El ultra millonario Donald Trump, convertido en presidente de la más
poderosa fuerza de destrucción que ha conocido la humanidad en toda su
historia, ha decretado medidas adicionales contra Venezuela. Ha dicho
que “…con el propósito de tomar medidas adicionales a la emergencia
nacional declarada mediante la Orden Ejecutiva No. 13692, del 8 de marzo
de 2015…”, aplica nuevas sanciones económicas y financieras contra la
República Bolivariana de Venezuela. Ya el Decreto Ley de Obama, había
establecido un rosario de sanciones, ahora ratificadas y ampliadas.
¿Cuál ha sido el desencadenante? El desencadenante ha sido el acto
soberano que, conforme a la Constitución Bolivariana de Venezuela para
elegir una Asamblea Nacional Constituyente, hiciera el Presidente
Nicolás Maduro. Acto que el señor Trump, ahora pretendido dictador
planetario, había prohibido bajo amenaza de castigar la desobediencia.
La “desobediencia” de Maduro, ha traído nuevos castigos a nuestro
pueblo.
Estas nuevas acciones imperiales, cuestión aparte de que representan
una muy grosera violación de toda norma legal internacional, nos lleva a
pensar en aquella imagen que describía Mao Tsetung: “Un gigante que
levanta una inmensa roca para para dejarla caer sobre sus propios pies”.
Su propósito es aplastar la voluntad de resistencia anti-imperialista
de nuestro pueblo e imponer su propia voluntad imperial. Ignora la larga
lucha librada por nuestros pueblos contra otro muy poderosos imperio
durante el siglo diecinueve. Ignora la propia experiencia de su mismo
pueblo librada contra el imperio inglés. Y también se olvidó de Vietnam.
Ignorancia y amnesia son muy malas compañeras pues los errores, cuando
se repiten, multiplican los efectos de los que ya se cometieron en el
pasado.
Las invasiones tienen siempre como motivación introductoria, un
enjambre de mentiras que casi resultan infantiles. Pero no son de
extrañar pues forman parte de una especie de ritual de auto convicción
cada vez que van a realizar un crimen. Así ocurrió con la destrucción de
una nación próspera como Irak que, según ellos, había acumulado “armas
de destrucción masiva”. De mismo modo ocurrió con Libia que disfrutaba
del más alto índice de vida en África. En este caso, hicieron un montaje
simulando una masacre en la Plaza Verde de Trípoli, para proceder a
destruir Libia y matar a su presidente. Así ocurrió con el conocido
“Incidente del Golfo de Tonkín” con el cual quisieron justificar la
invasión de lo que entonces se conocía como Vietnam del Norte.
Contra Venezuela Trump ha desplegado una panoplia de medidas
financieras y económicas queriendo matarla por asfixia. Pero el mundo ha
cambiado. Esto también lo ignora el Gran Dictador Planetario. Venezuela
ha diversificado, tanto su mercado petrolero como sus fuentes de
abastecimiento. Estados Unidos sigue siendo un mercado muy importante.
Por supuesto que las medidas provocarán algunas dificultades. Pero no
tantas ni tan agudas como las que enfrentó Cuba durante el Periodo
Especial.
La lúcida conducción de Fidel y la voluntad del pueblo cubano, fueron
la clave para vencer. La Venezuela Bolivariana y Chavista, seguirá
guiándose por la consigna de su héroe José Félix Ribas antes de la
Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814: “No podemos optar entre
vencer o morir, necesario es vencer”. Y, una vez más ¡Venezuela
vencerá!
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