El Papa está reunido en Roma
en el Sínodo para la Amazonia, que se lleva a cabo del 6 al 27 de este
mes. Han sido convocados cerca de 180 obispos de los nueve países de la
región de la Amazonia. Se reúnen, además, especialistas, teólogos,
laicos y agencias católicas de desarrollo. Se tratarán los problemas
ambientales, culturales y religiosos que afectan a esta extensa área
territorial de 8.1 millones de kilómetros cuadrados. La Amazonia es el
corazón de Sudamérica. La habitan cerca de 37 millones de personas, de
las cuales casi 3 millones son indígenas. De este vasto territorio, en
números redondos, 67 por ciento pertenece a Brasil, 13 por ciento a
Perú, 11 por ciento a Bolivia, 6 por ciento a Colombia, 2 por ciento a
Ecuador y 1.1 por ciento a Venezuela, Surinam, Guyana y Guayana
Francesa. Existen cerca de 250 lenguas presentes en los pueblos
originarios. El sínodo, además del cuidado integral de la casa común,
busca el respecto de las culturas y religiones originarias. Ante la
escasez de presencia religiosa, la Iglesia se replantea temas polémicos:
el celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres diaconisas.
El anuncio del sínodo tuvo lugar el 15 de octubre de 2017, en Roma.
Sin embargo, el referente más importante es el propio Papa, quien eligió
el nombre de Francisco en reconocimiento a San Francisco de Asís, el
primer gran ecologista en la Edad Media. Tampoco es casualidad que la
principal encíclica del actual pontificado sea Laudato si, la primera en la historia de la Iglesia católica dedicada exclusivamente al ambiente.
Un sínodo es una asamblea de obispos que convoca el Papa para
deliberar temas vitales, de urgente necesidad o problemas que requieren
de la orientación pastoral y doctrinal de la Iglesia al más alto nivel.
Otro gran referente, es la reflexión teológica principalmente del
brasileño Leonardo Boff, quien ha desarrollado una reflexión filosófica,
política y teológica de la Tierra; reconoce la grandeza y la divinidad
de Dios manifestada en cada elemento de la naturaleza. Su teología
ecológica es extensión de la teología de la liberación latinoamericana.
El Sínodo para la Amazonia 2019 se dividirá en tres pasos. Primero,
cada obispo presenta la situación de su iglesia particular y
especialistas tocarán diversos tópicos. El cardenal brasileño Claudio
Hummes, relator general de la reunión, planteará temas y preguntas
claves que serán desarrolladas por los grupos de trabajo. Las
reflexiones, planteamientos y propuestas derivadas de los grupos se
discuten y votan en sesión plenaria. Los aprobados servirán de base para
un texto final, que preparará un equipo de relatores encabezados por el
mismo Hummes y será entregado al Papa. El papa Francisco, quien
recogerá las propuestas y reflexiones, podría emitir un futuro documento
doctrinal.
Ante la escasez de presencia religiosa, la Iglesia se plantea uno de
los temas más polémicos: el celibato sacerdotal y la ordenación de
mujeres diaconisas. El documento de trabajo fue duramente criticado por
los grupos conservadores, especialmente europeos. En particular cuando
plantea que los viri probati (
hombres probados, en latín) y a los que, de modo extraordinario, se les admita la ordenación sacerdotal. Así lo dice:
Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana. En efecto, los debates más álgidos en el sínodo, además de lo relativo al cuidado de la casa común, son los
ministerios ordenados. En este sentido, los padres sinodales se abren a pensar también en la posibilidad de una ordenación diaconal para mujeres. El ala conservadora del Vaticano rechaza la posibilidad de que los hombres casados sean recibidos por la Iglesia; dicen que la medida sería un ataque a la tradición de la institución. También critica al pontífice por su apreciación de las causas ambientales y su alianza con los científicos, acusándolo de crear una atmósfera politizada que eclipsa la predicación de la fe cristiana.
El sínodo introduce de lleno a la Iglesia en los temas ambientales
del planeta que van más allá del cuidado de la defensa de la naturaleza y
pugna por un cambio civilizatorio de la cultura contemporánea. ¿Por qué
la Amazonia moviliza al mundo católico? Es una oportunidad de abrazar
una causa estratégica en el futuro de la humanidad. El Amazonas, más que
área amenazada por la voracidad de empresas extractivas y de
gigantescos incendios, es un símbolo movilizador. Las imágenes de la
naturaleza salvaje con su inmensurable belleza son nuestro origen. Como
uno de los últimos páramos de la Tierra, ahora amenazados su flora y su
fauna por el cambio climático y la noción de explotación atroz de
intereses comerciales.
En efecto, la entrada estelar de la Iglesia en el cuidado de la
naturaleza es una novedad insospechada hace algunos años. Así como la
apertura a la ordenación de casados nos coloca en la ruta de la revisión
del celibato sacerdotal. Y la posible ordenación de diaconisas acoge un
persistente reclamo de las mujeres que demandan se les reconozca su
aporte. ¿Habrá cambios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario