Esta es la historia
peculiar de José Yorg, que es maestro, Técnico universitario en
cooperativismo, Licenciado en Administración y educador e investigador
social, gracias a su increíble historia de superación personal y
organizacional.
Buscadores de buenas historias (documentalistas) se constituyeron recientemente en la Provincia de Formosa-Argentina- y contactaron con el educador social José Yorg, quienes explicaron que “nuestro objetivo es la búsqueda y el hallazgo de personajes y ello es punto de partida de un documental que retrata en minutos el impacto social que causan estos individuos.
“Conocer el comportamiento positivo de personajes-ilustró el documentalista-es la idea original que desencadena todo el proceso fílmico que reconoce esa impronta porque éste propone una historia relevante, con un alto grado de desarrollo potencial y eso significa el universo de José Yorg y sus compañeros de TECNICOOP”.
Seguidamente el profesional se interrogó: “¿Qué encontramos en la trayectoria de José Yorg”? Respondió que “Encontramos una peculiar e inspiradora historia del maestro de escuelas que logró convertirse en referente latinoamericano de la pedagogía cooperativa”.
Entonces, la historia, el pensamiento y la obra de José Yorg explorados desde el punto de vista de su accionar como educador social, en cuanto a su desempeño con una concepción grupal, dado que estimuló, con ejemplar conducta, el estudio de sus compañeros, es, por tanto, nuestro propósito presentar un compendioso perfil como hombre dotado de una fe inquebrantable en el mejoramiento humano a partir del esfuerzo propio y la ayuda mutua, y extractar sus principales ideas pedagógicas.
Pero no tan sólo ha logrado su superación personal y profesional, dado que, luego de graduarse de maestro, prosiguió con las carreras universitarias de Técnico en cooperativismo y Licenciado en Administración, sino que impulsó tales perfeccionamientos en sus colegas enmarcados en una cooperativa educativa, gremial y política denominada TECNICOOP, fundada en la ciudad capital de Formosa el 1° de abril de 1992, entidad de la que fue su presidente durante muchos años.
Sus aportes pedagógicos e ideas recorren Latinoamérica y España a través de internet, al igual que su columna de opinión designado “Enfoques cooperativos”. Cabe consignar que se extrema la síntesis de la trayectoria de José Yorg ligada a la educación cooperativa.
Caminando una polvorienta ruta en el año de 1983 hacia su primer nombramiento como maestro de grado suplente en una Escuela del interior formoseño hace “dedo” y lo “alza” una Supervisora Escolar, la Prof. Lina Frederich de Acuña, quien le habla de la necesidad de incorporar saberes del cooperativismo escolar dado que los educandos, hijos de labriegos, trabajan muy bien la tierra pero desconocen los aspectos empresariales que les permitan superar sus debilidades mercantiles ante el intermediario que menoscaba el precio de sus productos.
No obstante aquel primer encuentro y dialogo con su Supervisora Escolar en principio se apoyó en las concepciones pedagógicas de Paulo Freire pero pronto se enfrentó a las contradicciones que descubriría en dicha pedagogía a partir de aspectos maravillosos pero muy teóricos e insuficientes ante la realidad de niños labriegos que llegan tarde al inicio escolar en razón a trabajos en la cosecha de algodón.
Al siguiente año escolar lectivo 1984 se produjo el segundo encuentro entre ambos docentes y la decisión fue inapelable: Estudiar y enseñar cooperativismo escolar y años más adelante el cooperativismo universitario.
La escuela pedagógica que construye José Yorg es un compuesto de su análisis, efectuado sobre la historia, la doctrina, la estructura y funcionamiento de la empresa cooperativa como reflejo pedagógico de esos factores, lo que a su vez significa la superación sobre las metodologías planteadas por los diversos educadores cooperativistas porque éstos emplean la pedagogía liberal aprendidas en los Institutos de Formación docentes y Facultades a la enseñanza del cooperativismo en todos los niveles del sistema educativo oficial, lo que implica, cuanto menos, una contradicción.
Tal análisis y conclusión no es un asunto menor, son indagaciones que dicen mucho de cómo construyó la pedagogía cooperaria, estableciendo en realidad una ruptura con la práctica de asimilación pedagógica liberal a la pedagogía cooperativa original, de su génesis, como bien lo califica el propio Yorg, y por tanto, el comienzo de una nueva era educativa que coloca en su justa dimensión al proceso enseñanza-aprendizaje cooperativo en su verdadera y propia fuente, genuina y plena. He aquí su potente aporte pedagógico.
Pujante pedagogo, supo enfrentarse positivamente a las numerosas dificultades que confrontó en su quehacer educativo, estudios, investigaciones y elaboración de trabajos pedagógicos en condiciones económicas estrechas, sin embargo, nunca está sólo, acompañado de sus compañeros de TECNICOOP, pero además, cuenta con un formidable aliado estratégico: La prensa.
La apatía de una sociedad, poco apegada a participar en los asuntos de la cosa pública y que, por tanto, es un condicionante aun no resuelto, toda vez que ésta no examina la importancia de apostar a un buen sistema educacional teórico-práctico que dotara a los niños, jóvenes e interesados potenciales con los elementos de la historia, doctrina, y estructura y funcionamiento de una empresa capaz de romper el cerco del mundo de las necesidades.
En las ideas pedagógicas de José Yorg están presentes su cosmovisión integral sobre el rol del maestro, la escuela y de la educación, esa trilogía transcendental, para el desarrollo emancipador de los pueblos y de los propios docentes en esa acción educadora vital y que además, estableciera fuerte coordinación entre los niveles educativos del sistema oficial, capaz de romper el dañino compartimiento.
Propulsa, sin descanso, el debate y la reflexión sobre la propia tarea con sus colegas docentes y la necesidad de elaborar narrativas de sus propias experiencias como modo de afirmación de una dinámica pedagógica que alentara el crecimiento personal y profesional y respetara la variedad de criterios.
A la acción educadora social de José Yorg aún le quedan muchos caminos que recorrer y él lo sabe, emprendiendo con vigor tal trayectoria que, a no dudarlo, dará frutos educativos benéficos y son justamente esas cualidades que lo confirman como referente latinoamericano de la pedagogía cooperativa.
Qué dudas caben que el poema de Bertolt Brecht es perfecto para el cierre de este modesto artículo: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.
Ana María Ramírez Zarza es Docente, Técnica en cooperativismo y Contadora, miembro fundadora de TECNICOOP.
Buscadores de buenas historias (documentalistas) se constituyeron recientemente en la Provincia de Formosa-Argentina- y contactaron con el educador social José Yorg, quienes explicaron que “nuestro objetivo es la búsqueda y el hallazgo de personajes y ello es punto de partida de un documental que retrata en minutos el impacto social que causan estos individuos.
“Conocer el comportamiento positivo de personajes-ilustró el documentalista-es la idea original que desencadena todo el proceso fílmico que reconoce esa impronta porque éste propone una historia relevante, con un alto grado de desarrollo potencial y eso significa el universo de José Yorg y sus compañeros de TECNICOOP”.
Seguidamente el profesional se interrogó: “¿Qué encontramos en la trayectoria de José Yorg”? Respondió que “Encontramos una peculiar e inspiradora historia del maestro de escuelas que logró convertirse en referente latinoamericano de la pedagogía cooperativa”.
Entonces, la historia, el pensamiento y la obra de José Yorg explorados desde el punto de vista de su accionar como educador social, en cuanto a su desempeño con una concepción grupal, dado que estimuló, con ejemplar conducta, el estudio de sus compañeros, es, por tanto, nuestro propósito presentar un compendioso perfil como hombre dotado de una fe inquebrantable en el mejoramiento humano a partir del esfuerzo propio y la ayuda mutua, y extractar sus principales ideas pedagógicas.
Pero no tan sólo ha logrado su superación personal y profesional, dado que, luego de graduarse de maestro, prosiguió con las carreras universitarias de Técnico en cooperativismo y Licenciado en Administración, sino que impulsó tales perfeccionamientos en sus colegas enmarcados en una cooperativa educativa, gremial y política denominada TECNICOOP, fundada en la ciudad capital de Formosa el 1° de abril de 1992, entidad de la que fue su presidente durante muchos años.
Sus aportes pedagógicos e ideas recorren Latinoamérica y España a través de internet, al igual que su columna de opinión designado “Enfoques cooperativos”. Cabe consignar que se extrema la síntesis de la trayectoria de José Yorg ligada a la educación cooperativa.
Caminando una polvorienta ruta en el año de 1983 hacia su primer nombramiento como maestro de grado suplente en una Escuela del interior formoseño hace “dedo” y lo “alza” una Supervisora Escolar, la Prof. Lina Frederich de Acuña, quien le habla de la necesidad de incorporar saberes del cooperativismo escolar dado que los educandos, hijos de labriegos, trabajan muy bien la tierra pero desconocen los aspectos empresariales que les permitan superar sus debilidades mercantiles ante el intermediario que menoscaba el precio de sus productos.
No obstante aquel primer encuentro y dialogo con su Supervisora Escolar en principio se apoyó en las concepciones pedagógicas de Paulo Freire pero pronto se enfrentó a las contradicciones que descubriría en dicha pedagogía a partir de aspectos maravillosos pero muy teóricos e insuficientes ante la realidad de niños labriegos que llegan tarde al inicio escolar en razón a trabajos en la cosecha de algodón.
Al siguiente año escolar lectivo 1984 se produjo el segundo encuentro entre ambos docentes y la decisión fue inapelable: Estudiar y enseñar cooperativismo escolar y años más adelante el cooperativismo universitario.
La escuela pedagógica que construye José Yorg es un compuesto de su análisis, efectuado sobre la historia, la doctrina, la estructura y funcionamiento de la empresa cooperativa como reflejo pedagógico de esos factores, lo que a su vez significa la superación sobre las metodologías planteadas por los diversos educadores cooperativistas porque éstos emplean la pedagogía liberal aprendidas en los Institutos de Formación docentes y Facultades a la enseñanza del cooperativismo en todos los niveles del sistema educativo oficial, lo que implica, cuanto menos, una contradicción.
Tal análisis y conclusión no es un asunto menor, son indagaciones que dicen mucho de cómo construyó la pedagogía cooperaria, estableciendo en realidad una ruptura con la práctica de asimilación pedagógica liberal a la pedagogía cooperativa original, de su génesis, como bien lo califica el propio Yorg, y por tanto, el comienzo de una nueva era educativa que coloca en su justa dimensión al proceso enseñanza-aprendizaje cooperativo en su verdadera y propia fuente, genuina y plena. He aquí su potente aporte pedagógico.
Pujante pedagogo, supo enfrentarse positivamente a las numerosas dificultades que confrontó en su quehacer educativo, estudios, investigaciones y elaboración de trabajos pedagógicos en condiciones económicas estrechas, sin embargo, nunca está sólo, acompañado de sus compañeros de TECNICOOP, pero además, cuenta con un formidable aliado estratégico: La prensa.
La apatía de una sociedad, poco apegada a participar en los asuntos de la cosa pública y que, por tanto, es un condicionante aun no resuelto, toda vez que ésta no examina la importancia de apostar a un buen sistema educacional teórico-práctico que dotara a los niños, jóvenes e interesados potenciales con los elementos de la historia, doctrina, y estructura y funcionamiento de una empresa capaz de romper el cerco del mundo de las necesidades.
En las ideas pedagógicas de José Yorg están presentes su cosmovisión integral sobre el rol del maestro, la escuela y de la educación, esa trilogía transcendental, para el desarrollo emancipador de los pueblos y de los propios docentes en esa acción educadora vital y que además, estableciera fuerte coordinación entre los niveles educativos del sistema oficial, capaz de romper el dañino compartimiento.
Propulsa, sin descanso, el debate y la reflexión sobre la propia tarea con sus colegas docentes y la necesidad de elaborar narrativas de sus propias experiencias como modo de afirmación de una dinámica pedagógica que alentara el crecimiento personal y profesional y respetara la variedad de criterios.
A la acción educadora social de José Yorg aún le quedan muchos caminos que recorrer y él lo sabe, emprendiendo con vigor tal trayectoria que, a no dudarlo, dará frutos educativos benéficos y son justamente esas cualidades que lo confirman como referente latinoamericano de la pedagogía cooperativa.
Qué dudas caben que el poema de Bertolt Brecht es perfecto para el cierre de este modesto artículo: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.
Ana María Ramírez Zarza es Docente, Técnica en cooperativismo y Contadora, miembro fundadora de TECNICOOP.
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