Adital
Hace más de 90 días, los indígenas de las
comunidades Qom, Pilagá, Wichi y Nivaclé, de la Provincia de Formosa,
están acampados en la Plaza de Mayo, centro de Buenos Aires. Ellos
quieren llamar la atención del gobierno de la presidenta Cristina
Fernández sobre la situación de los indígenas que mueren por causa de
desnutrición, tuberculosis, Enfermedad de Chagas y también a manos de
las fuerzas de seguridad. Los procesos para la investigación de los
acusados por esos delitos continúan archivados.
Indígenas de Formosa acampados hace más de tres meses en la Plaza de Mayo son ignorados por el gobierno federal y por los poderes legislativo y judicial. |
Félix Díaz, qarashé [líder] de la comunidad Qom,
señala que el campamento cuenta con todos los líderes de la ‘Qopiwini’,
organización indígena formada este año por los pueblos que encabezan el
movimiento. La Organización Nación Mapuche ya anunció que se sumará a
la movilización, con la propuesta concreta de exigir el cumplimiento de
todas las leyes sobre los pueblos originarios de Argentina, convenios
internacionales y la formación de una mesa de trabajo para que el poder
político escuche y reciba propuestas concretas de soluciones, análisis
y respuestas también concretas.
Según Rubén Larrondo, werken [portavoz] de la
Organización Nación Mapuche, Díaz contó la cruel realidad que sufren
las comunidades de Formosa. Muchos sufren persecución policial.
"Contamos esto para que las personas sepan que Formosa es un país
aparte, parece que la justicia argentina no llega allí; hacen lo que
quieren, matan cuando quieren, y dicen que murieron por borrachera, por
ataque cardíaco; todo esto ratificado por los jueces y la policía.
Hombres y mujeres mueren por causa de la
desnutrición, de la tuberculosis, del mal de Chagas, hechos que el
Estado nacional negaría diciendo que son problemas ya superados, se
lamenta Díaz. "Quisieron levantar un hospital en medio de la comunidad
Qom, mi comunidad, y nosotros exigimos que se informe qué empresa iba a
hacer la obra, plazos de ejecución y cuántos médicos iban a trabajar
allá”, señala el líder indígena.
Según él, a causa de esto, el gobierno los acusa
de no querer el hospital, cuando sólo quieren saber, detalladamente, el
costo de la obra, porque muchas casas fueron construidas con material
de pésima calidad y en un año ya se están cayendo, sin que se sepa
cuánto costaron esas mismas casas, o están todas rajadas y las puertas
no sirven más. "Cuando llueve se inundan las casas, y el gobierno
intenta hacer creer que estamos integrados. Eso duele porque es
utilizado dinero diciendo que es invertido en las comunidades
indígenas. Tenemos un Centro Integrador Comunitario (CIC), construido
por el Ministerio de Desarrollo Social, y hoy está abandonado, no hay
médicos, y la ambulancia muchas veces no dispone de conductor”, señala
el Qarashé Qom.
Fuera de sus casas, de sus ciudades y lejos de sus familias, en Buenos Aires, los indígenas son reprimidos por la policía. |
Díaz denuncia además que en el campamento de
Buenos Aires también llegan policías, sacan fotos, y hasta tiraron una
bomba molotov desde una motocicleta. La denuncia de estos hechos se
hizo en la Comisaría, pero no fueron investigados, incluso con las
cámaras de vigilancia que están alrededor de la Plaza de Mayo, podría
ser identificado el agresor. "Además, nos involucraron en causas
penales y civiles, armadas para detenernos”.
Según el líder Qom, desde el primer momento del
campamento se enviaron notas a la Presidencia de la Nación, a la Cámara
de Diputados, al Senado y a la Corte Suprema, pero sólo una fue
respondida. "La única institución que nos convocó para una pequeña
entrevista fue la Corte Suprema, pero a través de la Secretaría de
Derechos Humanos”.
Félix Díaz recuerda también lo que él llama
"pobre actuación” de los representantes del Inai [Instituto Nacional
Indígena], afirmando que apareció un representante, un asesor jurídico
del órgano, pero la única cosa que dijeron es que levantáramos el
campamento, que volviéramos a Formosa y allá ellos gestarían una mesa
de diálogo. "Pero no queremos esa promesa, queremos que sea firmado por
escrito y que provenga del Poder Ejecutivo Nacional y sea designado un
nombre que se responsabilice del problema”.
Agustín Santillán, indígena wichí de Ingeniero
Juárez, extremo oeste de Formosa, denuncia que el último 24 de marzo
fueron reprimidos cuando estaban en las márgenes de la carretera 81,
pidiendo atención de salud, agua, educación y luz eléctrica. Según él,
100 policías avanzaron sobre hombres, mujeres y niños. Tres personas
fueron heridas de bala. Santillán recibió tres tiros.
En la última semana, un grupo de legisladores
nacionales de la Unidad Popular, Libres del Sur, Frente Progresista
(CC-Ari), Proyecto Sur, Frente de Izquierda, partido GEN, Frente
Cívico, Frente Amplio Progresista (FAP) y el Partido Socialista
recibieron a los indígenas y solicitaron por escrito a Cristina
Fernández y al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, que
reciban a los pueblos originarios de Formosa.
Vea el video con la declaración en español de Félix Díaz sobre la movilización:
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