Cristina Fontenele
Adital
Informe lanzado por
el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC, en su sigla en inglés)
revela que, a fines de 2014, 38 millones de personas estaban desplazadas dentro
de sus propios países, debido a conflictos y a la violencia. 11 millones de
desplazamientos ocurrieron sólo el año pasado. Cada día, cerca de 30 mil
personas fueron forzadas a dejar sus casas en busca de seguridad en otros lugares.
En las Américas, ocurrieron 436.500 nuevos desplazamientos, acumulando un total
de 7 millones. La situación más grave se da en Colombia, con 6.044.200 de
desplazados registrados a fines de 2014, lo que representa el 12% de la
población del continente americano.
En el mundo, ocurrieron 11 millones de desplazamientos forzados en 2014. La violencia es la principal causa. |
Titulado "Global
Overview 2015: People Internally Displaced by Conflict and Violence",
el estudio fue presentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
esta semana. La investigación se basó en datos de enero a diciembre de 2014, en
60 países y territorios de todo el mundo. Según el IDMC, nunca, en los últimos
10 años de informes, se reportó una estimación tan alta para nuevos
desplazamientos en sólo un año.
En el informe se indica
que el 60% de los nuevos desplazamientos de todo el mundo están concentrados en
cinco países: Irak, Sudán, Siria, República del Congo y Nigeria. Cerca de 2
millones de personas huyeron a causa de la persecución del Estado Islámico.
Entre las
principales causas de los desplazamientos, de un modo general, están: el crimen
organizado, la violencia entre pandillas, el tráfico de drogas y persecuciones
religiosas.
En entrevista con Adital, la hermana Eléia Scariot,
una de las coordinadoras de la Pastoral de los Migrantes de la Arquidiócesis de Fortaleza, Estado de Ceará, comenta que la migración es una cuestión estructural
y es parte de un sistema capitalista excluyente. Es una realidad "dramática”,
ocasionada por una situación de "desesperación”, que lleva a las personas a
dejar su propia tierra.
La Hermana Eléia
explica que, en América Latina, el movimiento migratorio se da, principalmente,
en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo. En Colombia, el escenario
de guerrilla lleva a los migrantes a buscar refugio, que es otra categoría
dentro de la movilidad humana.
Según la misionera,
los "forzados” son personas que quieren dar un rumbo a su vida, en busca de una
mayor dignidad. "El ser humano fue hecho para ser feliz, sin embargo, en una
sociedad salvaje, el foco es la supervivencia y no la felicidad. El migrante
forzado grita socorro para sobrevivir”, declara.
En Brasil, la Hermana
Eléia cree que las leyes todavía son arcaicas, como por ejemplo el Estatuto del
Extranjero, de 1980, una "herencia” de la dictadura militar. El artículo 5º de
la Constitución Federal determina la garantía del derecho a la vida, a la
libertad, a la igualdad, a la seguridad, tanto para brasileros como para
extranjeros. En la práctica, la Hermana Eléia denuncia que el migrante no tiene
su derecho garantizado.
Américas
Lea el resumen del
informe en español.
Para profundizar
las reflexiones, muchos grupos de estudio se han dedicado a debatir la temática.
Un ejemplo es el I
Simposio Internacional sobre Religión y Migración, que se realizará del 8 al
10 de junio, en San Pablo. El evento está organizado por el Centro de Estudios
Migratorios/Misión Paz, conjuntamente con el Scalabrini International Migration
Institute - Pontificia Universidad Urbaniana de Roma y el Programa de Estudios
de Posgraduados en Ciencias de la Religión de la Pontificia Universidad
Católica de San Pablo (PUC/SP). Entre los asuntos, se abordarán el
proceso migratorio haitiano en Brasil y los nómades de Dios: diálogos interreligiosos
a partir de la supervivencia humana. Vea la programación.
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