La
izquierda política nacional actual, cuyos orígenes se fundan en los
manuales mal copiados del marxismo soviético y cubano, reproduce y
dinamiza los añejos engranajes de dominación capitalista de una élite
de privilegiados sobre las mayorías de empobrecidos y excluidos. Al
límite de institucionalizar internamente la perversa interrelación
hegeliana de amo y esclavo, o de colonizador y colonizado de Mignolo y
Quijano.
De oídas y leídas sabíamos que el partido político Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) era una organización
electoralista, clasista, racista y machista. En muchas ocasiones leímos
(con reservas) denuncias que los “unigénitos” de la fallida revolución
armada no sólo se autoproclamaban como “los únicos predestinados” para
representar a la masa de indios y campesinos ignorantes, sino que “se
comían” la plata de la cooperación política internacional, delante de
defensores/as indígenas y campesinos sedientos de justicia y de
participación política, sin dar cuenta a nadie.
El pasado
domingo, 03 de mayo, presenciamos la realización de la VII Asamblea
Nacional de la URNG, en la ciudad de Guatemala. Dicho evento tenía tres
objetivos: proclamar el binomio de candidatos para la Presidencia y
Vicepresidencia (para las elecciones presidenciales de septiembre,
2015), renovar el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y definir la
coalición electoral con el partido político WINAQ.
Mientras
decenas de miles de guatemaltecos/as se movilizan en las calles
denunciando los impactos negativos del sistema neoliberal y a
repudiando a sus operadores corruptos, mientras centenares de
comunidades indígenas y campesinas se encuentran en resistencia contra
la invasión neoliberal en el interior del país, la URNG-Maíz realizó su
VII Asamblea Nacional, casi clandestinamente, en un alejado salón, en
las afueras de la ciudad. Con doble puerta, e ingreso restringido.
Hubo
presencia de representantes de células de la URGN de 16 de los 22
departamentos del país. Por la manera de cómo manipulaban los
activistas de los dos diputados (ahora, nuevamente autoproclamados
candidatos) a indígenas y campesinos vestidos con camisetas del
partido, era evidente que la Asamblea era una pantomima.
Pero,
también estuvieron presentes los “expulsados” (por exigir, la
democratización y la transparencia del partido) y los delegados
“indeseables” de indígenas y campesinos organizados en el Comité de
Desarrollo Campesino (CODECA). Única fuerza social que mantiene a flote
electoral al partido.
La cuestionada dirigencia nacional, junto
con los dos diputados en ejercicio (que apoyaron varias leyes y
políticas antipopulares del gobierno actual) no permitieron el debate
para la definición de candidatos para el binomio presidencial.
El
Comité Ejecutivo Nacional, en contra de las conclusiones del III
Congreso Nacional que exigía la renovación de la dirigencia y la
democratización interna del partido, y sin permitir un debate
necesario, quedó nuevamente bajo el control de ex y actuales diputados
en ejercicio. Gregorio Chay, ex combatiente, ex diputado nacional, nada
cercano con movimientos sociales, es el nuevo Secretario General que al
parecer se encargará de escribir el epitafio de lo queda de la URNG.
Indígenas
y campesinos organizados, y otros sectores urbanos de la URNG, luego de
procesos valorativos, exigían acercamientos y alianzas, con los
movimientos sociales, sindicales y otras organizaciones vivas del país,
antes de “pactar” con organizaciones políticas cómplices del sistema
neoliberal. Pero, también sin permitir mayor debate en la pantomima de
Asamblea, la dirigencia y los diputados impusieron la “coalición
electoral” con el partido WINAQ (cuyo actual único diputado también,
junto a los de URNG, apoyó la aprobación de la Ley Monsanto, Ley de
Telecomunicación y mayor endeudamiento público del país para financiar
al gobierno actual). “Si vamos en coalición, tendremos más diputados”,
argumentó uno de los diputados abucheados, rechiflado como “corrupto”,
pero “premiado” con un puesto en la mesa principal.
La
disminuida Asamblea Nacional, que llevaba como lema “la unidad”,
terminó más desperdigada que nunca. Un profesor universitario, afiliado
al partido, que asistió como observador a dicho evento, ante la
pregunta de ¿qué panorama se vislumbra en la URNG de aquí en adelante?,
respondió: “Yo ya no trabajaré más con el partido. Ahora, veremos para
donde agarramos”. Otro visitante, perplejo por lo ocurría comenta:
“Esto sucede cuando hay ansias desmedidas de poder. Los dirigentes
actuales tienen manipulado a todos los delegados porque el partido
prácticamente se convirtió en un negocio lucrativo”. Indígenas y
campesinos de CODECA, orgánicamente evalúan su permanencia o no dentro
de la URNG.
Dirigentes y diputados soportaron con el rostro
constreñido los insultos y acusaciones de “corruptos” que provenían
desde los presentes. “Aquí están, estos son los que venden nuestro
país, junto con el gobierno de la derecha” señalaba una mujer a voz en
cuello. Patéticamente, las mujeres pedían la palabra, pero a ninguna se
le concedió el micrófono en esos instantes.
No cabe duda que
estas actitudes casi atávicas, que habitan a la vieja guardia de la
izquierda política, no sólo postergan la posibilidad de liberación del
pueblo, sino que abonan el recargado sistema neoliberal vigente en el
país. Los gobiernos progresistas de América Latina y el mundo que
política y financieramente sostienen a las estructuras de los partidos
de izquierda de Guatemala, deberán valorar a qué le apuestan en
realidad. Algunos presentes en la Asamblea exigían rendición de cuentas
financieras, pero tampoco se realizó.
Un viejo adagio bíblico
indica: vino nuevo en odres nuevos. Y es verdad. Los diferentes
movimientos sociales actuales de Guatemala necesitan construir un nuevo
instrumento político propio para construir y disputar el poder al
régimen neoliberal. Al parecer, ahora, está más claro que nunca este
reto.
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