FeSP
FEPALC
y FIP denuncian, una vez más, en un comunicado conjunto los asesinatos
de informadores en la zona y exigen de los gobiernos seguridad para el
ejercicio de la actividad periodística.
La Federación de
Periodistas de América Latina y Caribe (FEPALC) y la Federación
Internacional de Periodistas (FIP), han emitido un comunicado conjunto
en el cual manifiestan que “nos unimos al repudio internacional a
estos desmedidos intentos de acallar la verdad y perpetuar la
impunidad, preocupados por los alarmantes sucesos y exigiendo a los
gobiernos nacionales la ejecución de medidas inmediatas para asegurar
un adecuado clima de seguridad que permita el ejercicio de la actividad
periodística.
Resulta imprescindible para el orden
democrático el completo y libre ejercicio de los derechos
constitucionales y debe ser compromiso del poder político asegurar las
garantías para que los mismos puedan practicarse. Demandamos, por
tanto, el fin de las amenazas, agresiones y la impunidad en los
crímenes contra los periodistas”.
Tras enumerar la última y continuas agresiones que sufren los informadores en la zona, ambas organizaciones señala que “desde
el inicio del año 2015, han sido víctimas de atentados contra su vida
seis periodistas centroamericanos. El domingo 15 de marzo se produjo el
asesinato del tercer comunicador guatemalteco en una semana, en lo que
constituye un preocupante aumento de la violencia contra los
periodistas y contra la libertad de expresión.
En un
contexto de inestabilidad, violencia e impunidad, Centroamérica ha sido
desde el comienzo de este año el escenario de renovadas muestras de
crímenes dirigidos a acallar la voz de la prensa. Particularmente,
Honduras y Guatemala han sido escenario de graves episodios.
En
toda la región centroamericana, coexisten sectores de poder político y
del crimen organizado que, por separado o en comunión, atentan contra
los periodistas que desnudan actos de corrupción y denuncian
responsabilidades, amparados en la mayoría de los casos por un sistema
judicial que no avanza sobre las investigaciones (en todos los países
hay una tasa de impunidad superior al 95%) o que desliga la profesión
periodística como móvil de los crímenes·.
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