ALAI
Adital
Su
mancha en la política exterior para C.A. puede ensombrecer sus posibilidades de
elección presidencial.
¿Es
demasiado pronto para predecir quien será el próximo presidente de EEUU?
Por Emily Schwartz Greco*/Traducción-Alvaro J. Pineda
Sin
declarar oficialmente su intención de postularse de nuevo, Hillary Clinton ha
acaparado el estatus de punta de lanza Demócrata. Debido a la debilidad y a la
proliferación de candidaturas en el campo Republicano, ella es muy
probablemente la próxima ocupante de la prestigiosa oficina que por cierto, no
tiene esquinas –como observa el comediante Jon Stewart.
La
aparente imbatibilidad de Clinton en esta ronda ayuda a explicar la histeria
del ala derecha republicana sobre la tragedia de Bengazi. Las teorías
conspirativas acerca del ataque que mató al embajador estadounidense en Libia
se suman a los esfuerzos desesperados por desacreditar a la fuerte candidata de
centro [derecha] del Partido Demócrata. No es de extrañar que esta trama no
esté teniendo eco en su popularidad.
Me
intriga porqué muchos demócratas no estén muy preocupados por la herencia del
traspiés en la política exterior de Clinton en Honduras.
Quizás
Ud. Haya olvidado lo que pasó en ese pequeño país durante el primer año de la
administración Obama –tocaremos eso adelante. Pero seguramente Ud. Ha notado la
desagradable oleada de xenofobia con que se ha recibido al creciente número de
niños centroamericanos refugiados que llegan a nuestra frontera sur.
Algunos
defensores del Presidente Obama tratan de culpar por esta crisis migratoria a
la administración George Bush debido a la Ley contra el tráfico firmada por
éste en 2008, especialmente redactada para proteger a los niños centroamericanos
que anticipó un alza en las llegadas. Pero, ¿qué país es la principal fuente de
niños que cruzan la frontera? Honduras, la tierra con las tasas de asesinatos
más alta del planeta, con la peor desigualdad en toda Latinoamérica y con un
régimen represivo sostenido por EEUU.
Cuando
las fuerzas armadas de Honduras aliadas con legisladores de la extrema derecha
derrocaron al Presidente democráticamente electo Manuel Zelaya en 2009, la
entonces Secretaria de Estado Clinton se coludió con las fuerzas armadas y
luchó contra la presión internacional para restituirlo.
Washington
ejerce una tremenda influencia sobre Honduras por sus numerosas bases militares
instaladas donde se realizan entrenamientos y tareas militares y anti
narcóticas conjuntas. Desde el golpe de Estado, cerca de 350 millones de
dólares de ayuda norteamericana, incluyendo más de 50 millones en ayuda
militar, han fluido a ese país.
Esa es
una gran inversión en un país donde la policía, los militares y las fuerzas de
seguridad privadas están asesinando personas con una frecuencia e impunidad
alarmantes, según Human Rights Watch.
En
resumen, los niños hondureños huyen buscando refugio de una pesadilla de
violación de derechos humanos, lo que formaría ahora mismo un oscuro nubarrón
sobre la opción electoral de Clinton si los medios prestaran un poco de
atención.
Esto no
daría tanta ventaja a los republicanos, aun así. Mientras ellos no dejen de
excluir a las mayorías de mujeres votantes y a las poblaciones de color,
encuentro difícil que el partido de Mitt Romney y de John McCain lleguen a la
Casa Blanca.
Debido
a la ventaja demográfica demócrata, los reformistas no tienen nada que perder
al aprovecharse de la debilidad Republicana para presionar por una alternativa
viable para una segunda administración Clinton. La senadora Elizabeth
Warren podría perfilarse como contrincante.
Desafortunadamente,
la agitación del movimiento por los Derechos del Consumidor y los demócratas de
Massachussets no tienen experiencia en política exterior.
Y la
política exterior no es un lujo en estos días. Israel –que recibe 3.1 billones
de dólares en ayuda militar norteamericana- está envuelto en una guerra en
Gaza, y los problemas en el conflicto Rusia-Ucrania aumentaron con la caída del
avión de Malasia Airlines. Además, Irak se torna más inestable y violento de
nuevo. En estas cosas, Hilary es más filosa que la mayoría de la militancia
demócrata.
Pero
otros demócratas con amplias credenciales liberales y experiencia en política
exterior están mostrando interés en lanzarse, especialmente si Clinton se
retira a última hora de la competencia.
Pero
aun si Clinton gana en 2016, un serio y prioritario reto podría ayudar a
configurar su administración. Conforme más y más niños hondureños crucen la
frontera buscando un lugar seguro, los votantes podrían volver la vista a su
historial en el Departamento de Estado y reconsiderar la inminencia de otra
administración Clinton.
*Gerente Editorial de
OtherWords, editorial sin fines de lucro del Instituto de Estudios Estratégicos,
@ESGreco. OtherWords.org
Fuente:ALAI
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