CLAE / Rebelión
El
presidente estadounidense Donald Trump amenazó con una intervención
militar contra Venezuela en una respuesta que sorprendió a muchos,
incluyendo en Washington aparentemente, al propio Pentágono, que dijo no
haber recibido ninguna orden al respecto, y a varios países
latinoamericanos que rechazaron la amenaza con el recuerdo de la
invasión a Panamá en 1989 en sus retinas.
"Tenemos muchas
opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar si es
necesario", dijo a periodistas el magnate neoyorquino en su lujoso club
de golf en Bedminister, Nueva Jersey, luego de reunirse con su
secretario de Estado (y alto ejecutivo de la trasnacional petrolera
Exxon Mobil) Rex Tillerson, la embajadora de EE UU ante la ONU, Nikki
Haley, y su consejero de Seguridad Nacional, el general H. R. McMaster.
Con las declaraciones inesperadas de Trump en torno a Venezuela de este
viernes, algunos analistas estadounidenses insisten en que el
mandatario acaba de entorpecer el surgimiento de una posible nueva
alianza interamericana con Washington sobre Venezuela.
Colombia,
Perú, Bolivia, Chile y México rechazaron la amenaza de Donald Trump de
usar la fuerza para solucionar la crisis venezolana. . Los países
latinoamericanos no ven con buenos ojos la posibilidad de una
intervención militar estadounidense como ocurrió con la invasión a
Panamá en 1989.
Christopher Sabatini, especialista en relaciones
interamericanas en la Universidad de Columbia, declaró al Miami Herald
que diplomáticos estadounidenses, después de semanas de construir
cuidadosamente el terreno para una repuesta internacional colectiva (a
Venezuela), de repente encuentran sus esfuerzos minados por una
aseveración exagerada y anacrónica. Nos hace ver imperialistas y de
viejos tiempos. Esto no es como Estados Unidos se ha comportado en
décadas.
El primero en reaccionar fue el gobierno chileno, que
mostró su rechazo a las declaraciones de Trump. El canciller Heraldo
Muñoz, manifestó que “reiterando todos los términos de la Declaración de
Lima sobre Venezuela, el gobierno de Chile rechaza amenaza de una
intervención militar en Venezuela”. La senadora socialista Isabel
Allende dijo nque “l a salida para una crisis como la de Venezuela no
deberia jamás ser una intervención militar norteamericana. Trump solo
sabe de amenazas” .
El presidente de Bolivia, Evo Morales, salió
de nuevo a defender la soberanía de Venezuela y afirmpo que “Trump
revela descaradamente su plan de intervención militar contra Venezuela”,
dijo el jefe de Estado boliviano a través de su cuenta en Twitter.
Morales aseguró que “ahora sabe el mundo, quienes estaban contra Maduro
solo buscaban la intervención militar del imperio”.
México
expresó “su rechazo al uso o amenaza de uso de la fuerza en las
relaciones internacionales, y afirmó que la crisis en Venezuela no puede
resolverse mediante acciones militares, internas o externas", asentó el
Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"Rechazamos medidas militares y el uso de la fuerza en el sistema
internacional. Todas las medidas deben darse sobre el respeto de la
soberanía de Venezuela a través de soluciones pacíficas", acatando los
principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas, precisó la
cancillería colombiana. Asimismo, "El Perú rechaza cualquier amenaza o
el uso de la fuerza no autorizado por el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas", señaló la cancillería peruana en un comunicado.
El canciller de Guatemala Carlos Morales afirmó que “la vía armada no
es una opción para solucionar diferencias”, y Brasil no apoyará
intervención militar de Trump a Venezuela, señaló el canciller del
gobierno golpista Aloysio Nunez en entrevista a O Estado de Sao Paulo.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) emitió un comunicado en el que dice
que "considera" el diálogo y la diplomacia como "únicos instrumentos
aceptables para la "promoción de la democracia".Aunque el documento
firmado por quienes decidieran expulsar a Venezuela del grupo regional,
dice "repudiar la violencia y cualquier opción que implique el uso de
fuerza", en ningún momento expresa una postura de rechazo a la
intervención militar que anunció Trump.
El secretario general de
la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, uno de los
principales operadores de la desestabilizaicón del gobierno venezolano,
escribió un mensaje en sus redes sociales para referirse a los
"instrumentos" de marco jurídico que han de aplicarse en Venezuela para
"defender la democracia", pero sin hacer ninguna mención a las palabras
dichas en la noche de este viernes por el presidente de los Estados
Unidos.
El vaquero Donald Trump
Conocedor de que
no está tan lejos como Corea del Norte, Trump dijo que Venezuela “es
nuestro vecino y Estados Unidos está por todas partes. Tenemos tropas
por todo el mundo, en lugares que están muy lejos. Venezuela no está muy
lejos, y la gente está sufriendo y se están muriendo”. En su rol de
comandante en jefe comentó: "Tenemos muchas opciones para Venezuela y,
por cierto, no voy a descartar una opción castrense".
Interrogado respecto de si fuerzas estadunidenses encabezarían una
operación en Venezuela, respondió: No hablamos sobre esas cosas, pero
una operación militar es, ciertamente, algo con lo que podríamos
proceder.
Por su parte, el alto mando militar de Estados Unidos
se limitó a declarar que el Pentágono no ha recibido órdenes, según su
vocero, Eric Pahon, quien refirió toda pregunta sobre el asunto a la
Casa Blanca.
La amenaza del presidente Donald Trump de una
opción militar en Venezuela parece contradecir el consejo de su
principal asesor de seguridad nacional. El general H. McMaster dijo la
semana pasada que no quería dar al presidente Nicolás Maduro ninguna
munición para culpar a los “yankees” por la “tragedia” que ha sacudido
la nación sudamericana. Aseguró que era importante para los Estados
Unidos y sus vecinos hablar con una sola voz en defensa de la
“democracia” de Venezuela, y rechazó una intervención militar.
La reacción venezolana
El ministro venezolano para la Defensa, Vladimir Padrino López,
calificó como “un acto de locura” y “de supremo extremismo” la amenaza
del presidente de Estados Unidos de una posible intervención militar en
el país suramericano, y señaló que “hay una élite extremista que
gobierna los Estados Unidos”.
El ministro para la Comunicación e
Información en Venezuela, Ernesto Villegas, enfatizó en Twitter: "La de
Trump es la mas grave e insolente amenaza jamás proferida contra la
Patria de Bolívar
El Gobierno de Venezuela ha denunciado
reiteradamente los intentos de desestabilización e injerencia que ha
recibido a lo largo de los últimos años por parte del gobierno y los
sectores económicos más fuertes de EEUU.
Asimismo, ha denunciado
que de llevarse a cabo todas estas amenazas, Venezuela no sería el
único país afectado, pues traerían consecuencias inminentes que
perjudicarían a los pueblos y gobiernos de toda la región. Quien fuera
canciller de Venezuela, y ahora presidenta de la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), Delcy Rodríguez, calificó esta amenaza como una
acción "cobarde".
El dirigente opositor Henry Ramos Allup señaló
en un tuit que “régimen ha permitido la toma castrocomunista de nuestro
país, entregó la frontera occidental de nuestro país a la guerrilla
FASRC-ERLN y regaló Esequivo”. El dos veces frustrado candidato
presidencial opositor Henrique Capriles Radonski apenas tuiteó:
“Portavoz Pentágono. Insinuaciones del gobierno de Venezuela de que EEUU
está planeando una invasipón no tienen fundamentos”.
La escalada de violencia
Es conocida la voluntad estadounidense de recuperar una posición de
fuerza en esta región del sur americano y en ese camino, derrocar al
gobierno venezolano es el objetivo más inmediato. Más allá de terminar
con la influencia que ha tenido la Revolución Bolivariana en los últimos
tres lustros en toda la región, no se puede olvidar los sucesivos
intentos del gobierno estadounidense y de los trasnacionales de
apoderarse de las reservas venezolanas de hidrocarburos.
Quedan
patentes, en el debate interno estadounidense, los intereses
particulares que tienen que ver con el rol de Venezuela como un
aprovisionador de petróleo al mercado de los Estados Unidos.
Acabar con el gobierno de Nicolás Maduro simbolizaría la consolidación
de los cambios que se están observando en la región, con nuevos
gobiernos en Brasil, Argentina y la actual crisis del novel presidente
ecuatoriano.
La diferencia con todos estos casos, es que la
injerencia en Venezuela adquiere características de una guerra civil que
no se vio en los casos anteriores. Afecta las relaciones de toda la
región y –desgraciadamente- prepara las condiciones de una intervención
armada, lo que ha puesto en guardia a otras potencias como Rusia e Irán.
El conflicto venezolano ya no solo superó los límites de las
fronteras de ese país transformándose en una cuestión regional. Lo que
está ocurriendo en el seno del Mercosur y la OEA es una prueba de ello.
También se corre el riesgo, de continuarse en el tiempo la injerencia
norteamericana, de transformarse en un punto de fricción entre las
principales potencias mundiales.
La escalada en la retórica
viene después de que Washington impuso sanciones al presidente Nicolás
Maduro y a 13 de sus aliados el mes pasado, en respuesta a la
celebración de elecciones para la Asamblea Constituyente de ese país. El
martes pasado cancilleres de 17 países del hemisferio –incluyendo
México, Argentina, Brasil, Colombia y Panamá– sostuvieron una reunión de
emergencia en Lima, Perú, donde 14 de ellos denunciaron lo que el
canciller peruano, Ricardo Luna llamó una dictadura en Venezuela,
haciendo eco -¡oh casualidad!- de la postura de Trump.
De hecho,
el vicepresidente Mike Pence tiene programada una gira para visitar
cuatro de esos países –Colombia, Argentina, Chile y Panamá– esta semana
que comienza, donde, se supone, el tema de Venezuela estará en la
agenda.
Discrepancias
De acuerdo
con analistas estadounidenses, el nuevo jefe del gabinete, John Kelly,
quien no estuvo el viernes en el club de golf de Trump, ha sido clave en
formular la respuesta a Venezuela. Kelly fue el jefe del Comando Sur en
Miami, aunque otros creen que fue quien frenó la imposicipon de mayores
“sanciones”, junto con la presión de empresarios estadounidenses con
negocios en ese país.
Congresistas (cuatro senadores
republicanos de estados con refinerías) y otros empresarios alertaron a
Trump que suspender la importación de petróleo venezolano llevará a un
incremento del precio de la gasolina en Estados Unidos (se calcula que
unas 500 empresas estadounidenses tienen intereses en el país, sobre
todo en el sector petrolero).
Hasta la fecha el gobierno de
Trump no ha impuesto sanciones a la industria petrolera venezolana, que
entrega unos 740 mil barriles de petróleo a Estados Unidos cada día.
De hecho, cuando Kelly fue nombrado jefe de gabinete, el senador Marco
Rubio –quien ha sido uno de los políticos más influyentes sobre la
política hacia Venezuela y Cuba del nuevo presidente– comentó que Trump
contará ahora con alguien “quien yo creo entiende Venezuela tan bien o
mejor que cualquier otro en el gobierno”. Rubio es operador, propulsor y
financista de los grupos más violentos de la oposición venezolana.
Álvaro Verzi Rangel: Sociólogo
venezolano; codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia,
investigador asociado del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
(CLAE).
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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