Cristina Fontenele
Adital
El caso del niño argentino de seis
años, violado en 2010 por el dirigente del club social La Florida, Mario
Tolosa, tiene repercusiones en todo el mundo. La sentencia de seis años de
prisión fue reducida a tres años y dos meses. La comunidad internacional
cuestiona el argumento de los jueces del caso de que el menor sería homosexual
y, supuestamente, habituado a los abusos cometidos por su propio padre. Los
fiscales apelaron la decisión y el proceso sigue en la Suprema Corte de
Justicia, en Buenos Aires.
Los jueces, Benjamín Sal Llargués (izq.) e Horácio Piombo (der.), entendieron que los abusos anteriores al caso habrían sido más ultrajantes para el niño, justificando así la reducción de la pena del abusador. |
Según Amerigo Incalcaterra,
representante regional de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), los argumentos de la decisión
"vuelve a victimizar, estigmatizar y discriminar” al niño que sufrió el abuso.
Para él, la sentencia no sigue el derecho fundamental, reconocido en la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que es la protección
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, incluyendo el abuso
sexual. Tal derecho debe ser garantizado por el Estado.
Para Esteban Paulón, presidente de
la Federación Argentina de Lésbicas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FALGBT),
la sentencia es un "escándalo jurídico” y un disparate nunca visto. La decisión
irrespeta "los criterios judiciales más básicos, promueve la impunidad y pone a
la víctima en el lugar del sospechoso. El abuso sexual es uno de los delitos
más aberrantes, su condena no puede dejar margen para las dudas, y ese delito
debe ser castigado con el mayor rigor de la ley”, afirma.
A través de una campaña en la plataforma Change.org, varios grupos
están recogiendo firmas para remover a los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal
Llargués de sus cargos. La iniciativa ya cuenta con más de 170 mil firmas, con
una meta de 200 mil.
Entienda el caso
El niño, hoy con 11 años, cursa el
cuarto año primario y vive con la tía, que lucha para adoptarlo. El padre
biológico del niño pasó 30 años en la prisión y la madre huyó después de ser
agredida por el marido. La violencia contra el niño ocurrió en 2010, en el baño
del Club La Florida, de Loma Hermosa, región noroeste de Buenos Aires. El entonces
vicepresidente del club, Mario Tolosa, violentó al niño, que en aquella época
tenía seis años. El caso fue denunciado por la abuela del niño y comprobado por
pericia.
Desde el episodio, el niño ha
sufrido consecuencias psicológicas, como ansiedad y miedo de ser nuevamente
agredido. Con esta situación siendo abordada por la medios de comunicación, la
tía evita que el niño vea televisión para no agravar el cuadro. Sobre la
soltura del agresor, ella dice que el hecho de que el culpable esté preso calma
al joven, pero la situación cambió cuando, "de repente”, supo que desde hace un
año el abusador estaba libre y viviendo a cuatro cuadras de su casa.
El tribunal de primera instancia
condenó a Mario Tolosa a seis años de prisión, pero él apeló la sentencia. Los
jueces de la Cámara de Casación Penal, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués,
redujeron en 2014 la pena a tres años y dos meses. Los fiscales Jorge Roldán y
Carlos Altube apelaron la sentencia.
En entrevista con el diario La
Nación, el juez Piombo explica la cuestión sobre si el menor fue ultrajado y
abusado. Para el juez, era preciso ver si fue "gravemente” ultrajante. Si
"cambió la vida” del niño. De acuerdo con Piombo, una persona puede ser
sometida a situaciones gravemente ultrajantes, pero, "en este caso”, los
psicólogos indicaban que "lo gravemente ultrajante había ocurrido antes. Porque
el chico ya había adoptado una serie de costumbres que no son costumbres que se
adopten en la escuela”.
Los jueces del caso ya fueron motivo
de polémica en otro proceso. Ellos redujeron, de 18 a nueve años de prisión, la
pena del pastor Domingo Ávalos, que violentó a dos niñas. Según el parecer,
para dictar la reducción, en las comunidades en las que viven las niñas las
relaciones sexuales se dan en edad muy precoz y son más fácilmente aceptadas.
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