Bogotá, 17 mar (PL) Las bandas criminales constituyen uno de los
principales flagelos que atenta contra la seguridad ciudadana en
Colombia, castigada por un largo conflicto armado, corrobora un informe
de la ONU divulgado hoy.
Esos grupos, surgidos tras la desmovilización de estructuras
paramilitares hace casi una década, siguen violando los derechos
humanos, afirmó Tood Howland, uno de los representantes de Naciones
Unidas (ONU) en Colombia, citado por el portal digital El Espectador.
Durante la presentación del dictamen de la Oficina del Alto Comisionado
de la ONU para los Derechos Humanos, el experto instó a las autoridades
a impulsar una estrategia integral para combatir a esas agrupaciones
delincuenciales, que incluya mejoras económicas y sociales en las zonas
donde radican y actúan, a fin de contrarrestar la captación de jóvenes
para sus redes.
Según Howland, tales bandas atacan y amenazan a
protectores y defensores de derechos humanos, líderes comunitarios,
agentes del Estado y demandantes en el proceso de restitución de
tierras, cuando se oponen a sus intereses políticos, económicos o
criminales, explicó.
En muchos casos esos actos intimidatorios quedan impunes, denunció.
Entre enero y octubre de 2014, se registraron 45 asesinatos de
activistas colombianos y 18 intentos de homicidio, reveló la
investigación expuesta por Howland.
El documento, resaltó los
avances alcanzados en los diálogos de paz entre el Gobierno y las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo
(FARC-EP), pero alertó sobre males como el desplazamiento interno.
Las migraciones de la población continúan, con cifras anuales que rondan los 250 mil perjudicados desde 2010.
Algunos son obligados a abandonar sus lugares de origen, mientras otros
prefieren hacerlo voluntariamente para evadir la violencia ligada a los
enfrentamientos bélicos.
Tal fenómeno azota principalmente a comunidades indígenas y de afrodescendientes, añadió Howland.
El conflicto colombiano ocasionó la muerte de unos 230 mil ciudadanos,
en tanto los desplazados sobrepasan la cifra de cinco millones, según
datos oficiales.
Equipos gubernamentales y de las FARC-EP platican en Cuba desde 2012 para poner fin a la conflagración, única en el continente.
mem/ap
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