeo, que si no estaban en el
gobierno, permanecían en el cogobierno.
La influencia de la
social democracia europea también tuvo repercusiones en algunos países
de América Latina y de África. La socialdemocracia latinoamericana en
los años setenta y ochenta del siglo pasado tuvo sus referentes, entre
ellos encontramos a Carlos Andrés Pérez y González Barrios en Venezuela,
José Figueres Ferrer y Daniel Oduber en Costa Rica, Guillermo Manuel
Ungo y Héctor Oquelí Colindres en El Salvador, José Peña Gómez en
República Dominicana, Michel Manley en Jamaica, Maurice Bishop en
Granada, Omar Torrijos en Panamá.
La IS nació como una tercera
vía, en oposición al comunismo y al capitalismo; no obstante los logros
alcanzados en política nacional y a nivel internacional, ésta sucumbió
al capitalismo.
La IS y la vía latinoamericana tienen en común
que los cambios del sistema político se hacen desde el capitalismo
(Pedrosa, 2012, p. 20) , de igual forma los principios y propósitos
universales de la democracia; la diferencia estriba en la implementación
de los procesos y el desarrollo de los mecanismos, en contextos
diferentes, otra disimilitud es en relación con la metodología para
lograr los fines.
Anthony Giddens sociólogo inglés publicó la obra, La Tercera Vía. La Renovación de la Socialdemocracia,
en 1998, traducida al castellano al año siguiente (Giddens, 1999) , es
un esfuerzo teórico por oxigenar a los partidos miembros de la IS, si en
el pasado dio resultado ubicarse en el centro de la confrontación
ideológica del bipolarismo de la Guerra Fría, hoy ubicarse en el centro
podría traer buenos resultado. Según Carlos Roberto Reina “Lo que busca
es una ubicación intermedia entre el Estado benefactor y el Estado
regulador”. (Carazo, 2000, p. 13)
Giddens sin el ánimo de ser
reduccionista creó un andamio teórico para que la socialdemocracia
europea recobre los bríos de prosperidad económica y política de antaño,
que se extendieron pos guerra hasta la década de 1980.
El
planteamiento que realiza Giddens es racional y coherente con la
acumulación histórica de la IS, no obstante, las elites financieras y
las transnacionales desde 1951 a la fecha han adquirido un gran poder no
solo al interior de los países donde se encuentran sus casas matrices,
sino en el concierto internacional, con el agravante de existir una
sociedad posindustrial en un contexto de globalización, posmodernista y
neoliberal.
El planteamiento de Giddens es una utopía, los
partidos miembros de la IS de la posición ideológica de centro izquierda
unos han virado al centro derecha, y otros hacia la derecha, es
probable que se encuentren excepciones en los partidos escandinavos, no
obstante, la propuesta de Giddens no puede ubicarse como una tentativa
de evitar la crisis final de capitalismo o en el mejor de los escenarios
crear un neoliberalismo de nuevo tipo.
En la medida en que las
élites de poder capitalistas prosperan, se casi generaliza la
depauperación de la sociedad planetaria, obviamente, ante esta situación
no se excluyen las sociedades europeas, en donde, se ha dado un
desmontaje o sensible reducción de los servicios, previsiones y
prestaciones sociales, y el aparecimiento o desarrollo de los males
sociales, económicos y políticos que le son inherentes al capitalismo.
“Una ley sostiene que dadas ciertas condiciones iniciales un
acontecimiento de un tipo dado (causa) producirá siempre un
acontecimiento de otro tipo (efecto).” (Elster, 2005, p. 242)
La Tercera Vía de Giddens en el escenario que él la presentó, a pesar
que tuvo el apoyo discursivo de dirigentes políticos, fue más por
populismo, que tratar de cumplir con la propuesta teórica; las élites
financieras internacionales y las transnacionales no les convenía que
esa utopía se cumpliera, porque significaba ceder los privilegios y las
impunidades que usufructuaban en los países, por tal razón, es más
fácil, afirmar que la propuesta fue deficiente o un desacierto de
Giddens.
Giddens presentó su propuesta específicamente para la
sociedad europea, y fue una bitácora que indicaba el camino, no una
fórmula química o matemática; en las actuales circunstancias el esfuerzo
para cambiar el rumbo es mucho mayor, dada la complejidad y el poder
desarrollado por las elites del capitalismo global, sin embargo, no
significa que no se pueda cambiar el rumbo de la humanidad, los cambios
de estructuras es difícil lograrlos por adquisición de conciencia del
gran poder y con el beneplácito de éstos.
Asimismo como lo
afirma Jonathan Turner la teoría social, responde al interés del
científico o a su sentido estético, y no a la realidad externa (2006, p.
209) , entonces, cuál es el sentido de tratar de acomodar la teoría de
Giddens a la realidad de cada país. Giddens fue contundente en dejar
claro esta apreciación al afirmar que: “El nuevo Estado democrático es
un ideal, un tanto impreciso además. No pretendo desentrañar ninguno de
los detalles que serían necesarios para darle verdadero cuerpo. Además,
todas las reformas tienen sus propias complicaciones”. (Giddens, 1999,
p. 95)
Hemos observado en América Latina que para los gobiernos
de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador,
Argentina, Chile, entre otros, los cambios o modificaciones al sistema
político y económico no fueron fáciles, no solo se enfrentaron al
conservadurismo interno, sino que también a la oposición de los
organismos financieros internacionales y al imperialismo.
La
vía latinoamericana no es la búsqueda de un igualitarismo fijado a
través de un ordenamiento jurídico, en donde se establezca como norma;
la izquierda antiguamente planteaba la creación de una dictadura del
proletariado, a través de la nacionalización de los medios de
producción, y el Estado mediante el centralismo democrático, conservaría
las relaciones sociales de producción sin distinciones de clases
sociales, y de forma teórica iba a prevaler las relaciones
interpersonales de orden horizontal.
Giddens, sostiene que;
“Habiendo abandonado el colectivismo, la política de la tercera vía
busca una nueva relación entre individuo y comunidad, una redefinición
de derechos y obligaciones”. (Giddens, 1999, p. 81) La afirmación de
Giddens, tiene una connotación diferente en América Latina, para
comenzar un individuo que se ha socializado en un campo y cultura
diferentes, con composiciones étnicas y raciales distintas; lo que él
entiende por comunidad es una sociedad europea, en América Latina es una
colectividad caracterizada en muchos de los casos, por la exclusión e
irrespeto de sus derechos sociales, culturales, políticos, cívicos y
económicos.
No obstante, lo significativo es la facilitación
del instrumental teórico a tomar en cuenta para el análisis de
realidades diferentes, en donde las conceptualizaciones adoptan
significados de acuerdo con los campos disímiles, aquí lo importante es
la dinámica de los procesos.
Si bien es cierto, que son dos
lenguajes distintos por lo que cada concepto tiene implícito de acuerdo
con las circunstancias y los ámbitos, es de remarcar, que la obra de
Giddens tiene principios que independientemente de las diferencias de
cualquier tipo, son universales y válidos en cualquier continente, él
señala cuáles son los valores de la tercera vía, por ejemplo igualdad,
protección de los débiles, libertad con autonomía, ningún derecho sin
responsabilidad, ninguna autoridad sin democracia (Giddens, 1999, p.
82).
La tercera vía de Giddens tuvo influencia inmediata en algunos países
de América Latina, fue una especie de moda política no solo en los
Estados Unidos, Canadá y Europa.
Este esnobismo político fue
más retórico que fáctico, por ejemplo, la Asociación de Bancos de la
República de Argentina, denominó tercera vía al tema central de la
reunión anual en 1999, entre los expositores del evento estuvo el
entonces presidente Carlos Menen, asimismo Eduardo Duhalde y Fernando de
la Rúa ambos futuros mandatarios de ese país.
El ex presidente
Fernando de la Rúa nombró a su propuesta de plan de gobierno el nuevo
camino en alusión a la tercera vía, y se refería en los términos
siguientes: “En definitiva, crecimiento con equidad no olvidarse de la
gente, resolver los problemas de la exclusión, y esto con más eficiencia
en la acción del Estado y con la promoción del crecimiento a través de
la desconfianza y la previsibilidad”. (Prati, 2000, p. 328)
Al
final del gobierno de la Rúa, se enumeran entre otros, el aumento de la
crisis económica, caída del consumo de los argentinos, decrecimiento
económico, fuga de capitales, aumento de desempleo y crecimiento de la
pobreza.
Juan Manuel Santos presidente de Colombia con la
intensión de catapultar su recién inaugurado su segundo período
presidencial (2014 – 2018) y relanzar la propuesta de Anthony Giddens,
la tercera vía, se realizó el encuentro denominado “La tercera vía, el
camino a la prosperidad económica y social”, e invitó a cinco
expresidentes, Tony Blair ex primer Ministro del Reino Unido, Bill
Clinton ex presidente de los Estados Unidos, Ricardo Lagos ex presidente
de Chile, Fernando Henrique Cardoso ex presidente de Brasil y a Felipe
Gonzáles ex presidente del Gobierno español. Ésta actividad fue moderada
por Luis Alberto Moreno presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID).
Esta actividad se ubica en marketing político
con el propósito de fortalecer el segundo gobierno de derecha de Manuel
Santos, y no realmente en aplicar los valores, el programa, los
lineamientos del nuevo Estado democrático, la renovación de la sociedad
civil, la sociedad inclusiva planteados por Giddens en su obra.
El gobierno de Santos no es socialdemócrata ni el sistema político es
realmente democrático y según James A. Robinson: “Su democracia es de
una notable baja calidad, fracturada por el fraude, la violencia, el
clientelismo y la compra de votos, lo cual rompe el nexo de control
entre ciudadanos y representantes”. (Robinson, 2014)
Si los que
abrazaron la tercera vía de Giddens hubieran deseado aplicar el
instrumental teórico era pertinente realizar una interpretación a partir
de la experiencia historio-socio-cultural nacional, y llegar a la
formación y constitución del conocimiento crítico de la realidad del
país que contara con el conceso como dice Habermas “espontáneo y
permanente” (Alexander, 2006, p. 32) y el apoyo de la mayoría de la
población; tomar en cuenta que el conocimiento está en constante cambio y
los símbolos, al igual que los significados se transforman de acuerdo
con la dialéctica social.
No existió el interés de obtener
sistemáticamente el conocimiento de la realidad nacional ni la
aprehensión de la teoría de Giddens, para que hubiera guiado los cambios
y las transformaciones sociales.
Según Habermas, “el
conocimiento no es una simple reproducción conceptual de los datos
objetivos, sino una auténtica formación y constitución de la realidad”.
(Osorio, 2007, p. 108) En los líderes políticos latinoamericanos no se
llegó a la obtención del conocimiento crítico ni a la praxis, porque sus
intereses personales y de élites económicas primaron sobre el interés
del ciudadano.
Si bien es cierto, que la propuesta de Giddens
parte de Europa y hace referencia a casos particulares de algunos países
de ese continente, no por esa circunstancia se debe rechazar,
simplemente es una teoría que contiene valores y principios válidos en
cualquier continente y época, la diferencia estriba en el significado de
los conceptos que le da la contextualización, y los actores sociales.
La teoría de Giddens constituye un insumo más que enriquece la práctica
de la puesta en marcha de la vía latinoamericana. “No hay pequeños
propietarios de las ideas ni de la teoría. El conocimiento se construye
como forma total, en un plano que va más allá de lo individual”.
(Ortega, 2012, p. 121)
En los sistemas políticos autoritarios y dictatoriales el poder se
sitúa en las elites económicas, el ciudadano se convierte en rehén y
objeto de la clase económicamente dominante, la cual corrompe a los
dirigentes políticos y a altos funcionarios públicos, esta situación es
justificada y legitimada a través de leyes; los corruptos se vuelven
constitucionalistas y fiel defensores de la Constitución y de las leyes
secundarias, en “nombre” de la democracia.
En la medida que al
ciudadano se le permita gozar individual y de manera colectiva de sus
derechos políticos, económicos, sociales y culturales, y participe
plena, activa y libremente en las resoluciones de los problemas de su
comunidad y de la sociedad en general, se inicia a un proceso de
reestructuración social. (Giddens, 1993, p. 122)
Desde el punto
de vista económico, el impulso a la producción de la comunidad en las
diversas ramas de la economía que la infraestructura y la capacitación
de las personas lo permitan, es una forma de garantizar la
autosuficiencia, con la presencia y desarrollo de las micro, pequeña y
mediana empresa, esta economía popular complementa la producción
nacional, crea nuevos empleos, genera ingresos para el fisco, disminuye
la pobreza, el desempleo, la emigración y la delincuencia.
En
el desarrollo local auto sostenido se forjan vínculos más estrechos
entre los individuos de la comunidad, debido a la cooperación recíproca
que se da entre ellos, en la formación de los sub grupos, los actores se
mueven por el interés individual y colectivo de la comunidad y lo
hechos sociales van a ser consecuentes y congruentes con sus intereses.
Giddens afirma que, “se requiere un considerable esfuerzo conceptual
para el intento de formular un relato coherente de obrar humano y
estructura (Giddens, 2003, p. 22) , por su parte Bourdieu, “lo centra en
los beneficios que los actores sacan de sus acciones”. (Alonso, 2015,
p. 4) , en lo que él le denominará habitus que consiste en la
articulación de espacio social, campo y capital.
De esta forma
se genera poder local participativo que fortalece la democracia, va de
abajo hacia arriba, se completa con el que llega a la comunidad del
gobierno central. Los actores sociales juegan un papel determinante si
se les da las condiciones para que puedan desenvolverse. Sobre este
punto Giddens sostiene que: “La democratización de la democracia implica
antes que nada descentralización –pero no como proceso unidireccional”.
(1999, p. 88)
Según Parsons, la racionalidad con que actúan
los actores es importante (Heritage, 2006, p. 295) , porque esa acción
se basa en el conocimiento básico de la interpretación de su entorno
inmediato social en el que ellos están inmersos, la conducta de estos
actores es revolucionaria en el sentido de generar cambios en la
organización social. “La realidad social se organiza en estructuras,
pero las estructuras sociales cambian constantemente, en su desarrollo
histórico, transfigurándose en nuevas formas de organización social”.
(Giletta, 2010, p. 74)
Bourdieu, le da importancia a las
estructuras sociales y a los individuos en la reconstrucción de la
realidad, “ya que a partir de la determinación social –por medio de la
estructura objetiva o social- el individuo aprehende la realidad, la
categoriza, la esquematiza, le da sentido y –en la mayoría de los casos-
la exterioriza por medio de las prácticas, reconstruyéndola”. (Álvarez,
2015, p. 4)
Esta reconfiguración de las estructuras,
acompañadas de un interaccionismo social de diferente tipo, produce
nuevas relaciones sociales de producción que se enmarcan en una
refundación del Estado y en una cohesión de la sociedad, que se
manifiesta en la disminución de los conflictos sociales, se parte del
hecho que el origen de los conflictos no se reduce únicamente a la lucha
de clases. “El núcleo elemental en el control social es la idea de
autorregulación del grupo ya sea un grupo primario cara a cara o un
Estado-nación”. (Janowitz, 1995, p. 36)
La propuesta de Anthony Giddens viene a contribuir al debate de la
construcción de las opciones o de la alternativa al capitalismo, este
autor es muy prolífero, entre sus obras encontramos Las nuevas reglas de método sociológico, y del libro La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la estructuración.
Resulta interesante analizar la propuesta de Giddens en su obra La tercera vía. La renovación de la socialdemocracia,
ha sido un libro polémico y controversial que ha despertado y desatado
acalorados debates sobre todo políticos, observamos que la discusión
desde la academia ha sido marginal.
La tercera vía la podemos
analizar como uno de los mejores aportes que van de lo teórico a la
práctica, el problema que se encuentra es que los insumos que contiene
la obra no son llevados a la praxis, es más bien, utilizado con fines de
propagada y de marketing político.
La tercera vía fue una obra
que fue publicada en inglés en 1998, y en castellano al siguiente año, y
hasta la fecha no encontramos un país o ex jefe de gobierno o de Estado
que sea el referente del éxito de la propuesta de Giddens.
Lo
interesante de la tercera vía es que constituye un insumo teórico más
para la comprensión de los actores y estructuras, que podría
complementarse con las nociones de poder de Michel Foucault, del habitus
de Bourdieu, de las reglas y normas de Talcott Parsons, entre otros.
No se trata de realizar un eclecticismo o una lectura mecánica de los
teóricos de las ciencias sociales, sino facilitar la construcción de la
realidad social.
Por otra parte, en América Latina se encuentra
en marcha, sobre todo en Sudamérica un proceso inconcluso que camina a
ritmo y condiciones diferentes, que hemos denominado la vía
latinoamericana, que por cierto, todavía no existe teoría al respecto,
pero se construye en la praxis.
La similitud de la tercera vía
con la vía latinoamericana es el logro de una sociedad democrática.
Mientras la vía latinoamericana nace en la medida que se construye, la
tercera vía primero nace teóricamente y no es ni ha sido construida.
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Este artículo fue publicado en Ssociólogos: http://ssociologos.com/2015/06/07/la-tercera-via-de-anthony-giddens-y-la-via-latinoamericana/
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