Nicaragua
Correspondencia de Prensa
“Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error”.
Napoleón Bonaparte
1.
Los poderes fácticos del capital pueden, según las circunstancias,
gobernar valiéndose de diferentes sistemas y métodos políticos. Así, el
gran capital, en su trayectoria histórica, gobernó a través de los
gobiernos conservadores, durante la dictadura somocista, en los años
ochenta, en los gobiernos neoliberales y también durante la dictadura
Ortega-Murillo. Todas estas formas de gobierno conservaron el carácter
de capitalismo dependiente, permitieron la concentración de las riquezas
en pocas manos, beneficiaron de los “de arriba” y empobrecieron a los
“de abajo”.
2. En la variopinta oposición de la Alianza Cívica
conviven grupos populares y representantes del gran capital, con
visiones diferenciadas, pero, en general, dispuestos a seguir el guión
de las elecciones adelantadas. Otro punto resaltante es el de los egos
de los autoproclamados líderes, con aspiraciones personales y delirios
de llegar al poder.
3. El problema de los egos ha sido un factor
fundamental que explica por qué ha sido tan difícil lograr el objetivo
de arrinconar y derrotar al régimen Ortega-Murillo. Algunos elementos
más débiles de la Alianza Cívica, ligados al capital, no han soportado
la presión; agotados, exhaustos, han firmado declaraciones y acuerdos
sin medir las consecuencias futuras.
4. La esencia de la
política del gran capital es su constante oscilación entre las demandas
de los sectores populares (estudiantes, mujeres, campesinos, etcétera) y
el deseo de llegar a un pacto con el régimen Ortega-Murillo. Los
representantes del capital siempre se están desplazando pendularmente de
una posición a otra con el objetivo de tener los menores costos
posibles.
5. En este combate de influencias al interior de la
Alianza Cívica, predomina el gran capital, y tienen menos peso los
sectores populares que buscan no solamente la caída de la dictadura,
sino una transformación social en beneficio de los “de abajo”.
6. Estamos en un período de transición, entre dos marejadas sociales,
desde la primera ola de abril a agosto 2018 y frente a la segunda ola
que se está formando en el horizonte.
7. Frente a la segunda
ola, ¿cuál es el objetivo a largo plazo del capital? Este prevé la caída
del régimen ante una posible nueva ola social; frente a esa posibilidad
busca como paralizar, desviar y neutralizar al movimiento social para
que el triunfo de la insurrección ciudadana aparezca como una victoria
de la Alianza Cívica.
8. La Alianza Cívica luce atada, con nudos
poco visibles, a un guión que hasta ahora solo ha favorecido a los
planes de Ortega-Murillo, y parecen no darse cuenta de que la raíz de su
debilidad reside en ellos mismos, en sus vacilaciones.
9.
Tampoco es justo concluir que la Alianza Cívica le está haciendo el
“juego” al gobierno; pero, el que sigue ganando tiempo es el régimen
dando poco, poquísimo, a cambio de muy poco por la estrategia
implementada.
10. El pacto, una maniobra de trastienda, es
posible entre el capital y el régimen dado que el país se encuentra sin
movilizaciones en las calles, sin resistencia social en los barrios, sin
presión efectiva de los ciudadanos auto-convocados y sin un líder
nacional proveniente de las filas de los sectores populares.
11.
Por ahora, el balance de la lucha contra la dictadura es
contradictorio. El pico de la movilización alcanzado entre abril y junio
2018, no ha tenido continuidad. Sin embargo, la economía se reducirá en
un 10 por ciento en 2019 en relación a 2018; con condiciones que
empeorarán como resultado de la prolongada crisis sociopolítica. Día a
día, se aumenta el riesgo de una depresión económica por la
intransigencia del gobierno Ortega-Murillo.
12. La coyuntura
política en curso está signada por la expectativa del fin de la
dictadura con elecciones adelantadas. Los sectores predominantes en la
Alianza Cívica promueven la idea de que se puede lograr en las urnas, lo
que no se ha obtenido en las calles: el fin del régimen.
13.
Miembros de la Alianza Cívica piensan que la campaña electoral podría
alimentar una nueva oleada de movilizaciones sociales, siempre y cuando
se establezca una candidatura unificada de la oposición y la campaña
electoral sea transparente y con garantías de libre movilización.
14. En un proceso electoral, el régimen utilizará todos los recursos
del Estado para intentar la reelección del partido de gobierno, tratarán
de afianzar las grietas de la oposición con una campaña sucia y con
maniobras de los servicios de inteligencia e impondrán a los
paramilitares como fiscales en las mesas de votación.
15. Si el
poder autoritario enfrenta dificultades crecientes, si la crisis del
régimen se agrava, si las instituciones de la dictadura demuestran ser
incapaces de soportar la presión de las contradicciones internas o
externas o, si como sucede con mayor frecuencia, se da la combinación de
ambas; entonces, en esas condiciones, no podemos desechar de antemano
un golpe militar para evitar el triunfo del movimiento social. Bueno o
malo, es una posibilidad.
16. La espiral de violencia estatal no
llega a su fin. En lugar de tomar todas las medidas a su alcance para
garantizar que la violencia cese, el régimen siguen instaurando un
ambiente de terror, donde cualquier intento por ejercer la libertad de
expresión y el derecho a reunión pacífica es castigado con represión.
17. El gobierno Ortega-Murillo ha respondido con un excesivo despliegue
policial que sólo busca amedrentar, infundir terror e imposibilitar el
ejercicio de los derechos constitucionales de los ciudadanos. El torpe
provincialismo del régimen demuestra que su pensamiento político está
completamente desgastado.
18. El sistema político actual ha
llegado a una descompensación sin retorno por el patente debilitamiento
del poder dictatorial. El pueblo nicaragüense soporta la represión
pacientemente, pero no pasivamente.
19. El tiempo para detener
el descarrilamiento del país es breve y los poderes fácticos
tradicionales están en otra cosa, están en pugna por hacer prevalecer
sus vacuos intereses.
20. Las sanciones internacionales son como
las banderillas que le ponen al toro para desangrarlo, pero las
banderillas no lo matan, solo lo debilitan. El régimen se vuelve más
sensible por la presión externa, pero solamente la acción interna le
podrá dar el jaque mate político.
21. El grado de desintegración
de la base social del régimen, su desmoralización política, la
ineptitud de sus dirigentes, sus errores frecuentes, etcétera, son
elementos favorables al movimiento social que se deben de tener en
cuenta, para la elaboración de la estrategia general. Hay que tener
presente que Ortega-Murillo no poseen el poder económico y político para
resistir la presión de la crisis económica.
22. Es el momento
de evaluar la situación, comprender las razones del estancamiento
social, ser prudente en las decisiones futuras, reconocer la necesidad
de una segunda ola social, y conocer los puntos débiles de la dictadura,
para avanzar en el camino que nos permita sobrepasar las dificultades.
23. No se puede jugar a la gallina ciega frente a los grandes problemas
del país, tampoco callarse, esperar o consolarse con la idea de la
lucha es problema entre los poderes fácticos tradicionales. Ni el
partido oficial en su conjunto, ni su aparato, son inmutables e
inmodificables. La clase política tradicional del país ha caducado y
minado su estructura básica, que necesita una renovación.
24.
Los sectores progresistas deben dar un paso decisivo para superar las
cloacas en que han sido convertido al Estado-Nación por los dictadores
de turno. Necesitamos ser más sagaces y juiciosos que nunca. Saber que
el destino de la dictadura se resolverá en indisoluble conexión entre
las acciones externas con el proceso interno.
25. Es imposible
prever todas las variantes del proceso. Pero en situaciones tan
complejas y que exigen tanta responsabilidad, hay que guiarse por una
norma expresada por los franceses en el proverbio: ¡Hacer lo que se
debe, venga lo que venga!
26. Para triunfar no sólo son
necesarias determinadas condiciones objetivas, tanto internas como
externas, sino algunos factores subjetivos: la organización, la
dirección política y la estrategia. Es decir, todo depende del grado de
organización, de la relación entre las fuerzas antagónicas y del nivel
alcanzado en el proceso contradictorio.
27. El abecé del momento
político nos indica que tenemos que implementar la conformación de un
gobierno provisional, con el objetivo de darle una dirección política al
movimiento social insurgente, para poder establecer una mejor
coordinación entre las acciones internas y externas, y concentrar en sus
manos todo el control de la lucha contra la dictadura.
28. Debemos
tener presentes las fuerzas económicas, sociales y políticas
fundamentales, para trazar la curva del desarrollo de la lucha. La gran
tarea del gobierno provisional es crearse puntos de apoyo morales,
materiales y políticos favorables, tanto internos como externos, en
vista de la lucha que se avecina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario