La Radio del Sur
Adital
El próximo 23 de mayo la Iglesia Católica beatificará a
Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el sacerdote salvadoreño asesinado en 1980 por Álvaro
Saravia, francoatirador y capitán de la Fuerza Aérea. La Junta Militar salvadoreña
dio la orden de liquidar a Romero por sus denuncias abiertas contra la represión
oficial. Treinta y cinco años después la justicia sigue sin castigar a los autores
materiales e intelectuales de este crimen.
Álvaro Saravia, ex-capitán de la Fuerza Aérea y asesino confeso de Don Óscar Romero, aún estaría vivo y viviendo en Estados Unidos. |
El año pasado en Caribe Nuestro conversamos con el sacerdote jesuita Bruno Renaud sobre la vida
y el legado de Monseñor Arnulfo Romero. A continuación reponemos la nota donde Renaud
relata que el asesino de Romero está en territorio estadounidense protegido por
las autoridades de ese país.
Sacerdote Bruno Renaud denuncia que Estados Unidos protege
a asesino de Monseñor Romero
¿Quién fue Monseñor
Romero?
"Él fue un obispo de la ciudad de San Salvador. Fue elegido
por ser un obispo muy recto en su actuar pero además muy conservador desde el punto
de vista social”, explica Bruno Renaud.
Monseñor Romero hizo su conversión a raíz del asesinato de
un amigo sacerdote por parte de los militares. Lo mataron supuestamente porque era
comunista, pero Monseñor Romero sabía que esto era falso.
"Este crimen fue para Monseñor Romero el inicio de un proceso
de cuestionamiento fundamental, sobre todo desde el punto de vista social”, comenta
Renaud.
El reino de la desigualdad. En esa época El Salvador estaba
marcado por la desigualdad social. Catorce familias controlaban la riqueza del país.
Además había una larga tradición de campesinos masacrados.
"Sin embargo, monseñor Romero no estaba conmovido por esto,
y fue necesario que un amigo sacerdote fuera asesinado, para que él comenzara a
cuestionar totalmente su propia vida social y sus compromisos”.
A partir de ese momento, Monseñor Romero aplicó al pie de
la letra "la opción por los pobres”. "En ese contexto Monseñor se convirtió y empezó
a leer, a preguntar y ahí fue donde realmente nace el nuevo monseñor Romero”, prosigue
Renaud.
"Tal como Jesús, Monseñor Romero tuvo dos años y medio de
una vida ‘nueva’ pero extremadamente activa y muy comprometida, para cambiar sus
opciones hasta ese momento”, agrega.
Respuesta del Vaticano
"Lo trágico en la vida de Monseñor Romero fue que el Obispo
de Roma, el Papa en ese momento, Juan Pablo II, Karol Wojtyla, no estaba sensibilizado
ante este tipo de testimonios. Cuando Monseñor Romero quiso explicarle lo grave
del conflicto prolongado en El Salvador y la importancia de optar por los pobres
físicamente aniquilados por el ejército, el Papa no le entendió”.
"El Papa lo escuchó fríamente, con distancia, sin ninguna
convicción, y le dijo a Monseñor que tenía que hacer un esfuerzo para reconciliarse
con el gobierno salvadoreño. Eso se lo decía el Papa que durante toda su vida en
Polonia había sido un opositor acérrimo de su propio gobierno”.
"El propio Romero contaba entre lágrimas sobre esta entrevista
con Juan Pablo II que tuvo lugar un mes antes del asesinato de Romero”, recuerda
Renaud.
¿Y los responsables?
A 34 años del asesinato de Romero, se sabe quiénes fueron
los autores intelectuales y materiales del crimen. "El responsable intelectual fue
el mayor Roberto D’Aubuisson, 3 veces candidato a la presidencia salvadoreña, de
extrema derecha fascista. El francotirador contratado fue el excapitán de la Fuerza
Aérea del país centroamericano, Álvaro Saravia. Él lo confesó varios años después,
pero es protegido en EEUU y nunca pagó su crimen. Él volvió al anonimato. No sé
si sigue vivo todavía”, cuenta Renaud. D’Aubuisson fue fundador del partido de derecha
Arena, fue agente de la CIA, creador y máximo jefe de los escuadrones de la muerte.
Él murió en 1992.
"La muerte de Romero no fue el único crimen conocido de los
militares salvadoreños. Un equipo de sacerdotes de la Universidad Católica de Centroamérica
fue asesinado en 1989. Los sacaron de sus cuartos y los ajusticiaron fríamente.
Eran seis jesuitas más la cocinera y su hija que tenía 15 años”.
El sacerdote jesuita Bruno Reanud explica que el conflicto
terminó legalmente en la década de los 90 y la tendencia interna en El Salvador
ha sido no reabrir los juicios contra los militares por crímenes de lesa humanidad
de ese periodo, para no incitar nuevamente el conflicto armado.
"Se sabe perfectamente quiénes son los responsables de estas
masacres y crímenes pero todavía no ha empezado el proceso para acabar con la impunidad.
Puede ser que ahora con la llegada a la presidencia de Salvador Sánchez Cerén, sí
se abran las puertas para la justicia”.
Monseñor Romero,
santo de los pobres del continente
Mientras Juan Pablo II fue Papa, no avanzó el proceso de beatificación
de Monseñor Romero. Sin embargo, Bruno Renaud afirma que Romero ya ha sido santificado
por las comunidades populares de América Latina.
"Dos años después de su martirio, Monseñor Romero fue canonizado
por todas las comunidades cristianas y tomado por San Romero de América. Así lo
dijo monseñor Pedro Casaldáliga, obispó brasileño que se solidarizó plenamente con
él”.
"Todavía no ha llegado el tiempo para que todo el pueblo salvadoreño
como un solo hombre y una sola mujer, venere a Monseñor Romero como una sola bandera.
Romero fue realmente un gran santo nacional de El Salvador”.
Renaud agrega que los países de América Latina, en particular
la comunidad cristiana y en especial los pobres del continente, tienen muchos motivos
para considerar a Monseñor Romero como su santo patrono.
"Personalmente tengo la absoluta convicción de que las décadas
que vienen le van a reconocer un papel fundamental dentro de la recristianización
de la iglesia de El Salvador y de América Latina”.
"Monseñor Romero es una antorcha, una luz que brilla en las
actuales condiciones latinoamericanas. Indudablemente él está destinado a tomar
mucha más visibilidad en las décadas que vienen, pero hace ya bastante tiempo, los
pobres y las comunidades cristianas han escogido a Monseñor Romero como su santo
patrono”.
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