Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

lunes, 29 de octubre de 2018

La crisis politica en el Perú


Pasada las elecciones municipales y regionales con un 21% de ausentismo, y 13% de votos nulos y en blanco, el pueblo peruano (66% de los votantes hábiles) otorgó legitimidad a las nuevas autoridades elegidas, provenientes de decadentes partidos, nuevos en su mayoría, quienes asumirán sus cargos a partir del 1 de enero de 2019 cerrándose así, el círculo vicioso de cambio periódico de verdugos del pueblo.
Lo que les espera a las nuevas autoridades que asuman sus cargos –hay autoridades electas con denuncia judicial u orden de captura- es que recibirán de sus antecesores, gobiernos locales y regionales, técnicamente quebrados, con deudas impagables a la ONP, AFP, SUNAT, ESSALUD, proveedores, y hasta a los propios trabajadores y como si esto fuera poco, deberán gestionar, con los escasos recursos económicos disponibles y el presupuesto del 2019, elaborado por sus antecesores; sólo podrán gestionar realmente, a partir del 2020 en condiciones de incertidumbre económica, sin poder planificar el desarrollo local e integral ya que no existe un plan de desarrollo nacional.
Esta precariedad del estado peruano, nos rebela incapacidad política y administrativa, por parte de la elite social, de dirigir sus entes autónomos, más bien estas entidades son esquilmadas por mafias, instaladas desde las cúpulas de gobierno desde hace muchos años y que hoy, gracias a las pugnas entre sus diversas facciones, salen a relucir cada cierto tiempo, escándalos de corrupción, tráfico de influencias, entre otros delitos que remecen a toda la sociedad.
Sin embargo, a pesar de estos escándalos en las altas esferas del estado, sólo están detenidos los llamados peces chicos; la frondosa y ambigua normatividad judicial y sus usos, así como la mafia enquistada en el poder judicial, dificulta la aplicación de sanciones a los presuntos cabecillas que dirigen el estado mafioso.
Este proceso de degradación de la sociedad resulta imparable y esto aterra a la clase dominante cuyos líderes de sus partidos ven como sus agrupaciones políticas, entran en crisis, y temen que el pueblo se rebele ó que el país termine siendo inviable a merced de países vecinos con burguesías agresivas, buscando expandir su influencia y/o territorio.
El pueblo peruano, que sufre la opresión cotidiana, resiste valerosamente y expresa sus luchas a través de sus organizaciones gremiales, en sus diversas formas: marchas, huelgas, paros, bloqueo de carreteras, esto a pesar de que sus dirigentes o participantes sean calumniados ó acusados de terroristas por las autoridades de turno y/o medios de comunicación reaccionarios.
El pueblo peruano sabe que sus luchas son a largo plazo y que continuará en su brega a fin de hacer prevalecer sus derechos y liberarse para siempre, de la opresión de clase que soporta.

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