▲ Partidarios del candidato presidencial del PT, Fernando Haddad, en un mitin de campaña en el centro de Sao Paulo.
Río De Janeiro. El ultraderechista Jair Bolsonaro,
favorito en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del
domingo en Brasil, logró un protagonismo inusual con una entrevista
televisiva difundida la noche del jueves mientras sus adversarios
realizaban el último debate antes de los comicios, en el que no
participó, pues se recupera de una cuchillada en el abdomen que le
propinó un detractor durante un mitin político.
El candidato del pequeño Partido Social Liberal (PSL) publicó una
foto en redes sociales en la que se se le ve mirando un programa
humorístico a la hora del debate.
En un insólito final de campaña, Bolsonaro cargó en la entrevista
hecha en su casa y concedida a la cadena Record contra el Partido de los
Trabajadores (PT, izquierda) del encarcelado ex presidente Luiz Inácio
Lula da Silva y de su principal rival, Fernando Haddad, candidato
designado por Lula para sustituirlo.
La corrupción está incrustada en el PT. El PT no funcionó. Es un partido que traicionó a los trabajadores. Tiene un proyecto de poder, espetó Bolsonaro, mientras los demás candidatos discutían sobre cómo rescatar a Brasil de sus diversos problemas.
El diputado y ex capitán del ejército, quien admira abiertamente a la
dictadura brasileña (1964-1985), atacó al PT por su cercanía con la
Venezuela de Nicolás Maduro, en la entrevista concedida en su casa en
Río.
Hasta hoy, el PT defiende al régimen de Maduro, como defendía al de (el fallecido Hugo) Chávez. Debemos aislar a Venezuela. No podemos admitir esa ideología en Brasil. Será el final de nuestra patria si el PT consigue llegar al poder, agregó, y trató a Haddad de
fantoche de un presidiario.
El hecho de que el ultraderechista no asistiera al debate, pero diera
una entrevista que se transmitió simultáneamente al acto con los
candidatos lo convirtió en blanco de críticas de sus oponentes.
Ciro Gomes (PDT, centroizquierda) lo consideró
una falta de cultura democrática y una demostración de que Bolsonaro es un fascista, mientras Marina Silva (ecologista), la ex ministra de Medio Ambiente, dijo que
flaqueó una vez más.
Henrique Meirelles, ex ministro de Hacienda, lo acusó de estar
huyendo del debate y del compromiso con la población.
Hospitalizado durante gran parte de la campaña, Bolsonaro ha apostado
a las redes sociales para llegar a sus electores, y su prédica
antisistema y de enaltecimiento de la dictadura ha cuajado en más de un
tercio del electorado.
Con pocas actuaciones de destaque durante sus siete periodos en el
Congreso, Bolsonaro, de 63 años, lidera las encuestas, con 35 por ciento
de la intención del voto, frente a 22 por ciento de Haddad, de 55 años,
según el sondeo Datafolha difundido poco antes del debate. Si esas
proyecciones se confirman, los dos dirigentes definirán el pleito en
segunda vuelta. Pero Bolsonaro y Haddad enfrentan un alto índice de
rechazo (45 y 40 por ciento, respectivamente), que puede dificultarles
la segunda vuelta en una elección muy polarizada y con resultado aún
incierto.
El PT, golpeado por varios escándalos de corrupción en sus 13 años en
el poder (2003-2016), promete dar marcha atrás en las medidas de
austeridad aprobadas por el presidente Michel Temer y es partidario de
la protección de los activos nacionales, como las empresas públicas.
Foto Afp, Afp
Periódico La Jornada
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