La Habana, 13 may (PL) Breve, pero muy intensa, la visita histórica del presidente francés, Francois Hollande, a Cuba permitió reforzar los nexos bilaterales y reafirmó la posición que hoy ocupa el país caribeño en el concierto internacional.Hollande arribó a La Habana el domingo por la noche como parte de una gira por el Caribe que incluyó también a Guadalupe, Martinica, San Bartolomé y San Marín, y partió en la mañana del martes hacia Haití.
En apenas 30 horas cumplió una apretada agenda que incluyó encuentros con estudiantes universitarios, participación en un foro empresarial, inauguración de la nueva sede de la Alianza Francesa en esta capital y hasta un recorrido a pie por las calles de La Habana.
El presidente galo fue recibido por su homólogo cubano, Raúl Castro, con quien intercambió sobre el positivo estado de las relaciones bilaterales y las amplias potencialidades para su desarrollo; así como de otros temas de la agenda internacional.
Punto culminante fue su encuentro con el líder de la Revolución Fidel Castro, con quien sostuvo un interesante diálogo acerca de los lazos históricos entre los dos países y del acontecer internacional.
Ambas naciones establecieron relaciones diplomáticas en 1902, aunque los vínculos entre los dos pueblos datan de mucho antes, cuando durante la Revolución Haitiana (1791-1804) colonos franceses se asentaron en el oriente de la isla.
La visita del jefe de Estado fue la primera de un mandatario francés a la mayor de las Antillas en toda la historia.
El viaje tuvo lugar en un contexto signado por el proceso entre Washington y La Habana para el restablecimiento de las relaciones bilaterales y en medio de las negociaciones con la Unión Europea (UE) de cara a la firma de un Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación.
Hollande, del Partido Socialista, se comprometió a hacer todo lo posible para acompañar el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba y también entre la UE y la isla caribeña.
Y más aún, en una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, abogó por la anulación del bloqueo estadounidense contra Cuba, que ha perjudicado el desarrollo del país, y prometió trabajar porque esas medidas puedan ser finalmente anuladas.
Recordó que cada año, desde principios de la década del 90 del siglo pasado, su país se pronuncia en la ONU por el fin de esa política.
El presidente francés también reconoció el rol desempeñado por esta nación en Latinoamérica y su papel en el proceso para la paz en Colombia.
"Venir a Cuba es venir a un país que representó para América Latina una forma de expresión, de reivindicación de la dignidad y de la independencia. Esto explica que desempeñe un papel importante en muchísimas mediaciones y favorezca la paz", dijo.
Hollande destacó, asimismo, la labor solidaria de los médicos cubanos, sobre todo en el enfrentamiento a la epidemia de ébola en África, elogió el alto nivel y la calidad de la enseñanza en la isla y subrayó que la Alianza Francesa aquí es la mayor de acuerdo con el número de habitantes, con una matrícula que supera los 12 mil alumnos.
La visita oficial del presidente francés fue ocasión propicia para la firma de varios convenios en ramas como la investigación científica, enseñanza superior, promoción de la cultura, salud, energía y la esfera agroalimentaria.
Entre los acuerdos figura uno entre el grupo Total y la empresa Cubapetróleo relativo a la venta de hidrocarburos; otro entre la compañía de transporte marítimo CMA-CGM y la sociedad AUSA y una carta de intención para el incremento de la cooperación sanitaria, sobre todo en la lucha contra vectores.
Interrogada por Prensa Latina sobre el significado de esta visita, la ministra francesa de Justicia, Christiane Taubira, la calificó como histórica y destacó el rol desempeñado por Cuba en el Caribe y su posición estratégica en la región.
Mientras, André Chassaigne, presidente del grupo de amistad entre los dos países en la Asamblea Nacional francesa, se refirió a la dimensión y el simbolismo de que el presidente haya sido recibido por el líder de la Revolución, Fidel Castro.
Hollande fue despedido en el aeropuerto internacional José Martí por su homólogo cubano, Raúl Castro.
Interrogado por la prensa sobre el significado de este viaje, Raúl expresó: Venir a despedir al presidente Hollande es una muestra de la satisfacción por los resultados alcanzados durante su visita.
mem/car
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