Adital
Nosotros,
los latino-americanos, tenemos una identidad múltiple y diversas, cuando nos
referimos a las distintas razas y colectividades étnico-culturales de los
países del Continente. A la vez, reforzamos la idea de que "nadie es gringo al
sur del Río Grande”, de México a la Patagonia, somos todas y todos hermanos. A
la vez, por el hecho de que nuestros territorios, aún viven la pesadilla de la
injusticia social basada en la orden post-colonial, además tenemos al "gran
hermano del norte”, como nuestro tormento permanente. Esto puede llevarnos a
tener una visión equivocada, del ambiente doméstico dentro de los estados que
forman EEUU.
Buena
parte de la población que allá vive, tiene origen en América Latina y hoy
ocupan el nivel más bajo de la pirámide social. Un bueno termómetro de esta
realidad, es verificar el número de latino-americanos (naturales, hijos, nietos
o residentes históricos) que sirven en las fuerzas armadas del Imperio. Otro
índice es el número cada vez más creciente, de luchadores profesionales, sea en
la tradicional modalidad del boxeo o en los eventos de MMA. En estas dos
modalidades, la presencia de la agrupación llamada de hispánica está cada vez
más presente. Sobran señales bastante significativas, de que tenemos un país
dentro de Estados Unidos; luego, es como mínimo un deber nuestro buscar
estrechar estos lazos con los millones de hermanos y hermanas dentro del
corazón del Imperio.
Existe
una enorme colectividad en franca expansión dentro del territorio de la
superpotencia. Los EUA son – segundo datos de su gobierno central - un país con
múltiples etnias y aún bajo la segregación multirracial. El Departamento de
Presupuesto y Gestión estadounidense reconoce la existencia de cinco
macro-grupos raciales (cabe la crítica a este concepto), siendo estos:
"blancos” (caucasianos o no), negros o afro-americanos, nativo-americanos o
nativos del Alaska, asiáticos, nativos del Hawái y nativos de otras islas del
Pacífico e hispánicos o latino-americanos. De estas estratificaciones, el
contingente de "blancos”, incluyendo el conjunto de las etnias y grupos
culturales más conocidos, sobrepasa el 50% de los residentes de los EUA. Los
demás 50% son compuestos por una variedad étnico-racial, siendo que la mayor
parte de estos se origina de pueblos dominados por la superpotencia.
El
censo de 2013 de los EU, certifico un total de 54 millones de personas de
origen "hispánico” viviendo dentro de su territorio. De este total, los
sub-grupos - como así se referencia el gobierno central para los distinguidos
orígenes étnicos y nacionales de matrices latino-americanas – más
representativos son mexicanos (64%), puertorriqueños (9,4%), salvadoreños
(3,8%), cubanos (3,7%), dominicanos (3,1%), guatemaltecos (2,3%) y el restante
13,7% pertenecen a los demás subgrupos originarios de América Latina. Este
mismo año, las matrículas de latino-americanos en las escuelas básicas y
secundarias eran del 23,3% siendo que la proporción en el nivel superior es de
sólo 6,8%.
El
estado más populoso de entre los latinoamericanos es California, con más de
14,7 millones de personas de este origen. Ya lo de mayor porcentual de
"hispánicos” es el Nuevo México, con más del 47,3%. En ambos estados la
absoluta mayoría de latino-americanos es compuesta por mexicanos nacidos dentro
de las actual fronteras de México y también de *chicanos, la población
originaria antes de la derrota en la Guerra de 1846 y 1848, conflicto este que
implicó en la pérdida del 55% de la antigua colonia española para el "hermano
del norte”.
Observando
estos datos con atención, verificamos un patrón de pueblos conquistados o fruto
de la violenta política externa de Estados Unidos. Tal es el caso de México, ya
citado anteriormente. El mismo se da con Puerto Rico y su condición de Estado
Libre asociado también, ya que fue invadido en la guerra contra España en 1898,
pese a que sus habitantes ganaron un estatus equivalente al de ciudadanía
estadounidense en 1917. La relación entre Cuba y EUA es objeto de amplio
estudio y acompañamiento, la cual ha sido debatida por este analista, en otras
ocasiones. Resalto sólo que la isla fue fruto de tentativa de invasión en abril
de 1961, en el episodio conocido como Bahía de los Cochinos o Batalla Girón. La
República Dominicana también fue invadida militarmente por los EUA, en abril de
1965, ocupación que duró hasta septiembre de 1966.
Guatemala
ha sido víctima, de una serie de golpes de Estado entre mayo y junio de 1954.
También recordamos los efectos de la operación de "tierra arrasada”, promovida
por el Mando Sur y las fuerzas especiales de la superpotencia, en el combate de
la guerrilla salvadoreña los años ’80. En el caso, el intento de Washington,
era frenar la aplicación de la Teoría del Dominó, cercando estratégicamente a
Nicaragua sandinista, siendo este país de Augusto Cesar Sandino, también
víctima de otra invasión, está fue al inicio del siglo XX. Si fuéramos analizar
la presencia de colonia latino-americanas crecientes dentro del territorio de
Estados Unidos, como los panameños y hondureños, todos estos países tuvieron un
triste pasaje de presencia militar, ocupación directa o apoyo a golpes de
Estado o para-militarismo.
Dentro
de esta lista incluimos a Brasil, blanco de la Operación Brother Sam, cuyo
resultado fue el apoyo incondicional al golpe militar de 1964. De acuerdo y
según datos estimativos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística,
alrededor a 23% del total de los brasileños, hoy residiendo en el exterior, en
su mayoría está en los EUA; conviviendo con colectividades Hermanas
latinoamericanas, aunque con una integración reducida con las vecinas
comunidades. Ojala podamos tener un acercamiento, de con los 54 millones de
nosotras y nosotros mismos, sobreviviendo dentro del Estado gringo, que oprime
a todo nuestro continente.
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/ blimarocha@gmail.con
Fuente: Barómetro Internacional
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