Ángel Guerra Cabrera
La
crisis cultural globales el núcleo de una reflexión del intelectual cubano Abel Prieto sobre la profunda crisis de valores en que el capitalismo ha hundido a la humanidad. Pronunciada ante la Conferencia Internacional
Nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital 2015, La Habana, es la más enjundiosa contribución que he leído al debate de los problemas de la cultura contemporánea y su relación con las TIC.
Prieto, cuentista y novelista, hombre de pensamiento muy ligado a
los empeños de Fidel Castro en la batalla de ideas y en la integración
latino-caribeña, es actualmente asesor del presidente Raúl Castro
después de haber ocupado dos décadas la cartera de cultura.
Para Prieto, las TIC pueden operar sobre el receptor
integrado, desarmado, como instrumentos de dominación de la cultura hegemónica; pero también, de emancipación social, cultural y política mediante su apropiación por las vanguardias y fuerzas progresistas de modo consciente y de forma creativa, crítica y democrática. La contundencia del texto es también una evidencia palmaria del vigor y originalidad que conserva el pensamiento revolucionario cubano.
Vivimos –afirma– en medio de la más grave y devastadora crisis
cultural de que se tenga memoria. “Los paradigmas de la tradición
cultural humanista están en franco retroceso frente … a una industria
del entretenimiento que no reconoce jerarquías, que ha reducido el arte
a la condición de la mercancía más vulgar, que expulsó… a los llamados
clásicos, que lo mezcla todo, sin orden ni concierto, aquello que puede
ser artísticamente valioso con la cultura-chatarra, con fetiches
vacíos, con símbolos de la mayor estupidez y frivolidad, y que va más
allá en su afán caótico y mezcla realidad y ficción, historia y
leyenda, y crea vertiginosamente nuevos mitos y recicla otros, en el
torbellino de un espectáculo permanente concebido sólo para vender y
divertir”.
Al relacionar la crisis cultural global y las nuevas tecnologías,
sentencia: es evidente que el mundo virtual de las TIC refleja los
principales problemas y contradicciones del mundo real del presente: la
concentración de poder en manos de trasnacionales; la desigualdad
creciente, abismal, entre pobres y ricos, entre el norte y el sur; la
privatización del conocimiento y la cultura; la visión imperial y
belicista que concibe la web como un espacio militarizado; la
injerencia, la violación de la soberanía de las naciones y de la
privacidad…; la reducción del ciudadano al estatus de consumidor
potencial y el manejo inescrupuloso de sus inclinaciones más íntimas
para crearle falsas necesidades.
Prieto
dedica un par de acápites a las TIC y el papel de las vanguardias en su
uso como instrumento de emancipación y las TIC y su influencia en la
política. Aquí comenta: cuando escuchaba al periodista mexicano Pedro
Miguel, de La Jornada, diciéndonos en el panel del viernes que
el escenario bélico, de confrontaciónde Internet y de las TIC
es menos desventajoso para las mayorías(
los pueblos, dijo él,
tienen más chancesde hacer oír sus voces en este nuevo espacio), recordé la gestación, precisamente en México y por Pablo González Casanova y otros intelectuales vinculados casi todos a La Jornada, de una red de escritores, artistas, comunicadores, activistas y luchadores sociales para movilizar la opinión pública frente a la ofensiva armada imperial encabezada por Bush en el año 2003. Era un momento extremadamente peligroso… En Miami la ultraderecha de origen cubano organizaba marchas con la consigna
Irak ahora, Cuba después… Nunca olvidaré cuando Fidel invitó al núcleo que estaba gestando la red, y nos reunimos aquí en La Habana con varios intelectuales cubanos para hablar del proyecto.
Prieto contextualiza las TIC en la disputa actual por las
conciencias que llevan a cabo Estados Unidos y su industria de
entretenimiento. Denuncia la pretensión de formar una criatura rendida
ante la tecnología y los fetiches… sin raíces, sin memoria … egoísta
hasta el delirio, incapaz de luchar por su emancipación y recuerda los
planes de Washington para subvertir el orden interno en Cuba a través
del uso de las TIC.
Según él no se trata de darle una utilización pragmática,
instrumental, a las plataformas digitales, sino pensar la tecnología
como un proceso integrado a la economía, la política y la cultura, que
sea parte esencial del desarrollo de la sociedad y del crecimiento de
los seres humanos.
PD: El enriquecido Felipe González, viejo servidor del imperialismo yanqui, mete las narices en Venezuela…
Twitter: @aguerraguerra
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