Adital
Yo
escucho hablar a Cristina Fernández, la presidenta de Argentina y un éxtasis
hace arder mi piel. Admiro tu temple, su inteligencia y la capacidad para dirigir un proyecto de gobierno en el que los
más golpeados de las clases sociales han creído.
A través de los años de su mandato he
escuchado un sinfín de insultos dirigidos a tremenda hermosura de ser humano,
le critican la marca de la loción que usa, el precio de los zapatos y le
esculcan la piel milimétricamente para afirmar el número de cirugías plásticas
que se ha hecho a costillas de los impuestos del pueblo. Dicen que su proyecto
de gobierno es una mera treta populista al estilo Evita. Que es falsa y que le
es infiel al amor que le tiene su pueblo. Que tiene cola que le pisen.
Las feministas agrias no son capaces de admirar su belleza natural y disfrutarla como un deleite del que nos privilegia la vida. Al contrario, la despellejan viva. No le perdonan el intelecto, el talento y su elegancia burguesa. La izquierda ajada, déspota y machista de buen hueso colorado patriarcal, también pone su grano de arena en desacreditarla constantemente.
La quieren ver descalza y en harapos para así
poder darle el beneficio de la duda. La derecha no duerme pensándola como una
piedra en el zapato. Ruegan a sus santos para que un cáncer la fulmine como
a Evita y que la historia se repita a
favor de los traidores.
Gastan
millones y millones en sobornos, en comprar medios que la hostiguen con
noticias de última hora y en primera plana para hacer dudar al pueblo que la
sigue. Quieren derrumbar a toda costa el sueño de la democracia en Argentina.
La utopía de un país que lucha por salvarse de las garras envenenadas del
Imperio. Ella al frente poniendo el
pecho como en su tiempo lo hizo Néstor. A ninguno de los dos les perdonan la
consecuencia y la palabra cumplida a los parias que han sido la médula del
gobierno de ambos.
En
Estados Unidos las cadenas televisivas de hispanohablantes no le dan tregua,
todos los días sacan cortos en los noticieros en los que a Maduro, Evo, Correa, Dilma, Bachelet, Raúl
y hasta el propio Chávez y Fidel los exponen como dictadores comunistas que
están robando los bienes de sus patrias.
Estos periodistas de medias tintas que
bailan muy bien al son que el Imperio les toque, sagaces lanzan dardos
envenenados a las masas que desinformadas creen todo lo que los buitres les
dicen.
Aquí solapan y financian la causa Nisman y la causa Leopoldo López y a
una tal Yoani Sánchez, esos camisas blancas aplauden el envío masivo de soldados estadounidense a países vendidos al
capitalismo. A países que probablemente de no despertar sus pueblos jamás serán
Patria Grande.
De los voraces ataques
mediáticos sufridos por las tres presidentas en la Patria Grande, a Cristina siempre le doblan la dosis, no soportan su
bizarría. El amor que le tiene su pueblo que la arropa. Porque no es clase
media, no es la oligarquía, a Cristina la abraza el campesino, el obrero, el
proletario. El pueblo de verdad.
Corean su nombre los albañiles, los
jardineros, las empleadas domésticas, las personas de tercera edad, los
pescadores. Ha llegado a la médula de la juventud y de la infancia, la corean los rockeros, los trovadores, los
músicos de la Sinfónica. El artista callejero y el actor de teatro. La
respaldan los actores brillantes del cine argentino de nivel internacional,
esos que han rechazado con dignidad las propuestas del Hollywood Ku Klux
Klanero.
A Cristina la lloran con nostalgia los científicos que estaban en el
extranjero y que el gobierno hizo retornar porque les brinda las oportunidades
de desarrollo.
En el
proyecto de gobierno que le apuesta a la pluralidad, a la inclusión y a la
diversidad, también se cree firmemente en la cultura como factor de cambio, el
21 de mayo Cristina inauguró el Centro Cultural Kirchner, que es el más grande
de Latinoamérica y tercero en el mundo en tamaño y tecnología de alto nivel. Tremendamente hermoso ubicado
en el que fue el edificio de Correos.
Cristina en la Plaza de Mayo. Foto: patagonianexo.com.ar
Ver a una Cristina sumamente emocionada cumpliendo el sueño de Néstor, cumpliendo el sueño de los argentinos tan golpeados por aquella dictadura atroz que les arrebató la alegría, pero no la sed de justicia, pero no las quimeras de verla floreciente. Ahí estaba agradeciendo a todos los involucrados en este proyecto, y no olvidarse de ninguno y darle su lugar a los "compañeros de la mano de obra, a los compañeros albañiles” estos compañeros albañiles coreaban su nombre en júbilo de patria. Podrán decir misa pero a Cristina su pueblo la ama.
Apostar
por la educación y por la cultura en lugar de invertir en balas y en
metralletas. Eso es avanzar, eso es hacer patria digna.
Ver esa
plaza llena el 25 de Mayo, con su pueblo ahí abarrotando entre júbilo de gloria
y nieblas de nostalgia, porque se va Cristina y no queremos que se vaya.
Lágrimas de alegría y de tristeza porque se acerca el final de un ciclo
sumamente importante para la transformación sociopolítica y cultural de
Argentina. El lugar que deja Cristina nadie lo podrá llenar, es un vacío
enorme, insuperable.
Su
gobierno no ha sido perfecto hay eventos cuestionables y el pueblo tiene todo
el derecho de exigir cuentas transparentes, no la estoy alabando, es tan humana
como todos y se equivoca, pero ha sido
un gobierno en plusvalía de los marginados, de los soñadores, un gobierno que
ha hecho que la confianza regrese desde los abuelos a los nietos. Es un
gobierno que ha trabajado duro en los Derechos Humanos y la Memoria Histórica,
es un gobierno que ha colocado tras las rejas a quienes hicieron de Argentina
un río de sangre en tiempos de dictadura. No, no se olvida, ni perdón ni
olvido, justicia.
Es un
gobierno que deja bases sólidas para que las mocedades sigan construyendo el
sueño de una Argentina próspera. Es un proyecto de gobierno que les deja las
herramientas y los recursos. Que no
obliga a emigrar a sus hijos, que más bien los ha llevado de vuelta para que se
realicen en su propia tierra.
Una a
una han ido cayendo las mentiras de los camisas blancas que desde la entraña
oligárquica del país, atacando a Cristina golpean de frente el proyecto de todo
un pueblo, no hay inversión capitalista estadounidense que pueda con el amor a
la patria, a los ancestros, a los caídos, a los desaparecidos y a las crías en
las panzas de las mujeres preñadas.
Podría
citar innumerables frases de los discursos de Cristina. Cómo olvidar su
exposición en la ONU, sin papel alguno, todo lo tenía en el genio, en la vena y
en el corazón. Una oradora por
excelencia, fresca y segura. Me quedo con dos de sus frases pronunciadas
en la semana del 25 de Mayo, semana de
la Patria.
"Y les pido que no tengan miedo, muchos
me miran inquisidores a los ojos y me dicen: "¿Qué va a pasar?,” y yo les
contesto: "va a pasar lo que ustedes quieran que pase.” Porque ustedes son los
que están empoderados."
"Tenemos Patria y estamos orgullosos de
ella.”
Larga
vida a esos ya 32 años de democracia. A ese proyecto de gobierno que empezó con
Néstor que continuó Cristina. Larga vida a la plusvalía de Argentina. Larga
vida a las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo. Larga vida a la Cristinona
hermosa. Vivan los pueblos socialistas que dignifican la Patria Grande.
El
Imperio no come ni duerme saboreando e imaginado el fracaso de la Revolución
Bolivariana. Pero nosotros Somos Sur, el Sur es dignidad, el Sur es amor. Así
nomás. Ojalá un día Centroamérica y México, todo el Caribe, también decidan
formar parte de este proyecto de vida y de patria que soñaron nuestros
ancestros justos y libertarios. Entonces seríamos, "todas la voces todas.”
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