Los
regímenes de turno norteamericanos no han dejado de utilizar a jóvenes
latinoamericanos como carne de cañón en sus guerras sucias, agresiones
terroristas y acciones encubiertas contra países de la Patria Grande y
del mundo, lo que muestra su desprecio por las nuevas generaciones de
esta región.
A Washington no le bastó reclutar a mancebos en
América Latina, a través del “palanganero” exgobernante español José
María Aznar, para mandarlos al suicidio en sus agresiones castrenses
contra Irak y Afganistán, ni tampoco para poner bombas en Cuba, como lo
hizo con salvadoreños, y fomentar la violencia en Venezuela y en otras
naciones.
Precisamente, una información reciente de uno de los
principales medios de prensa estadounidense, la Associated Press (AP),
reveló que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID
por sus siglas en inglés), un afamado tentáculo de la CIA, utilizó a
jóvenes peruanos, costarricenses y venezolanos en planes subversivos
contra Cuba.
La USAID envió a esos latinoamericanos a la mayor
de las Antillas como parte de un programa “Top Secret” que tenía como
propósitos manipular a sus similares caribeños, identificar aparentes
líderes y construir una nueva supuesta oposición dirigida a conseguir
destruir la Revolución cubana.
El plan de la USAID, que opera
con toda libertad en varios Estados de la Patria Grande, entre ellos
Perú, Colombia y Costa Rica, y no por gusto fue expulsada de Ecuador y
Bolivia, empleó métodos propios de los servicios especiales del
Pentágono, incluidas medidas de seguridad, para evitar que los
ejecutores fueran detectados.
El modus operandi del
reclutamiento de los flamantes “espías” por esa agencia subversiva de
Washington fue similar al que se usó con mercenarios de origen
salvadoreño, quienes protagonizaron en 1997 atentados terroristas en
hoteles e instalaciones de esparcimiento en Cuba, que costaron la vida
a un turista italiano, e importantes daños materiales.
Similar
procedimiento manejó Estados Unidos con jóvenes de la Patria Grande,
especialmente centroamericanos, para que actuaran como criminales de
guerra en sus agresiones contra Irak y Afganistán, encomienda que le
dio su “amiguete” George W. Bush al entonces presidente español Aznar.
Las revelaciones la pasada semana de la AP demuestran que la USAID y la
“contratista Creative Associate” reinciden en sus proyectos
conspirativos contra Cuba, como el denominado ZunZuneo, igualmente
develado este año, y condenado internacionalmente.
A su vez
remarca que el “contratista” norteamericano Alan Gross, apresado en la
isla caribeña en 2009 por introducir dispositivos sofisticados de
comunicación y hacer labores de espionaje, formó parte de otra de las
tantas operaciones sediciosas encubiertas contra la Revolución cubana.
“Casualmente” los mancebos de Perú, Costa Rica y Venezuela fueron
enviados a la mayor de las Antillas el mismo año de la detención de
Gross en La Habana, lo que certifica que la USAID para nada promueve el
desarrollo de Latinoamérica, como creen algunos ingenuos, sino todo lo
contrario, su desestabilización, además de pretender perjudicar las
relaciones y la integración entre los países de la región.
Esa
entidad de los servicios de inteligencia del Pentágono es como un
cáncer que trabaja silenciosamente en las sociedades, y cuando se
descubre hay que eliminarlo de raíz, antes de que haga metástasis, como
actuaron los gobiernos de Rafael Correa, en Ecuador, y de Evo Morales,
en Bolivia, al desterrarla definitivamente de sus respectivos
territorios nacionales.
El empleo de latinoamericanos en
beneficio de los intereses malévolos de la Casa Blanca, no es nada
novedoso, y dice mucho de cuanto Estados Unidos desprecia a los jóvenes
de la Patria Grande.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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