Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México)
G.A.:
Desde hace un tiempo la política de Estados Unidos se ha modificado, ya
no recurre en primera instancia a los ejércitos. En Honduras, por
ejemplo, el ejército intervino pero fue el Parlamento que defenestró al
presidente constitucional con un pretexto fútil de que hacía una
consulta sobre la renovación de la Constitución, cosa que era de su
jurisdicción.
Lo mismo sucedió en Paraguay, a Lugo lo
destituyó el Parlamento. Han intentado lo mismo con Correa en Ecuador,
con una huelga de la policía y están hace largo tiempo creando
problemas en Venezuela para presionar para que la población se exaspere
por la falta de alimentos y se pueda derrocar al gobierno por vías
aparentemente pacíficas.
El problema del papel de la justicia
aquí es el mismo. El Kirchnerismo no modificó ni la justicia, ni los
servicios de inteligencia que en ciertos casos como el de Stiuso estaba
en su puesto desde la dictadura de Lanusse, es decir, que pasó por
todas las dictaduras. Es gente muy ligada por su función e ideología a
la embajada de Estados Unidos, a la CIA, al Mossad, anticomunistas de
profesión y en los momentos de debilidad social, aparecen en primer
plano. Ese es el sentido de los golpes llamados “blandos”, en el caso
argentino tratar que la Justicia en manos de una derecha social y
política paralice al Poder Ejecutivo y al Legislativo en contra de la
Constitución y la democracia.
M.H.: ¿Descarta la idea que ha instalado o pretende instalar la Diputada Carrió respecto de un auto golpe?
G.A.:
Sí, claro. Milani cuando era muy joven, siendo apenas un Teniente,
participó en la represión y desaparición de personas, como todos los
oficiales del ejército. Milani es un oficial de inteligencia, por lo
tanto no es inofensivo, pero está comprometido con la política del
Kirchnerismo, no de una manera absurda como la que sería perpetuarlo
con un golpe, cuando el Ejército no está en condiciones de salir a la
calle y a pocos meses de las elecciones, cuando todas las encuestas
dicen que va a ganar el Frente Para la Victoria, es decir, no el
Kirchnerismo, pero sí el partido del gobierno.
No tiene ningún
sentido el planteo, al gobierno no le conviene ninguno de estos
intentos golpistas o de auto golpe, al contrario, lo que le interesa es
llegar a octubre de la mejor manera posible, con la mayor estabilidad,
para que el nuevo presidente, sin duda mucho menos popular que Cristina
Fernández de Kirchner, y con mucho menos apoyo social, pueda salir del
brete actual de la economía, si es que la economía mejora en estos
meses. El planteo de Carrió no tiene ninguna lógica, como ninguno de
los que ha hecho.
M.H.: Lo noto muy seguro con respecto a la posibilidad del triunfo del FPV en las próximas elecciones.
G.A.:
Seguro nunca está nadie, pero los sondeos hablan de un 30/35% de votos
posibles, sería la primera minoría, pero lejos de los otros que por
otra parte no tienen un candidato único, aunque se está perfilando
Macri.
M.H.: En compañía de Reutemann.
G.A.:
Sí, Reutemann le puede sumar algunos votos nostálgicos del peronismo de
derecha pero no más que eso. Reutemann es una invención del peronismo
clásico como lo fue el mismo Scioli, uno corredor de autos y el otro
motonauta, no políticos, que llegan a convertirse en eso porque el
poder los mantiene.
Creo que la llamada derecha, aunque se
hace difícil hablar de derecha e izquierda en el caso del Kirchnerismo
y de la oposición porque en algunos casos de proyectos de ley y otros
ámbitos el kirchnerismo está a la derecha de la oposición, pero la
derecha social clásica, la oligarquía que apoya a los partidos de
oposición, Clarín, La Nación, los que son permanentes,
esos no tienen mayoría, tienen un apoyo disperso y hay fenómenos
provinciales que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, en Mendoza el
Frente de Izquierda (FIT) sacó el 15% para Intendente, en Jujuy y Salta
puede sacar más del 10%, entonces hay sectores sociales que pueden
recoger parcialmente en algunos lugares la crisis del kirchnerismo,
pero cuando haya que votar para presidente no van a votar por el FIT,
van a partir el voto, parte para un candidato antioligárquico y otra
para un candidato de la izquierda, es muy probable esto, siempre
sucedió que la diferencia de votos para presidente y para diputados o
intendente es notable.
La fuerza de Grecia es la posibilidad de que el fenómeno Syriza se repita en España
M.H.:
Le quería pedir una reflexión final respecto de esta suerte de
“armisticio a plazo fijo” por 4 meses que ha conseguido el gobierno
griego y que ha dado lugar a reflexiones de distinto tipo respecto de
cuáles habrían sido las concesiones que hizo.
G.A.:
El gobierno de Tsipras no tenía las condiciones para conseguir mucho
más que eso. Grecia está atenazada por Alemania, representa muy poco en
el PBI de Europa, apenas el 2% y tiene pocas armas de negociación,
aparte del apoyo popular, que es importante pero que a los alemanes no
les preocupa demasiado.
La fuerza de Grecia es la posibilidad
de que el fenómeno Syriza se repita en España que tiene más peso en la
economía de la Unión Europea. Eso todavía no se ve. Ha tenido que hacer
concesiones, sin duda, no las que le pedían, el objetivo de crecimiento
de un 1% es absurdo ya que en este momento no puede crecer, pero es
realmente bajo en comparación del 4% que le pedían, no habrá despidos
en lo inmediato, no habrá nuevas privatizaciones. Mantiene los efectos
peores de la austeridad impuesta por la Troika, mantiene su relación
con la misma, aunque ahora la rebautiza “instituciones”, pero sigue
siendo la vieja Troika. El Fondo Monetario Internacional es un poco más
favorable mientras Alemania sigue siendo la punta dura contra Grecia
que patea la pelota 4 meses para adelante esperando, entre otras cosas,
el desarrollo social del movimiento en Grecia y lo que pase en España
para tener un arma política de mayor presión.
La presión que
puede hacer el gobierno de Syriza es menor, está casi forzado a ir
preparando una salida ordenada del Euro mediante una devaluación que le
permitiría, aún a costa de una mayor depresión de los salarios, como
sucedió en Argentina, una tasa de ganancia mucho mayor, una reducción
brutal de las deudas y una cierta recuperación para ir más lejos dentro
del sistema capitalista.
El problema es que Syriza en ningún
momento se declara anticapitalista ni quiere salir del sistema, lo que
quiere es mayor espacio dentro de esta relación actual, que es una
relación de total sumisión de Grecia.
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