El presidente de la Asamblea Nacional (AN) de
Venezuela, Diosdado Cabello, ha advertido este jueves de que los
sectores derechistas tratan de llevar a cabo una serie de protestas
estudiantiles en la capitalina ciudad de Caracas para desestabilizar el
país.Están buscando cualquier evento para encender las calles, utilizando como siempre a los estudiantes universitarios“Están buscando cualquier evento para encender las calles, utilizando como siempre a los estudiantes universitarios”, ha destacado Cabello durante un programa televisivo.
Al precisar que la oposición ha planificado los disturbios para el martes de la próxima semana, el presidente de la AN ha puesto de relieve que los líderes estudiantiles opositores, en particular Hasler Iglesias y Sairam Rivas, en un mitin celebrado el miércoles en una de las universidades, concluyeron que las marchas callejeras estudiantiles se extenderían a otros centros de estudios, además de las universidades.
Más adelante, Cabello ha declarado que el objetivo detrás de tales conspiraciones es presionar al Gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
Cabello ha sostenido que quieren cerrar las vías para generar malestar y llamar la atención, organizar manifestaciones tipo comando que les permitan llegar a los ministerios sin avisar y que puedan sorprender a los cuerpos de seguridad.
En reiteradas ocasiones, las autoridades han destacado la importancia del papel de los estudiantes venezolanos para los sectores derechistas. El viernes, el ministro de Educación del país, Héctor Rodríguez, catalogó como un fracaso el llamado paro educativo anunciado el pasado jueves por los derechistas que buscaban cerrar las escuelas en Venezuela.
El Estado venezolano acusa a los líderes estudiantiles con ideología derechista de conspirar contra el país. Al respecto, la Fiscalía venezolana imputó en enero pasado a la dirigente estudiantil Gaby Arellano, activista del partido opositor Voluntad Popular (VP), por delitos de conspiración.
Entre febrero y mayo del año pasado, Caracas fue escenario de violentas manifestaciones, incitadas por la derecha y respaldadas desde el extranjero, en particular de EE.UU., para propiciar un golpe de Estado. La violencia se saldó con decenas de muertos, centenares de heridos y numerosos daños a las infraestructuras del país.
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