Por:
Angel Guerra Cabrera
Está
en marcha en Ecuador desde el 8 de julio otro intento del imperialismo
y la oligarquía por derrocar al presidente Rafael Correa. Aprovechando
la desfavorable coyuntura creada por los bajos precios del petróleo, la
próxima visita del papa Francisco y el sistemático ataque de los medios
corporativos locales e internacionales contra Quito, inician una guerra
de desgaste con vista a las elecciones de 2017 ante el hecho palmario
de la alta popularidad de Correa. Para ello han organizado protestas de
calle entintadas por la violencia y llamados al derrocamiento del
gobierno legítimo.
El pretexto ahora es la iniciativa de Ley de Redistribución de la
Riqueza enviada por el presidente a la Asamblea Nacional, que establece
un impuesto progresivo a partir de 2.5 por ciento a las herencias entre
35 mil cuatrocientos y 70 mil 800 dólares y afectaría a un 2 por ciento
de la población.
Ante la escalada desestabilizadora, Correa decidió retirar
temporalmente la iniciativa de ley y llamó a abrir un debate nacional
en todos los sectores sobre el nuevo ordenamiento legal y a crear un
clima pacífico para el recibimiento del papa. Argumentó que si en el
debate se demostrara, como afirma la derecha, que los pobres van a ser
afectados por la medida, él la retiraría definitivamente. Mientras
tanto, el partido de gobierno Alianza País ha continuado la explicación
de la ley a la población y Correa emplazó a la oposición a recoger las
firmas necesarias para convocar un referendo revocatorio del mandato
presidencial, donde, aseguró, sería derrotada otra vez. Conviene
recordar que el referendo revocatorio es hijo de la nueva Constitución
alentada por Correa.
El plan desestabilizador, amplificado por la maquinaria mediática
hegemónica dentro y fuera de Ecuador, sigue el guión del ciclo de
intentos golpistas contra los gobiernos posneoliberales de la región.
Estos, por su secuencia, cuantiosos recursos financieros empleados,
relativa coordinación del imperialismo y las derechas en su ejecución y
descomunal apoyo mediático de los diarios de la Sociedad Interamericana
de Prensa y sus homólogos madrileños, al igual que las televisoras CNN
en español y NT24, forman parte de una contraofensiva
oligárquica-imperialista para destruir los logros de esos gobiernos.
Su inicio lo marca precisamente la sangrienta violación
yanqui-uribista de la soberanía territorial ecuatoriana(marzo de 2008),
el restablecimiento por Washington de la IV Flota anunciado un mes más
tarde, el frustrado golpe separatista contra Evo Morales en septiembre
de ese mismo año, el golpe blando que derrocó a Mel
Zelaya(2009) y un año después el plan golpista oligárquico e intento de
magnicidio contra el propio Correa. Seguidos del golpe parlamentario
contra el presidente Fernando Lugo en Paraguay(2012) y el secuestro del
avión de Evo en territorio europeo otaniano al año siguiente.
Los hechos de los últimos días en las calles de Ecuador recuerdan
las tácticas que han seguido el imperialismo y la apátrida oposición
venezolana para derrocar al presidente Nicolás Maduro desde febrero de
2014. Estas tácticas se nutren del arsenal de las llamadas revoluciones
de colores, adaptadas a la realidad de gobiernos mucho más sólidos y
con mucho mayor apoyo popular que los de la periferia de la antigua
URSS y están financiadas por la National Endowment for Democracy y
otras fundaciones pantallas de la CIA o sus similares europeas.
Ecuador, según datos de CEPAL, ha disminuido sucesivamente desde
2008 la pobreza, la desigualdad y el desempleo y elevado el Índice de
Desarrollo Humano, así como implementado un importante sistema de
protección integral para las personas con capacidades especiales y en
el 2012 había incrementado 26 por ciento la tasa de alumnos
incorporados a la educación superior. Sus logros en educación y salud
han sido reconocidos por la UNESCO y UNICEF. Durante esos años ha
construido una excelente red de carreteras que por primera vez unifican
al país y edificado 10 grandes presas que contribuyen a la generación
de energía limpia.
Todo ello, su celosa defensa de la soberanía nacional y su exitoso
desempeño como presidente pro témpore de CELAC ha elevado
extraordinariamente el prestigio de Correa. Allí está la explicación de
la furiosa reacción oligárquica.
P.D. Hoy inicia en México casi clandestinamente un foro de estímulo
a la contrarrevolución mercenaria en Cuba organizado por la Fundación
Konrad Adenauer y la Organización Demócrata Cristiana de América (http://www.odca.org.mx/calendario-de-eventos2.php?id=61).
(Tomado de La Jornada)
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